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Estilo de vida

¿Confundes a menudo los nombres de tus hijos? Esto es lo que eso significa según un psicólogo

Es una escena familiar que muchos de nosotros hemos experimentado: estás llamando a tus hijos para que vengan a cenar y, sin darte cuenta, te equivocas y dices el nombre de tu sobrino o incluso de tu mascota antes de acertar con el nombre de tu propio hijo. Lejos de ser una señal de que tienes preferencias o que no recuerdas los nombres de tus hijos, esta confusión tiene una explicación científica que nos ayuda a entender mejor el funcionamiento de nuestra mente.

La clasificación mental de nuestros seres queridos

Según las investigaciones realizadas por expertos en psicología cognitiva, el fenómeno de confundir los nombres de nuestros familiares y amigos más cercanos se debe a la forma en que nuestro cerebro organiza y almacena esta información. De manera inconsciente, clasificamos a las personas que nos importan en diferentes «carpetas» mentales, agrupándolas por su relación con nosotros: familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.

Esta categorización es lo que explica por qué es más probable que confundamos el nombre de un hermano con el de otro hermano, o el de un amigo con el de otro amigo, pero es menos probable que llamemos a nuestra pareja por el nombre de un compañero de trabajo. Los nombres de las personas que pertenecen a una misma categoría mental se encuentran más «cerca» en nuestro cerebro, lo que facilita que se mezclen o intercambien involuntariamente.

Foto Freepik

Factores que influyen en las confusiones de nombres

Varios estudios han analizado en profundidad este fenómeno, involucrando a más de 1.700 participantes. Algunos de los hallazgos clave son:

Similitud entre las personas

Contrariamente a lo que podríamos pensar, el parecido físico o la similitud fonética entre los nombres no son factores determinantes para que se produzcan estas confusiones. Lo que realmente importa es la relación que tenemos con esa persona y cómo la hemos categorizado mentalmente.

Familiaridad y cercanía emocional

Cuanto más cercanos y familiares nos son los individuos, más propensos somos a confundir sus nombres. Por ejemplo, es mucho más común que confundamos los nombres de nuestros hijos, hermanos o padres que los de nuestros compañeros de trabajo o conocidos.

Inclusión de mascotas en la «familia»

Incluso nuestras mascotas, especialmente los perros, pueden verse afectadas por estas confusiones de nombres. Debido a que los consideramos parte de nuestra familia, sus nombres también se encuentran almacenados en esa misma «carpeta» mental, lo que facilita que los mezclemos con los de nuestros familiares humanos.

Impacto emocional y consecuencias

Si bien estas equivocaciones pueden generar frustración o incluso hacernos sentir que no somos lo suficientemente importantes para nuestros seres queridos, los expertos aseguran que no hay nada de qué preocuparse. Lejos de ser un signo de que preferimos a unos hijos sobre otros, la confusión de nombres simplemente refleja la forma en que nuestro cerebro organiza y almacena la información sobre las personas que más amamos.

De hecho, algunos estudios han encontrado que los padres que más confunden los nombres de sus hijos son aquellos que tienen un vínculo más fuerte y una relación más cercana con ellos. Así que la próxima vez que tu madre te llame por el nombre de tu hermano, ¡tómalo como un cumplido!

Estrategias para evitar las confusiones de nombres

Aunque este fenómeno es bastante común y no representa ningún problema, existen algunas estrategias que pueden ayudarnos a reducir las confusiones de nombres:

Prestar más atención

Cuando estemos hablando con nuestros familiares o amigos, es importante estar más atentos y concentrarnos en utilizar correctamente sus nombres. Esto puede ayudarnos a reforzar esa conexión en nuestra mente y disminuir las probabilidades de equivocarnos.

Lee también:

Usar apodos o diminutivos

Otra opción es recurrir a apodos o diminutivos para referirnos a nuestros seres queridos. Al estar más acostumbrados a esos nombres, es menos probable que los confundamos con otros.

Repetir los nombres

Cuando nos dirijamos a alguien, podemos intentar repetir su nombre en la conversación para reforzar su asociación en nuestra memoria.

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Dany Levito

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