La fiebre es un síntoma común de muchas enfermedades y suele ser una señal de que el cuerpo está luchando contra una infección. Aunque la mejor manera de medir la temperatura corporal es con un termómetro, no siempre se tiene uno a mano, especialmente en tiempos de COVID-19. Afortunadamente, existen algunos métodos sencillos y efectivos que pueden ayudarte a determinar si tienes fiebre sin necesidad de un termómetro.
Tocar la frente: un método tradicional
Una de las formas más comunes de verificar si tienes fiebre sin un termómetro es tocando la frente con el dorso de la mano. Si la frente se siente inusualmente caliente al tacto, es posible que tengas fiebre. Este método es sencillo y rápido, pero puede ser inexacto, ya que la percepción del calor puede variar de una persona a otra.
Para obtener resultados más confiables, es recomendable pedir a otra persona que también toque tu frente y la compare con la suya. Esto te ayudará a determinar si realmente tienes una temperatura más alta de lo normal. Además, puedes intentar apoyar tu mejilla contra la frente de la persona, aunque es importante tener en cuenta que esto podría no ser aconsejable si sospechas que tienes COVID-19, por lo que deberías lavarte la mejilla después de este procedimiento.
Pellizcar la piel para detectar deshidratación
Otro método que puede indicar si tienes fiebre es pellizcar suavemente la piel del dorso de la mano. Si la piel vuelve a su lugar rápidamente, significa que estás bien hidratado. Sin embargo, si la piel se mueve lentamente, es posible que estés deshidratado, lo cual puede ser un signo de fiebre.
Es importante tener en cuenta que la deshidratación no siempre es un indicador de fiebre, ya que puede deberse a otras causas, como la pérdida de líquidos por sudoración excesiva o la falta de ingesta de líquidos. Por lo tanto, este método también puede ser inexacto.
Observar el rubor en las mejillas
Otra forma de determinar si tienes fiebre sin un termómetro es mirarte al espejo y observar si tus mejillas presentan un rubor o coloración más intensa de lo habitual. Cuando se tiene fiebre, las mejillas suelen verse más rojas o moradas, debido al aumento de la circulación sanguínea.
Este método puede ser útil, pero también puede ser subjetivo, ya que la percepción del color de las mejillas puede variar de una persona a otra. Además, el rubor en las mejillas puede deberse a otras causas, como la exposición al frío o la actividad física.
Analizar el color de la orina
Otra señal que puede indicar fiebre es el color de la orina. Cuando se tiene fiebre, el cuerpo se deshidrata, lo que puede reducir la producción de orina. Esto puede hacer que la orina se vuelva más concentrada y de un color amarillo oscuro o anaranjado, además de tener un olor más fuerte.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el color de la orina puede verse afectado por otros factores, como la dieta, los medicamentos o la deshidratación por causas diferentes a la fiebre. Por lo tanto, este método también debe ser considerado junto con otros signos y síntomas.
Monitorear los síntomas asociados a la fiebre
Además de los métodos físicos para detectar fiebre, también es importante prestar atención a los síntomas que suelen acompañar a este estado. Algunos de los síntomas más comunes de la fiebre incluyen:
Cansancio y fatiga generalizada: debido a que gran parte de la energía del cuerpo se está utilizando para combatir la infección, es normal sentirse más cansado y con pocas fuerzas.
Dolor en los huesos y músculos: el malestar y el dolor en los huesos, músculos y articulaciones son síntomas frecuentes de la fiebre.
Temblores y sudores: los cambios de temperatura corporal pueden provocar escalofríos o sudoración excesiva.
Dolor de cabeza: el dolor de cabeza también suele acompañar a la fiebre.
Si presentas alguno de estos síntomas, es importante que te monitorees de cerca y, en caso de que la fiebre persista o se acompañe de otros signos preocupantes, que consultes a un médico.
¿Cómo reducir la fiebre rápidamente?
Una vez que hayas determinado que tienes fiebre, es importante tomar medidas para reducir la temperatura corporal y aliviar los síntomas. Algunas estrategias efectivas incluyen:
No abrigarse demasiado
Cuando se tiene fiebre, el cuerpo ya está más caliente de lo normal, por lo que no es necesario abrigarse en exceso. Esto solo provocaría que la temperatura aumentara aún más. Lo mejor es vestir ropa ligera y usar una manta delgada si se tienen escalofríos.
Tomar un baño de agua tibia
Darse un baño de agua tibia puede ayudar a bajar la temperatura corporal. Es importante que el agua no esté fría, ya que un cambio brusco de temperatura podría ser perjudicial. Un baño de 10 minutos con agua tibia puede ser muy efectivo.
Aplicar paños con agua tibia
Otra opción es colocar paños con agua tibia en las zonas donde se acumula más calor, como la frente, la nuca, las muñecas o los tobillos. Esto ayudará a reducir la temperatura gradualmente sin descenderla en exceso.
Recuerda que, si la fiebre persiste o se acompaña de síntomas preocupantes, es importante consultar a un médico. Él podrá determinar la causa subyacente y brindar el tratamiento adecuado.
¿Cómo tomar la temperatura corporal?
Aunque los métodos anteriores pueden ser útiles para detectar si tienes fiebre, la manera más precisa de medir la temperatura corporal sigue siendo el uso de un termómetro. Existen varios tipos de termómetros disponibles, cada uno con sus propias características y formas de uso:
Termómetros rectales: se utilizan insertando suavemente la punta del termómetro en el recto, generalmente en bebés.
Termómetros orales: se colocan debajo de la lengua, con la boca cerrada.
Termómetros de la arteria temporal: utilizan un escáner infrarrojo para medir la temperatura de la arteria temporal en la frente.
Termómetros axilares y de oído: aunque son menos precisos, también pueden ser utilizados.
Es importante seguir las instrucciones del fabricante al usar cualquier tipo de termómetro y mantener los dispositivos limpios entre usos. Además, es recomendable tener termómetros dedicados para tomar la temperatura oral y rectal, para evitar contaminación cruzada.
¿Cuándo buscar atención médica?
Si bien la fiebre en sí misma no siempre es un motivo de preocupación, existen ciertos casos en los que es importante buscar atención médica de inmediato:
Bebés menores de 3 meses: cualquier fiebre en un bebé de esta edad debe ser evaluada por un médico sin demora.
Síntomas preocupantes: si la fiebre se acompaña de dificultad para respirar, dolor de pecho, dolor de cabeza intenso, confusión, vómitos persistentes, deshidratación u otros síntomas alarmantes, es necesario consultar a un profesional de la salud.
Fiebre que dura más de 5 días: si la fiebre persiste por más de 5 días consecutivos, también se debe buscar atención médica.
En estos casos, es importante no demorar la consulta, ya que puede ser necesario un diagnóstico y tratamiento adecuados para descartar o abordar cualquier problema subyacente.
