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Salud

Ansiedad en niños: ¿Cómo los padres la crean?

Esta es una situación complicada que genera descontrol emocional en cientos de niños en el mundo

En la actualidad, cada vez son más los niños que desarrollan algún trastorno, ya sea ansiedad, estrés o mal humor. Por lo general, los niños suelen estar contentos, felices y sienten la necesidad de querer explorar su entorno y disfrutarlo. Sin embargo, hay casos en los que una inocente mirada transmite ansiedad, miedo, estrés o descontento.

De hecho, la mayoría de las veces en la que los niños sufren de ansiedad es porque no se sienten seguros y tienen miedo por alguna razón. Cuándo un menor cree que está en peligro o no puede actuar de cierta forma con libertad en su propia casa con sus seres queridos, puede llegar a desarrollar ansiedad debido a que no siente la confianza y la seguridad emocional que todos los niños deben sentir en su hogar. En estas situaciones, muchas veces puede ser que los propios padres estén generando este trastorno en sus hijos sin ser conscientes de ello, fomentando los sentimientos de ansiedad de los pequeños. De acuerdo con una investigación realizada recientemente, se descubrió que incluso las mujeres eran más propensas a transmitir sus propias ansiedades a su descendencia que los hombres.

Es ahí cuando nos hacemos la gran pregunta: ¿Cómo puede ocurrir esto? Y la respuesta es más sencilla de lo que se cree. Casi siempre llegamos a pensar que podemos controlar cada emoción, gesto o palabra delante de nuestros hijos, sin embargo, ellos son capaces de percibir nuestros miedos y comportamientos inusuales, pero sin ser capaces de interpretarlos. Debido a esta falta de comprensión, es que se suele generar la ansiedad.

Pese a esto, consolar a los niños en situaciones en las que hay ansiedad, les incita a adoptar mecanismos equivocados, como evadir los problemas: según el artículo de la educadora Laura Lynn Knight publicado en el «Huff Post» estadounidense, cuando los niños pasan por una situación poco agradable, pueden desarrollar estrategias de evitación, por ejemplo, si le acosan de camino al instituto, el niño pedirá a sus padres que le acompañen al colegio. «Los padres perpetúan involuntariamente el ciclo de la ansiedad ayudando al niño a evitar las cosas a las que les temen», afirma. Sin embargo, la verdadera tarea de los padres es acompañar a su hijo y enfrentar la situación, proporcionándole apoyo y ayuda.

Errores que suelen cometer los padres

Ignorar la propia ansiedad

Los niños perciben cuando un adulto está deprimido o algo le preocupa, es decir que se dan cuenta cuando las personas tienen ansiedad y angustia. «Cuando nuestra ansiedad no está bien gestionada y nuestros hijos están sobreexpuestos a ella, podemos enseñarles involuntariamente a tener miedo de ciertas situaciones porque nosotros las tememos», afirma el psicólogo Booth Watkins a Huff Post. Esto no quiere decir que se van a negar las propias angustias para no transmitirlas, sino de hablar de ellas de forma adecuada. Si ellos mismos están ansiosos, el niño puede encontrar consuelo sabiendo que no está solo. «Y lo más importante, les hace saber que no tienen por qué sufrir en silencio y que estás ahí para ayudarles», concluye Watkins.

Elogiar los resultados en lugar de los esfuerzos

Muchas veces se comete el error de solo elogiar a los menores cuando muestran resultados. Por lo tanto, sentirán la presión de tener éxito siempre para no decepcionar a sus padres. De acuerdo con una investigación, elogiar excesivamente a los niños por los esfuerzos que hace, les enseña que tienen cualidades, aunque no destaquen en todas las áreas.

Ser demasiado directo

A pesar de que la comunicación y el diálogo son importantes para calmar la ansiedad, ser sutil nunca está de más. Si percibes que tu hijo está estresado cuando va a comenzar su primer día de colegio, evite ser demasiado duro diciéndole: «¿Estás estresado por el primer día de colegio, porque tienes miedo de no encontrar amigos? Poner palabras tan directas al problema reforzará la sensación de malestar. Mediante ejercicios situacionales y preguntas sobre las emociones, podemos ayudar al niño a calmarse, y a nosotros a calmar nuestras propias ansiedades, que a menudo van unidas a las de nuestros hijos.

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Dany Levito

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