Los astronautas atrapados en el espacio desde junio han sobrevivido con una ‘sopa hecha de su propia orina’
Dos astronautas estadounidenses que partieron hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) en junio enfrentan un desafío único: vivir atrapados en órbita por varios meses más de lo anticipado. Una combinación de tecnología avanzada, determinación y creatividad ha sido clave para su supervivencia. Entre estas soluciones, destaca un sistema ingenioso que convierte su orina en agua potable, salvándoles la vida en estas condiciones extremas.
La misión inicial de los astronautas
Barry “Butch” Wilmore, de 61 años, y Sunita “Suni” Williams, de 58, son veteranos de la exploración espacial. Ambos han participado en múltiples misiones a lo largo de los años y acumulan cientos de días en el espacio. Wilmore es piloto de pruebas y veterano de la Marina de los EE. UU., mientras que Williams, piloto de helicópteros, esta, en especial, es ampliamente reconocida debido a que estableció el récord de caminatas espaciales realizadas por una mujer. Su experiencia y formación los prepararon para enfrentar condiciones adversas, aunque esta misión trajo una serie de imprevistos que superaron cualquier entrenamiento previo.
La misión original tenía un propósito claro: probar la nave espacial Boeing CST-100 Starliner en condiciones reales de exploración. El plan inicial implicaba una estancia corta en la EEI, de aproximadamente unos ocho días. Durante este tiempo, debían realizar una serie de pruebas clave para garantizar que la nave estuviera lista para vuelos tripulados regulares. Sin embargo, nadie anticipaba que su regreso quedaría en un estado de suspenso indefinidamente.
Los desafíos de estar atrapados
El retraso en el regreso de los astronautas se debió a algunos problemas técnicos inesperados detectados en el Starliner, la misma nave que debía traerlos de vuelta. Este contratiempo obligó a extender su estancia en la EEI, donde los recursos son extremadamente limitados y cada elemento debe ser cuidadosamente gestionado por los tripulantes.
En este sentido, los astronautas se enfrentaron a desafíos físicos graves, como la desmineralización ósea y la atrofia muscular, los cuales son causados por la microgravedad a largo plazo. Además, el confinamiento en un espacio reducido, la separación de sus familias y la incertidumbre generan un impacto significativo en su salud mental. La NASA tiene protocolos psicológicos para mitigar estos efectos, incluyendo sesiones de videollamadas con psicólogos y acceso a entretenimiento digital de alta calidad, pero esto no es suficiente para eliminar el estrés que puede llegar a generar encontrarse en este tipo de situación.
La tecnología de reciclaje de agua
En el corazón de su supervivencia está el Sistema Avanzado de Reciclaje de Agua de la EEI. Este innovador dispositivo recolecta y filtra el sudor, la humedad ambiental e incluso la orina de los astronautas. A través de un complejo proceso de purificación, el sistema convierte estos líquidos en agua totalmente potable, tan limpia o más que el agua en la Tierra, lo que hace disponible para cualquier tipo de consumo. Aunque pueda sonar desconcertante, los astronautas confiaron plenamente en esta tecnología, la cual demostró ser vital para reducir la necesidad de enviar suministros desde el planeta.
En cuanto a la alimentación, los astronautas han dependido de alimentos deshidratados y sellados al vacío enviados en misiones especiales de reabastecimiento. Preparar las comidas implica rehidratar estos alimentos con agua del reciclador, asegurando que reciban las calorías y nutrientes necesarios con el fin de evitar cualquier tipo de complicación. Sin embargo, la monotonía de la dieta y la falta de alimentos frescos son uno de los mayores retos psicológicos en este tipo de misiones prolongadas.
Respuesta de la comunidad científica y el público
Científicos y expertos en exploración espacial destacan la resiliencia y creatividad de los astronautas. Señalan que esta experiencia pone a prueba las capacidades humanas y tecnológicas en escenarios extremos. Según declaraciones del Dr. Christian Allen, del Instituto Espacial de EE. UU., estos eventos subrayan la importancia de invertir en tecnologías de autosuficiencia para futuras misiones a destinos aún más lejanos, como Marte.
La situación de Wilmore y Williams provocará un cambio en la planificación de misiones futuras. La NASA y otras agencias reforzarán sus protocolos de seguridad y autonomía, asegurando que las tripulaciones estén mejor preparadas para retrasos prolongados o problemas técnicos. Además, este incidente impulsa la investigación en tecnologías de reciclaje de recursos, esenciales para garantizar la supervivencia en el espacio profundo.