¿A qué edad los hombres dejan de «excitarse»?
Envejecer trae consigo muchas experiencias enriquecedoras, pero también ciertos cambios en el cuerpo. Desde una visión menos nítida hasta molestias en las articulaciones, el paso de los años nos recuerda que somos humanos. Esto nos lleva a una pregunta común: ¿a qué edad los hombres dejan de excitarse? Aunque no hay una respuesta única, hay factores que influyen en la función sexual masculina a lo largo de la vida.
La excitación no tiene edad fija
Primero, hay que dejar claro: los hombres no dejan de excitarse por completo a una edad específica. La experiencia varía dependiendo de cada individuo. Mientras algunos enfrentan desafíos en su vida sexual a los 30 o 40 años, otros mantienen una actividad satisfactoria hasta sus 70 u 80 años. Sin embargo, con el paso del tiempo, ciertos factores físicos y mentales pueden influir en la capacidad de excitarse y mantener relaciones satisfactorias.
¿Qué sucede con la edad?
La conexión entre la edad y los cambios en la función sexual masculina es innegable. Según estudios, el riesgo de desarrollar disfunción eréctil (DE) aumenta con los años. Por ejemplo, un hombre de 40 años tiene un 40% de probabilidad de enfrentar alguna forma de DE, cifra que aumenta cada década.
Más allá de la edad, factores como el estilo de vida, salud mental y enfermedades crónicas desempeñan un papel relevante. No es solo el envejecimiento el responsable, sino cómo se cuida el cuerpo y la mente con los años.
Factores físicos relacionados
La capacidad de excitarse está directamente relacionada con la salud del sistema cardiovascular y del flujo sanguíneo. Enfermedades como la hipertensión, colesterol elevado y diabetes son más comunes con la edad y afectan negativamente la función sexual. Por ejemplo:
Hipertensión: la presión alta puede dañar los vasos sanguíneos, dificultando el flujo requerido para una erección.
Diabetes: los hombres diabéticos tienen tres veces más probabilidades de desarrollar DE debido al daño en los nervios y vasos sanguíneos.
Baja testosterona: la producción de esta hormona, esencial para el deseo sexual, disminuye gradualmente a partir de los 30 o 40 años.
Además, ciertas medicinas para tratar estas condiciones, como los antihipertensivos o antidepresivos, pueden influir en la potencia sexual.
Factores psicológicos y estilos de vida
El cuerpo no es el único factor en juego. La mente también juega un rol clave. Problemas como el estrés, la ansiedad, la depresión y la baja autoestima pueden afectar seriamente el deseo y desempeño sexual. Por ejemplo, un hombre que se siente presionado por «rendir» puede enfrentar dificultades, incluso si físicamente está sano.
El estilo de vida también tiene un gran impacto. Malos hábitos como fumar, consumir alcohol en exceso o evitar la actividad física incrementan la probabilidad de tener DE. Por otro lado, mantener un peso saludable, ejercitarse regularmente y dormir bien pueden marcar una enorme diferencia.
¿Cuándo empiezan los problemas?
Aunque no hay una regla fija, el consenso médico indica que los problemas de erección y excitación suelen comenzar a partir de los 40 años. Sin embargo, la intensidad varía. Algunos experimentan solo dificultades ocasionales, mientras que otros enfrentan desafíos constantes. A partir de los 70 años, más del 50% de los hombres reporta alguna forma de DE.
¿Qué significa esto? Que el envejecimiento aumenta el riesgo, pero no determina que todos los hombres dejarán de disfrutar una vida sexual. Las experiencias personales son muy diferentes y dependen de aspectos generales de salud.
Opciones de tratamiento y prevención
Si bien los cambios son naturales con la edad, hay muchas formas de abordar y prevenir las dificultades sexuales. Algunos de los enfoques más comunes incluyen:
Medicamentos
Los medicamentos como el sildenafil (Viagra) o tadalafil (Cialis) han sido revolucionarios para tratar la DE. Ayudan a mejorar el flujo sanguíneo, facilitando la excitación. Estos fármacos son efectivos, pero no deben utilizarse sin la supervisión de un médico.
Cambios en el estilo de vida
Adoptar hábitos saludables puede prevenir y mejorar los problemas sexuales. Esto incluye llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio, dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol. Además, el control del estrés, la meditación y el sueño de calidad son esenciales para la salud general.
Terapia psicológica
Cuando la causa es emocional o psicológica, la terapia puede ser la solución. Hablar con un psicólogo o terapeuta especializado puede ayudar a superar la ansiedad de desempeño, el estrés u otros problemas que afectan la vida íntima.
Comunicación en pareja
Abrir un diálogo honesto con la pareja sobre las inquietudes puede ser un paso importante. Muchas veces, la vergüenza o la falta de comunicación agravan el problema. Compartir preocupaciones puede unir a las parejas y reducir el estrés asociado con la intimidad.
¿Qué puedes esperar?
Aunque los cambios en la respuesta sexual son inevitables con la edad, no significa el fin de una vida íntima satisfactoria. Con el cuidado adecuado, muchos hombres disfrutan de relaciones sexuales plenas, incluso en la vejez. La clave está en la salud física, emocional y en un enfoque proactivo hacia los cambios del cuerpo.
En resumen, no hay una edad mágica en la que los hombres dejan de excitarse. Las experiencias son únicas y están influenciadas por múltiples factores. Escuchar al cuerpo, cuidar la salud y buscar apoyo médico cuando sea necesario son los mejores pasos para disfrutar de una vida sexual saludable, sin importar la edad.