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Sexo y relaciones

¡Cuidado! Esta práctica sexual común podría poner en riesgo tu salud

Las prácticas sexuales son una parte esencial de la vida íntima de las personas. Sin embargo, algunas actividades pueden implicar riesgos si no se toman las medidas adecuadas. El sexo sin protección, por ejemplo, puede aumentar la probabilidad de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH, la clamidia o el herpes, que pueden tener consecuencias graves para la salud si no se tratan.

Además, ciertas prácticas, como la penetración anal sin lubricación adecuada o el uso de objetos no higienizados, pueden causar lesiones o infecciones. Es esencial utilizar métodos anticonceptivos de barrera, comunicarse abierta y honestamente con la pareja sobre las expectativas y límites, y hacerse chequeos regulares. Practicar sexo seguro no solo protege la salud, sino que también fomenta una experiencia más placentera y sin preocupaciones.

Las prácticas sexuales de riesgo

El término «prácticas sexuales de riesgo» se refiere a actividades íntimas que elevan la probabilidad de consecuencias negativas para la salud. Estas consecuencias incluyen infecciones de transmisión sexual (ITS) y embarazos no planificados.

Entre las prácticas de riesgo se encuentran el sexo sin protección, el intercambio de fluidos sin protección y el sexo con múltiples parejas sin medidas preventivas. Además, actividades que implican penetración sin lubricación adecuada o el uso de objetos no esterilizados pueden incrementar el riesgo de lesiones. Es importante recordar que el consentimiento mutuo, el uso de protección y las revisiones regulares son fundamentales para minimizar los riesgos y mantener una salud sexual segura y responsable.

Muchas conductas se consideran de riesgo cuando involucran la falta de protección, múltiples parejas sexuales o el desconocimiento del historial médico de la pareja. Además, ciertas prácticas como el sexo anal sin protección tienden a ser más peligrosas debido a la fisiología.

Algunos ejemplos de prácticas sexuales de riesgo incluyen:

  • Mantener relaciones sin uso de preservativo.
  • Tener múltiples parejas sexuales sin seguir medidas preventivas.
  • Practicar sexo bajo la influencia de alcohol o drogas, lo que disminuye la capacidad de tomar decisiones seguras.
  • No realizarse pruebas regulares de ITS, lo que podría propagar infecciones sin saberlo.
  • La falta de comunicación sobre antecedentes sexuales con la pareja.

Estas actividades pueden parecer frecuentes, pero cada una de ellas incrementa directamente los riesgos para la salud.

Consecuencias para la salud

Infecciones de transmisión sexual (its)

Las ITS son una de las principales consecuencias de las prácticas sexuales de riesgo. Entre las infecciones más comunes destacan:

Clamidia: puede causar infertilidad si no se trata.

VPH (Virus del Papiloma Humano): relacionado con el cáncer de cuello uterino.

Lee también:

Gonorrea y sífilis: afectan varios órganos si avanzan sin tratamiento.

VIH/SIDA: ataca el sistema inmunológico y puede ser mortal si no se controla.

Herpes genital: una infección viral para la cual no hay cura, pero sí tratamientos.

Estas enfermedades muchas veces no presentan síntomas iniciales, lo que dificulta detectarlas a tiempo.

Foto Freepik

Embarazos no planificados

Otro riesgo importante de ciertas prácticas sexuales es el embarazo no planificado. Según estudios recientes, la mayoría de embarazos no deseados ocurren por la falta de métodos anticonceptivos o su uso incorrecto.

Las cifras son claras: más del 40% de los embarazos no deseados ocurren en parejas que no usaron métodos de prevención eficaz. Esta situación no solo impacta la vida de las personas implicadas, sino que también tiene repercusiones sociales y económicas.

Prevención y medidas de seguridad

Uso de protección

El uso de preservativos es la forma más efectiva de protegerse contra ITS y embarazos no planificados. Los preservativos, tanto masculinos como femeninos, tienen altos niveles de eficacia si se usan correctamente. También es útil combinar métodos, como los preservativos junto con anticonceptivos hormonales. Así se reduce aún más el riesgo de un embarazo no deseado.

Además, los preservativos ofrecen protección adicional frente a infecciones como el VIH y otras enfermedades transmitidas sexualmente. Es importante revisar las fechas de caducidad, almacenarlos adecuadamente y utilizarlos de manera correcta para garantizar su eficacia. La comunicación con la pareja sobre el uso de protección es esencial para mantener una relación sexual segura y saludable.

Educación sexual

Una educación sexual integral es esencial para prevenir prácticas de riesgo. Esto implica enseñar desde edades tempranas sobre el uso adecuado de métodos anticonceptivos, la importancia del consentimiento y cómo detectar señales de ITS.

Es fundamental fomentar el diálogo y eliminar tabúes sobre la sexualidad. Una población bien informada toma decisiones más seguras.

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Dany Levito

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