Salud

¿Debo preocuparme por el mercurio en una lata de atún?

El atún enlatado contaminado con mercurio plantea riesgos significativos para la salud que no deben ser ignorados.

En los últimos años, las alertas sobre la presencia de mercurio en el atún enlatado han acaparado titulares, generando preocupación entre los consumidores. Este metal pesado, conocido por ser una potente neurotoxina, se encuentra cada vez más en niveles alarmantes en alimentos comunes como el atún. Diversas organizaciones, como Bloom y Foodwatch, urgen a las autoridades a establecer límites más estrictos, dado que el mercurio puede afectar gravemente al sistema nervioso si se consume en exceso.

Estudios recientes han demostrado que una significativa cantidad de latas de atún en Europa contiene niveles de mercurio que superan los estándares permitidos. Aunque es una fuente valiosa de proteínas y omega-3, los riesgos que implica la exposición recurrente al mercurio no deben subestimarse. Entonces, ¿vale la pena correr el riesgo?

El problema del mercurio en el atún enlatado

El atún enlatado es un alimento básico para muchos, pero detrás de su conveniencia se esconde una preocupación creciente: la contaminación por mercurio. Este metal venenoso ingresa al ambiente marino y, por ende, a nuestra cadena alimentaria. Vamos a desglosar de dónde proviene este mercurio y su impacto particular en el atún.

Origen del mercurio en el mar

El mercurio llega a los océanos a través de varias fuentes nocivas. La deposición atmosférica, causada por emisiones industriales como la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento, es un culpable principal. Este mercurio atmosférico se precipita con la lluvia y se infiltra en nuestros ríos, finalmente desembocando en el mar. Además, las actividades mineras y el drenaje de aguas industriales empeoran la situación. Una vez en el agua, el mercurio no solo se mezcla sino que también se deposita en los sedimentos del fondo marino, convirtiéndose en un peligro potencial para la fauna acuática.

Metilmercurio: la forma más peligrosa

En los ecosistemas marinos, el mercurio elemental se transforma en metilmercurio, la forma más tóxica de este metal. A diferencia de otros tipos de mercurio, el metilmercurio es altamente bioacumulativo. Pero, ¿qué significa esto? Significa que mientras más arriba estemos en la cadena alimentaria, mayores serán las concentraciones de metilmercurio que encontramos. Los peces grandes como el atún no escapan a esta regla, porque se alimentan de otros peces más pequeños, acumulando metilmercurio en sus tejidos. Este compuesto atraviesa fácilmente las barreras celulares, lo que aumenta significativamente su toxicidad para los humanos, particularmente en el sistema nervioso central. ¡Una razón más para estar atentos a lo que comemos!

Foto Freepik

Efectos del consumo de atún contaminado

El mercurio, especialmente en su forma de metilmercurio, es una amenaza para la salud humana, y este peligro no debe tomarse a la ligera. V

El metilmercurio es particularmente perjudicial para el sistema nervioso, el cual tiene la capacidad de cruzar la barrera hematoencefálica y acumularse en el cerebro, afectando severamente las funciones neurológicas. ¿Quiénes son los más vulnerables? Los niños y las mujeres embarazadas están en la cima de la lista. Durante el embarazo, el metilmercurio puede atravesar la placenta y llegar al feto, afectando el desarrollo neurológico del bebé. Esto puede resultar en problemas cognitivos y de aprendizaje que persisten a lo largo de la vida. En los niños, incluso exposiciones pequeñas pueden llevar a déficits neurológicos graves.

Riesgos a largo plazo

La exposición prolongada al mercurio no solo implica riesgos a corto plazo; con el tiempo, los daños se acumulan. El metilmercurio está vinculado a una serie de condiciones de salud crónicas. Entre los problemas más notables se encuentran:

  • Deterioro cognitivo: la exposición continua al mercurio puede conducir a disminuciones en la función cognitiva, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
  • Problemas cardiovasculares: estudios sugieren un vínculo entre el mercurio y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este metal puede afectar el ritmo cardíaco y la presión arterial, incrementando la posibilidad de infartos.
  • Trastornos inmunológicos y hormonales: el mercurio puede alterar el sistema inmunológico y las funciones hormonales, predisponiendo a enfermedades autoinmunes y problemas metabólicos.

Ante estos riesgos, es importante limitar su consumo, especialmente en poblaciones vulnerables. Optar por otros tipos de pescados con menor contenido de mercurio puede ser una alternativa más segura.

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Regulaciones y límites de mercurio

La preocupación creciente sobre los niveles de mercurio en el atún enlatado ha llevado a implementar normativas estrictas a nivel regional y a la activación de importantes iniciativas por parte de organizaciones no gubernamentales. Veamos cómo estas regulaciones buscan protegernos de esta amenaza insidiosa y qué acciones recientes están impulsando las ONGs para alertar al mundo.

Normativas en Europa

En Europa, las medidas reguladoras son claras pero no siempre suficientes frente al creciente problema del mercurio. De acuerdo con el Reglamento (CE) n.º 1881/2006, se establecen límites máximos de mercurio para diversos productos marinos, incluyendo el atún. Este reglamento fija que el contenido de mercurio no debe exceder los 0,5 mg/kg para el atún y la mayoría de los peces grandes. Sin embargo, estudios recientes han señalado que algunas muestras de atún enlatado superan estos límites. A pesar de los esfuerzos, la aplicación desigual de estas normas y la falta de actualización frente a nuevos datos científicos representan un desafío continuo.

Además, la Comisión Europea ha sugerido revisiones al reglamento para asegurar que las normativas se mantengan al día con los cambios en el medio ambiente y las prácticas pesqueras. Esta propuesta también busca establecer controles más rigurosos a lo largo de la cadena de suministro, asegurando que el mercurio se mantenga dentro de los límites en cada etapa, desde la captura hasta el envasado.

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Angelica Guerrero

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