¡Comprobado! Oler la comida te hace engordar
Este estudio realizado por investigadores de la Universidad de Berkeley ha determinado que existe una relación directa entre el olor de los alimentos y el aumento de masa corporal, por lo que basta con solo olfatear la comida para que nuestro cuerpo aumente de peso. Es un poco extraño, pero veamos los detalles.
Es gracioso pensar que esos que hacen el chiste de «ya he subido tres kilos con solo mirar mi plato» realmente tienen la razón. Aunque nunca antes se había demostrado que solo con observar los alimentos podíamos engordar, recientemente se ha publicado un estudio bastante extenso que ha demostrado que el simple hecho de oler la comida puede causar en nosotros un aumento de peso.
El estudio del que estamos hablando fue desarrollado por investigadores de la Universidad de Berkeley, en California. Las pruebas consistieron en colocar a pequeños ratones en una dieta de comida basura, en la que cada roedor recibía la misma cantidad de comida, pero un grupo tenía acceso a su sentido del olfato mientras que el otro no. Semanas después de haber comenzado con las pruebas, se pudo comprobar que los ratones sin olfato no habían ganado ni un gramo, y algunos incluso habían llegado a perder peso. Y, por otro lado, los ratones que habían conservado el sentido del olfato habían duplicado su masa corporal.
Estos resultados dejaron en los investigadores la duda de qué pasaría si a los ratones que habían ganado peso se les privaba ahora del sentido del olfato mientras seguían con la misma dieta de comida chatarra. Después de hacer estas modificaciones en el experimento, se pudo observar que los ratones que habían duplicado su tamaño perdían toda la grasa que habían ganado durante la primera prueba una vez que se les bloqueaba el sentido del olfato.
Tras obtener los resultados, los científicos afirmaron que las conclusiones de este estudio hasta el momento hecho en ratones podrían ser aplicables a los humanos, ya que, si se priva a un individuo de su sentido del olfato, el cerebro podría ser engañado y detener el almacenamiento de grasas. No obstante, aunque sea una hipótesis que gana mucha fuerza y esta sea una forma que permita descubrir nuevas alternativas para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso, Celine Riera, coautora del estudio advierte del peligro que esto podría representar para la salud, sobre todo en el aspecto psicológico: «Las personas que pierden su sentido del olfato pueden deprimirse muy rápido, ya que perderían todo el placer que representa el alimentarse».
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