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Sexo y relaciones

Simbiosexualidad: un tipo de atracción poco conocido

El mundo de la sexualidad y las relaciones humanas es vasto y diverso, con nuevos conceptos emergiendo constantemente para desafiar nuestras nociones tradicionales. Uno de los términos más recientes que ha irrumpido en la escena es la simbiosexualidad, una forma de deseo sexual que se aparta de los modelos convencionales de atracción individual.

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Seattle, publicado en Archives of Sexual Behaviour, la simbiosexualidad se describe como una «atracción por la energía, la multidimensionalidad y el poder que comparten las personas en las relaciones». En otras palabras se sienten atraídos por la dinámica de amor y poder de una pareja ya establecida, sin necesariamente sentir una preferencia concreta por alguno de los miembros de la dupla.

Este fascinante fenómeno nos invita a reconsiderar nuestras nociones de deseo sexual y orientación sexual, ampliando los límites de lo que tradicionalmente se ha entendido como «normal» o «aceptable» en el ámbito de la sexualidad humana. A medida que exploramos este nuevo territorio, surgen importantes preguntas sobre la aceptación, el estigma y la validación de este tipo de atracción.

Definiendo la simbiosexualidad

En el corazón de la simbiosexualidad se encuentra una atracción única por la sinergia y la energía que emana de una relación romántica ya establecida. Los simbiosexuales se sienten atraídos por el amor, la confianza, el apoyo y el juego de poder que existe entre una pareja, y desean ser partícipes de esa dinámica relacional.

A diferencia de otras formas de sexualidad, donde el individuo busca una conexión física e íntima con una pareja, estos están más interesados en la experiencia compartida y la energía colectiva que surge de la unión de dos personas.

Diferenciando la simbiosexualidad de otras orientaciones sexuales

Es importante distinguir la simbiosexualidad de otras formas de plurisexualidad, como la bisexualidad o la pansexualidad, que se caracterizan por la atracción hacia múltiples géneros. El enfoque no está en el género de los individuos, sino en la relación en sí misma.

Otra diferencia clave es que la simbiosexualidad no se limita a un deseo por unirse físicamente a una pareja, sino que implica una atracción más amplia por la dinámica y la energía que se comparte entre los miembros de la relación. Es una experiencia que trasciende lo meramente sexual.

Foto Freepik

El estigma y la invisibilidad de la simbiosexualidad

A pesar de su creciente reconocimiento, sigue enfrentando importantes desafíos en términos de aceptación y validación, tanto dentro de las comunidades monógamas como en las no monógamas.

Un factor que contribuye a este estigma es la asociación errónea con el término «unicornio», que se ha utilizado para referirse a personas dispuestas a mantener relaciones sexuales con parejas sin involucrarse en los demás aspectos de la relación. Esta etiqueta, cargada de connotaciones negativas, no refleja adecuadamente la experiencia de los simbiosexuales, quienes manifiestan una atracción genuina y profunda por la energía y la dinámica de la pareja.

Según el estudio de la Universidad de Seattle, la simbiosexualidad abarca un grupo diverso de personas, incluyendo una alta representación de sexualidades y géneros queer, así como identidades de relaciones no monógamas. Esta diversidad, lejos de ser un factor de rechazo, debería ser celebrada y valorada como parte de la riqueza y la complejidad de la experiencia humana.

Explorando las manifestaciones de la simbiosexualidad

La simbiosexualidad puede encontrar expresión en una amplia variedad de contextos y situaciones. Desde la atracción por parejas famosas, como la de Taylor Swift y Travis Kelce o Gigi Hadid y Bradley Cooper, hasta el deseo de participar en la energía de una relación entre amigos o conocidos.

Sin embargo, es importante distinguir entre el simple hecho de encontrar atractiva a una pareja y la experiencia de la simbiosexualidad propiamente dicha. Mientras que el primer caso puede deberse a factores como el carisma, la belleza o el éxito de la pareja, implica una atracción más profunda y genuina por la dinámica y la conexión que existe entre los miembros de la relación.

Aceptando y validando la simbiosexualidad

A medida que la simbiosexualidad gana visibilidad y reconocimiento, es crucial trabajar en la aceptación y la validación de esta forma de atracción. Esto implica desafiar los estigmas y las ideas preconcebidas que han limitado su comprensión y aceptación, tanto dentro de las comunidades monógamas como en los espacios no monógamos.

Es fundamental ampliar los horizontes de la sexualidad y reconocer la diversidad de las experiencias humanas. Lejos de ser una desviación o una anomalía, representa una forma legítima y valiosa de expresar el deseo y la conexión interpersonal.

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Al abrazar y celebrar la simbiosexualidad, no solo estaremos fortaleciendo la inclusión y la aceptación en el ámbito de la sexualidad, sino que también estaremos contribuyendo a una visión más amplia y enriquecedora de la experiencia humana en su conjunto.

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Dany Levito

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