Cuidado con los códigos QR que escaneas porque podrían ser una estafa
En la era digital en la que vivimos, los códigos QR se han convertido en una herramienta omnipresente en nuestra vida cotidiana. Desde escanear un código para acceder a un menú de restaurante hasta realizar un pago móvil, estos códigos bidimensionales se han vuelto indispensables. Sin embargo, esta conveniencia también ha atraído a los ciberdelincuentes, quienes han encontrado una nueva forma de engañar a los usuarios: el «quishing».
¿Qué es el quishing?
El quishing es una variante del phishing, una técnica fraudulenta utilizada por los delincuentes para robar información personal y financiera. En lugar de utilizar correos electrónicos o mensajes de texto falsos, los estafadores ahora ocultan sitios web maliciosos o software pirateado en códigos QR. Cuando un usuario escanea uno de estos códigos QR, se le redirige a un sitio web falso donde se le solicita que ingrese datos confidenciales, como contraseñas o información bancaria.
Cómo funcionan las estafas con códigos QR
La mecánica del quishing es relativamente sencilla. Los ciberdelincuentes generan códigos QR fraudulentos utilizando herramientas en línea, que luego imprimen y colocan sobre códigos QR legítimos en lugares públicos, como parquímetros, carteles publicitarios o incluso en el correo físico. Cuando un usuario escanea el código QR falso, se le redirige a un sitio web clonado que imita a una marca o servicio confiable, con el objetivo de robar sus datos personales.
Además, los códigos QR también pueden ser enviados por correo electrónico o incluidos en anuncios en línea. En estos casos, el objetivo es el mismo: engañar al usuario para que ingrese información confidencial o descargue un software malicioso.
Consejos para evitar caer en la trampa
Afortunadamente, existen algunas medidas sencillas que se pueden tomar para protegerse de las estafas con códigos QR:
1. Desconfía de los códigos QR
Siempre que sea posible, evita escanear códigos QR, especialmente si provienen de fuentes desconocidas o sospechosas. Si es necesario hacerlo, asegúrate de que el código QR sea legítimo y presta atención a cualquier detalle que parezca sospechoso.
2. Verifica la URL
Después de escanear un código QR, revisa cuidadosamente la URL a la que te redirige. Si la URL parece extraña, contiene faltas de ortografía o no coincide con la marca o servicio que se supone que representa, no sigas adelante.
3. Evita ingresar información confidencial
Nunca proporciones información personal, como contraseñas o datos bancarios, después de escanear un código QR. Las empresas legítimas no deberían solicitar este tipo de información de esta manera.
4. Instala un antivirus en tu dispositivo
Un antivirus en tu smartphone o tablet puede ayudarte a detectar y bloquear sitios web y aplicaciones maliciosas a las que podrías ser redirigido a través de un código QR.
5. Denuncia cualquier sospecha de fraude
Si sospechas que un código QR es fraudulento, comunícate con la empresa o servicio que se supone que representa y repórtalo. También puedes denunciar el incidente a las autoridades competentes.
Los peligros del quishing van más allá del robo de datos
Las estafas con códigos QR no se limitan solo al robo de información personal y financiera. Los ciberdelincuentes también pueden usar estos códigos para instalar software malicioso en los dispositivos de los usuarios, lo que les permite acceder a listas de contactos, activar llamadas a números premium o realizar transacciones en línea sin el conocimiento de la víctima.
La evolución constante de las estafas con códigos QR
Los estafadores están en constante evolución, adaptando sus tácticas a las nuevas tecnologías y tendencias. Recientemente, se han reportado casos de falsos avisos de entrega de paquetes de la empresa de correos, donde los códigos QR redirigían a los usuarios a sitios web clonados para robar sus datos bancarios.
La importancia de la educación y la vigilancia
Para combatir eficazmente el quishing y otras formas de ciberdelincuencia, es crucial que los usuarios estén bien informados sobre los riesgos y las mejores prácticas para mantenerse seguros. Además, las empresas y las autoridades deben trabajar en conjunto para identificar y eliminar rápidamente estos esquemas fraudulentos.