¿Alguna información? ¿Necesitas contactar al equipo editorial? Envía tus correos electrónicos a [email protected] o ve a nuestro formulario.
Salud

El riesgo de Alzheimer aumenta durante la menopausia: ¿Cómo mantener el cerebro sano?

La menopausia puede ser un desafío, pero también es una oportunidad para priorizar la salud cerebral. Entender los cambios hormonales, tomar medidas preventivas y mantener hábitos saludables puede ayudar a reducir significativamente el riesgo de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.

La menopausia marca un momento de cambio significativo en la vida de las mujeres. Más allá de los conocidos sofocos y cambios de humor, hay un impacto menos visible pero igual de importante: el riesgo incrementado de desarrollar enfermedades como el Alzheimer. ¿Qué tiene que ver la menopausia con la salud del cerebro y cómo se puede proteger el mismo durante esta etapa?

Menopausia y cambios hormonales

La menopausia no solo implica el final del ciclo reproductivo, sino también una caída drástica en los niveles de estrógeno, una hormona que desempeña un papel crucial en la salud cerebral. Este cambio puede desencadenar un aumento en la neuroinflamación, un tipo específico de inflamación que afecta el cerebro y la médula espinal.

El estrógeno actúa como un potente regulador, ayudando a mantener el equilibrio de la inflamación y la protección de las células cerebrales. Por eso, cuando los niveles de estrógeno caen, el cerebro queda más vulnerable. Esta vulnerabilidad puede abrir la puerta a la acumulación de placas relacionadas con enfermedades como el Alzheimer.

Las estadísticas no favorecen a las mujeres

Las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de desarrollar Alzheimer. Aunque tradicionalmente esto se ha asociado con una mayor longevidad femenina, investigaciones recientes indican que los cambios hormonales durante la menopausia son un factor igual o incluso más relevante.

Especialistas como la neuróloga Lisa Mosconi destacan cómo la menopausia puede acelerar el envejecimiento cerebral. Este envejecimiento, a su vez, eleva el riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas. También se han identificado otros riesgos como la menopausia temprana o la ausencia de una terapia hormonal adecuada, los cuales pueden exacerbar la situación.

Estrés oxidativo y envejecimiento cerebral

La falta de estrógeno prolongada también puede aumentar el estrés oxidativo, un desequilibrio entre los radicales libres y la capacidad del cuerpo para neutralizarlos. Esto daña las células cerebrales y acelera el envejecimiento.

Además, el estrés oxidativo combinado con la neuroinflamación crea un terreno fértil para enfermedades neurodegenerativas, incluyendo el Alzheimer. Por ejemplo, mujeres que atraviesan la menopausia antes de los 45 años tienen un 35% más de riesgo de ser diagnosticadas con demencia.

Foto Freepik

Cambios pequeños, grandes impactos

Si bien la relación directa entre la menopausia y el Alzheimer todavía se está investigando, hay medidas prácticas que las mujeres pueden tomar para reducir sus riesgos.

Mantener una presión arterial saludable, niveles de colesterol equilibrados, y controlar enfermedades como la diabetes tipo 2 son esenciales. Estas condiciones no solo afectan al corazón sino también al cerebro, ya que impactan el suministro de oxígeno a las neuronas.

En términos simples, cuidar la salud del corazón también cuida al cerebro.

Alimentación y ejercicio: aliados del cerebro

Una dieta rica en antioxidantes, grasas saludables y proteínas puede marcar la diferencia. Alimentos como pescados grasos, frutos secos, nueces y verduras de hoja verde ayudan a proteger las neuronas.

Además, el ejercicio físico regular no solo fortalece el cuerpo, sino también la mente. La actividad física incrementa el flujo sanguíneo al cerebro y fomenta la creación de nuevas conexiones neuronales. Se recomienda incluir una combinación de ejercicios aeróbicos y de fuerza varias veces por semana.

Terapia hormonal: ¿Es para todas?

El uso de tratamientos hormonales, como la terapia de reemplazo hormonal (TRH), también es una opción que algunas mujeres consideran. Sin embargo, el beneficio de la TRH depende del momento en que se inicie y de las características individuales de cada mujer.

Lee también:

Por ejemplo, comenzar la terapia dentro de los primeros cinco años de la menopausia puede ofrecer un efecto protector en algunos casos. Sin embargo, iniciar la TRH después de los 65 años podría aumentar el riesgo de deterioro cognitivo, según algunos estudios. La clave está en obtener un asesoramiento médico adecuado antes de tomar cualquier decisión.

Salud emocional y cerebral

No se puede subestimar la conexión entre la salud mental y la salud cerebral. La ansiedad y la depresión, comunes durante la menopausia, también están relacionadas con un mayor riesgo de deterioro cognitivo. Buscar apoyo emocional, terapia o incluso practicar la meditación pueden ser herramientas valiosas para mantener una mente más clara y saludable.

¿Le resultó útil este artículo?
Dany Levito

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *