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¿Caminar después de comer nos ayuda a perder peso?

Caminar después de comer se ha convertido en una práctica recomendada por profesionales de la salud, con beneficios respaldados por investigaciones científicas. Pero, ¿realmente ayuda a perder peso? Esta práctica no solo tiene un impacto positivo en el control del peso, sino en diversos aspectos de la salud general. El día de hoy exploramos cómo un ligero paseo después de las comidas puede marcar una gran diferencia.

Mejora la digestión y reduce molestias gastrointestinales

Uno de los principales beneficios de caminar tras comer es la mejora en la digestión. Estudios publicados en revistas médicas como Gastroenterology and Hepatology from Bed to Bench han demostrado que una caminata ligera de 10 a 15 minutos después de una comida ayuda a reducir molestias como hinchazón, acidez y pesadez estomacal. Este movimiento suave estimula el sistema digestivo, optimizando la absorción de nutrientes y reduciendo el tiempo de tránsito intestinal.

A diferencia de quedarse sentado o acostado después de comer, la actividad física ligera evita la acumulación de gases y acelera la descomposición de los alimentos. De esta forma, una caminata corta puede ser particularmente útil tras comidas copiosas o pesadas.

Impacto en el nivel de azúcar en sangre

Otro aspecto fundamental es la regulación de los niveles de azúcar. Investigaciones publicadas en Diabetes Care sugieren que caminar durante 2 a 5 minutos después de una comida es más efectivo para controlar los picos de glucosa en sangre que realizar la caminata en otro momento del día. Esto tiene gran importancia, especialmente en personas con riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Al reducir los picos de azúcar, también disminuyen las ganas de comer dulces más adelante, un efecto indirecto que puede contribuir al control del peso. Además, este hábito regular puede ser un aliado en la prevención de enfermedades metabólicas.

Foto Freepik

Quema de calorías: un aliado en la pérdida de peso

Aunque caminar después de comer no será equivalente a un entrenamiento intenso, contribuye significativamente al gasto calórico diario. Según expertos de la Mayo Clinic, añadir 30 minutos de caminata a un ritmo moderado puede quemar entre 150 y 200 calorías, dependiendo del peso de la persona y la intensidad del paseo.

Por otro lado, caminar después de cada comida puede sumar pequeños déficits calóricos que, con el tiempo, se traducen en pérdidas de peso sostenibles. Es importante destacar que no se necesita un ritmo rápido; incluso una caminata pausada tiene un impacto positivo en el metabolismo y la quema de grasas.

Regulación del estado de ánimo y calidad del sueño

El beneficio de caminar no se limita únicamente al aspecto físico. Un paseo tras comer puede liberar endorfinas, promoviendo sensaciones de bienestar y ayudando a reducir el estrés. Esto no solo mejora la relación emocional con los alimentos, sino que genera un círculo virtuoso de hábitos saludables.

Además, estudios médicos han encontrado que caminar después de cenar puede promover una mejor calidad del sueño. Este pequeño hábito regula los ritmos circadianos del cuerpo, haciendo que descansar sea más efectivo. Un buen descanso es esencial para evitar el aumento de peso, ya que la falta de sueño está relacionada con desbalances hormonales que incrementan el apetito.

¿Cuál es el momento ideal para caminar?

La clave para maximizar los efectos beneficiosos de caminar tras una comida es elegir el momento adecuado. Aunque puede hacerse hasta 90 minutos después de comer, las evidencias sugieren que los mejores resultados se obtienen si se realiza entre 20 y 30 minutos después de terminar la comida. En este periodo, se evitan los choques de glucosa y se activa de manera óptima el sistema digestivo.

En cuanto al ritmo, un paseo relajado entre 5 y 8 kilómetros por hora (aproximadamente el 60-70% de la frecuencia cardíaca máxima) es suficiente. Este equilibrio entre intensidad y comodidad hace que esta práctica pueda ser realizada por prácticamente cualquier persona, independientemente de su nivel de condición física.

Caminar después de comer no solo facilita la pérdida de peso, sino que aporta beneficios más amplios, como mejorar la digestión, controlar los niveles de azúcar en sangre, potenciar la quema de calorías y favorecer un mejor descanso. Al añadir este simple cambio a la vida diaria, cualquier persona puede comenzar a construir una relación más saludable con la comida y el ejercicio. Así que, después de tu próxima comida, ¿por qué no das un paseo corto y experimentas por ti mismo todos estos beneficios?

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Dany Levito

Daniela, una apasionada de la lectura y la tecnología, nació en una vibrante ciudad en América Latina. Desde muy temprana edad, mostró un gran interés por los libros y la curiosidad por explorar el mundo de la tecnología.

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