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Sexo y relaciones

¿Qué sucede cuando un hombre no es «íntimamente activo»?

La vida íntima de una persona puede variar por muchas razones. Ya sea por decisión propia o debido a factores externos, la falta de actividad íntima en los hombres es un tema que puede generar curiosidad y también preocupaciones. Sin embargo, estar en una «pausa íntima» no siempre es algo negativo, aunque podría influir en algunos aspectos de la salud física y mental.

¿Qué significa no ser «íntimamente activo»?

Ser íntimamente activo varía según cada persona; no existe una regla universal que defina qué es normal. Según estudios, un adulto promedio tiene relaciones íntimas alrededor de una vez por semana, pero esta cifra es solo una referencia. Algunos pueden tener más encuentros, mientras que otros menos. Es importante recordar que cada caso es único y no estar activo en este aspecto no significa que algo esté mal.

Razones comunes para una pausa en la actividad íntima

Existen múltiples factores que pueden llevar a un hombre a no ser íntimamente activo por un tiempo. Las razones suelen dividirse entre aspectos físicos, mentales y relacionales:

Problemas de salud física

Enfermedades como la diabetes o problemas hormonales pueden afectar el deseo y la capacidad de estar activo. La baja testosterona, por ejemplo, juega un rol importante en la disminución de la libido masculina. Tratamientos médicos para problemas como el cáncer de próstata también pueden influir negativamente en esta parte de la vida.

Salud mental

La ansiedad y la depresión son responsables de un impacto significativo en el deseo íntimo. Incluso los medicamentos recetados para tratar estas condiciones pueden disminuir el interés o causar disfunción. Trastornos como el trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH) también pueden estar presentes en algunos hombres.

Problemas relacionales

Los conflictos dentro de una relación, la monotonía o la falta de atracción hacia la pareja pueden ser determinantes. No se trata únicamente de deseo físico; la conexión emocional juega un papel crucial en el deseo.

Estrés o estilo de vida

El cansancio, las responsabilidades laborales o familiares y el estrés diario suelen disminuir la energía y el interés por las relaciones íntimas. En ocasiones, no es cuestión de falta de deseo, sino de priorizar otras áreas de la vida.

Identidad y orientación

Algunas personas pueden identificarse como asexuales, lo cual significa que no sienten atracción sexual hacia otros, aunque pueden experimentar deseo de manera diferente.

Foto Freepik

Posibles consecuencias de la falta de actividad íntima

La ausencia de relaciones íntimas no significa automáticamente problemas de salud, pero en algunos casos podría haber impactos secundarios. Estos son los más comunes:

Aumento del estrés

Las relaciones íntimas, ya sean en pareja o en solitario, pueden funcionar como un desestresante natural. La liberación de endorfinas y la reducción del cortisol durante estos encuentros contribuyen a un mejor manejo del estrés.

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Cambios en el estado de ánimo

Estar activo íntimamente puede ser un refuerzo para el bienestar emocional. Sin esta vía, algunos hombres pueden experimentar episodios de irritabilidad, desconexión o tristeza, aunque esto no ocurre en todos.

Dato interesante sobre la salud prostática

Estudios sugieren que eyacular de manera regular puede asociarse con un menor riesgo de cáncer de próstata. Sin embargo, no hay evidencia concluyente que demuestre que la abstinencia sea perjudicial en este sentido.

Posible disfunción eréctil

La falta de actividad íntima durante períodos largos podría vincularse con una menor respuesta funcional, pero esto no ocurre en todos los casos.

Rendimiento futuro

Para algunos hombres, regresar a la actividad luego de un período de descanso puede generar ansiedad por el desempeño, afectando su experiencia en el momento.

¿Es grave no estar activo?

No necesariamente. Cada persona tiene su ritmo y circunstancias. La pausa en la actividad íntima puede ser temporal o voluntaria. Algunas veces, está relacionada con prioridades cambiantes, como enfocarse en el trabajo, la familia o los propios intereses. Lo esencial es prestar atención al impacto que esto podría tener en el bienestar general.

Si no estar activo no causa molestias, no hay por qué forzar un cambio. Sin embargo, si se perciben efectos negativos en la salud física o emocional, es recomendable buscar orientación profesional.

Recomendaciones para mantenerse saludable

Aunque la actividad íntima tiene beneficios, no es el único camino hacia el bienestar. Aquí hay algunos consejos prácticos:

Ejercicio físico: realizar actividad física regular puede mejorar el ánimo, disminuir el estrés y favorecer la salud hormonal.

Comunicación abierta: hablar con la pareja sobre preocupaciones íntimas puede fortalecer la conexión emocional y reducir tensiones.

Consultar a un especialista: si la falta de actividad íntima viene acompañada de malestar o incomodidad física, un médico o terapeuta puede ayudar a identificar la causa y ofrecer soluciones.

Cuidar la salud mental: incorporar prácticas como meditaciones, hobbies o actividades relajantes puede marcar una gran diferencia.

No estar «íntimamente activo» no debe verse como un reflejo de fracaso ni como algo problemático por defecto. Hay factores múltiples detrás de esta pausa y no todos afectan negativamente el bienestar del hombre. Enfocarse en un estilo de vida equilibrado, en la salud física y mental, y en mantener una comunicación abierta con la pareja son claves para afrontar cualquier cambio en este ámbito. Recuerda, lo que realmente importa es cómo te sientes contigo mismo.

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Dany Levito

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