LOS INGREDIENTES
Los nachos son un platillo de origen mexicano muy conocido en el mundo, que consiste en freír trozos de tortilla de maíz cubiertos con un queso especial llamado «queso para nachos». Hoy aprenderemos una receta fácil para 4 personas. Sorprenderás a los tuyos e incluso a ti mismo, si nunca los has hecho. Para hacer estos nachos caseros, primero necesitaremos unas tortillas mexicanas -las cuales también mostraré cómo hacerlas-. Después las cortaremos en triangulos y freiremos.
Estos son los ingredientes que sugiere Gorka Barredo, cocinero y comunicador gastronómico español: 150g de harina de trigo, 150g de harina de maíz, 150-180ml de agua, sal y aceite.
LA PREPARACIÓN
Preparamos las tortillas mexicanas. Para ello, en un bol ponemos la harina de trigo y la de maíz. Puedes poner sólo la de trigo si quieres. Sólo de maíz no sirve, porque al carecer de gluten, no vas a poder estirarla después. Añadimos también el agua y la sal y mezclamos.
La cantidad de agua es orientativa. Al final, debe quedar una masa que se pegue sólo un poco a las manos. Que no quede ni muy dura ni demasiado licuada. Que se pegue un poquito a las manos.
AMASAMOS
Amasamos durante unos 5 minutos. Después devolvemos la masa al bol, tapamos y dejamos que repose en la nevera unos 20 minutos.
Pasado este tiempo retiramos y hacemos con la masa bolas de unos 50g. Cogemos individualmente cada bola y la aplastamos un poco con las manos. Después, la colocamos sobre una encimera enharinada y la estiramos con un rodillo. No te preocupes si no te quedan con una forma redondeada perfecta, la idea es que queden lo más circulares posibles, sin necesidad que sean perfectas. Lo que sí es muy importante es que queden muy finas, de menos de 1 cm de grosor.
LA TORTILLA AL SARTÉN
Ponemos cada tortilla en una sartén a fuego fuerte. Las vamos a cocinar a la plancha un minutito por cada una de sus caras. Hecho esto retiramos y reservamos, hasta que terminemos de hacer todas las tortillas.
Puedes obviar todos estos pasos comprando directamente las tortillas. Nos quitaremos gran parte del trabajo de encima pero el resultado no será el mismo. Lo que sí que vamos a hacer, en todo caso, es dejarlas un día a temperatura ambiente. Sin tapar ni nada. Así dejamos que las tortillas mexicanas que acabamos de hacer se sequen.
EL PASO FINAL
Al día siguiente las cortamos en triángulos y las freímos en pequeñas tandas y en abundante aceite caliente. Con una espumadera, las vamos removiendo en todo momento, para evitar que se tuesten en exceso.
Pasados tan sólo unos 15 o 30 segundos, cuando con la misma espumadera veamos que comienzan a «endurecerse» – a quedar crujientes – retiramos los nachos caseros y los dejamos reposar en papel absorbente.
UN POCO DE HISTORIA
La historia cuenta que en la ciudad de Piedras Negras, Coahuila (México), en un pequeño restaurante llamado El Moderno, llegaron varias esposas de militares estadounidenses después de haber cerrado el restaurante, entonces el chef Ignacio Anaya les preparó ingeniosamente un platillo con lo poco que tenía disponible: totopos, queso, y elote.
La historia de su origen varía en esta ciudad, pero se sabe que una de las personas en la mesa aquel día preguntó al mesero « ¿Cómo se llama?», refiriéndose al platillo. El mesero respondió con su hipocorístico «Nacho». El platillo fue incrementando su fama, y simplemente le pusieron el nombre de «nacho». Cuando la gente quería el platillo, solo decía «Quiero unos nachos».
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