El aceite de coco es un factor de riesgo para el aumento del colesterol
Por muchos años el aceite de coco se ha considerado como un “super alimento” cargado de bondades para el funcionamiento del organismo. Sin embargo, estudios recientes demuestran que también podría ser perjudicial en algunos aspectos, específicamente en la producción de colesterol malo.
El aceite de coco ha sido objeto de debate en relación con su impacto en la salud cardiovascular. Mientras que algunos afirman que tiene efectos beneficiosos, otros estudios sugieren que su consumo puede aumentar los niveles de colesterol y, por lo tanto, aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular. En este artículo, analizaremos los hallazgos de un estudio reciente y examinaremos en detalle el impacto del aceite de coco en los niveles de colesterol y otros factores de riesgo cardiovascular.
¿Qué es el aceite de coco?
El aceite de coco se obtiene del fruto seco de la palmera de coco. Es importante destacar que casi el 100% de su contenido es grasa, y aproximadamente del 82% al 92% de esta grasa es saturada. A temperatura ambiente, el aceite de coco se mantiene sólido, lo cual lo convierte en una grasa de coco.
Sin embargo, es preferible utilizar aceite de coco extra virgen, ya que no pasa por ningún proceso químico y conserva sus flavonoides, así como elementos como el manganeso, potasio y fósforo.
Relación entre el aceite de coco y el colesterol malo
Karin Michels, docente de Harvard T.H. Chan School of Public Health en el departamento de epidemiología, realizó un estudio y análisis exhaustivo sobre la composición del aceite de coco y sus alcances en el organismo.
Durante un encuentro en una conferencia, la profesora explicó que este producto representa un potencial riesgo para la salud del corazón. Esto sucede porque está compuesto casi en su totalidad (86%) por ácidos grasos saturados, lo que fomenta el bloqueo de las arterias coronarias, provocando ataques cardíacos.
Tras un análisis de más de 100 casos realizados en 1950, científicos determinaron que las grasas saturadas incrementan considerablemente el colesterol malo. Siendo el aceite de coco un producto conformado por estas sustancias, de allí que sea considerado como un factor de riesgo que provoca alteraciones cardíacas.
Recordemos que el aceite de coco es extraído de la carne de la fruta y contiene esencialmente grasas saturadas, las mismas que posee la mantequilla y la carne roja. Y al igual que estos dos últimos alimentos, tiende a fomentar el aumento del colesterol.
¿Consumirlo o no consumirlo?
Si bien esta sería otra cara de la moneda respecto a los estudios que arrojan los beneficios del aceite de coco, considerando su nivel de grasas saturadas, su consumo debería ser limitado.
Diversos científicos y profesionales médicos que han participado en estudios sobre el aceite de coco, sugieren que sí puede integrarse en la dieta, pero de una forma controlada. Igualmente, recomiendan no consumirlo de forma diaria y utilizar en su lugar aceites vegetales como el de soja, oliva o colza.
Asimismo, se puede complementar la dieta con frutos como nueces o semillas como primordial fuente de grasas en la dieta diaria.
Como cualquier otro alimento, el consumo excesivo del aceite de coco puede ocasionar efectos adversos en el organismo. Por ende, su ingesta debe ser controlada y limitada, y no se puede considerar como una fuente principal de grasa, sino complementaria.