Demencia con cuerpos de Lewy: ¿Cuáles son los síntomas?
Descubrir más sobre esta enfermedad puede ayudar a las personas a identificar los síntomas a tiempo y a buscar el apoyo adecuado.

La demencia con cuerpos de Lewy (DCL) es una de las formas más comunes de demencia y, sin embargo, sigue siendo desconocida para muchas personas. Este trastorno se caracteriza principalmente por la acumulación anormal de proteínas llamadas cuerpos de Lewy en las células nerviosas del cerebro, lo que puede afectar funciones esenciales como la memoria, el pensamiento y el movimiento. adecuado.
¿Qué es la demencia con cuerpos de Lewy?
Comparada con otras formas de demencia como el Alzheimer, la DCL tiene síntomas únicos que la distinguen. Sus efectos no solo se limitan a la memoria; también impacta áreas relacionadas con el control motor y el comportamiento. Este trastorno suele confundirse con otras enfermedades, como el Parkinson, debido a similitudes en los síntomas, pero existen diferencias clave que permiten un diagnóstico más preciso.
Entre las principales características de esta demencia, encontramos la variabilidad de los síntomas, que pueden fluctuar de un día a otro, incluso de una hora a otra y puede ser desconcertante tanto para los pacientes como para sus cuidadores.
Principales síntomas que debes conocer
Los síntomas de la DCL son variados y pueden aparecer en distintas combinaciones. A continuación, destacamos algunos de los más comunes:
- Alucinaciones visuales: muchas personas con DCL experimentan visiones claras de objetos, personas o animales que no están realmente allí. Estas alucinaciones pueden ser uno de los primeros signos de la enfermedad.
- Dificultad cognitiva: existe una marcada pérdida de atención, confusión y problemas para procesar información. Estos cambios suelen ser abruptos o variables, lo que diferencia a esta enfermedad de otros tipos de demencia.
- Problemas de movimiento similares al Parkinson: lentitud, rigidez muscular, temblores y dificultades para caminar son comunes en las personas que padecen DCL, lo que puede aumentar el riesgo de caídas.
- Alteraciones del sueño: un síntoma único es el trastorno del sueño REM, donde las personas actúan físicamente sus sueños. Esto puede incluir movimientos bruscos, hablar mientras duermen o incluso caerse de la cama.
- Disfunción del sistema nervioso autónomo: esto puede provocar mareos, presión arterial baja, problemas de incontinencia y estreñimiento.
- Cambios en el estado de ánimo y comportamiento: la depresión, apatía y ansiedad son comunes en muchas personas con DCL, al igual que episodios de agresividad o irritabilidad.

¿Qué hace diferente a la demencia con cuerpos de Lewy?
Uno de los mayores desafíos con la DCL es que se presenta de manera diferente en cada paciente. A diferencia de la enfermedad de Alzheimer, donde la pérdida de memoria es la característica principal, la DCL combina problemas cognitivos, motores y conductuales. También puede haber días “buenos” y días “malos”, lo que dificulta predecir cómo se sentirá la persona.
Por otra parte, muchas veces se confunde con el Parkinson, ya que ambas enfermedades involucran la acumulación de la misma proteína (alfa-sinucleína). Sin embargo, la diferencia radica en el orden de aparición de los síntomas. En el Parkinson, los problemas motores aparecen antes que los cognitivos; en la DCL ocurre lo contrario.
Diagnóstico y tratamiento: ¿Qué opciones existen?
Un diagnóstico temprano es esencial para manejar mejor la enfermedad. Si bien no existe una cura, hay estrategias para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Normalmente, un neurólogo realiza una evaluación detallada basada en el historial médico, un examen neurológico completo y, en algunos casos, pruebas de imágenes cerebrales.
El tratamiento se enfoca en controlar síntomas específicos. Por ejemplo, los medicamentos pueden ayudar con problemas motores o alucinaciones, aunque algunos fármacos pueden agravar los síntomas de otras áreas. Además, el manejo de la DCL requiere un enfoque integral que incluye:
- Fisioterapia para mantener la movilidad.
- Terapia ocupacional que busca adaptar la rutina diaria a las capacidades de cada paciente.
- Apoyo psicológico y psiquiátrico para tratar los cambios de comportamiento y estado de ánimo.
- Asesoramiento para los cuidadores, quienes a menudo enfrentan un estrés significativo al cuidar de alguien con esta enfermedad.
Cómo apoyar a un ser querido con DCL
El impacto de la DCL no solo afecta a los pacientes, sino también a quienes los rodean. Los cuidadores y familiares desempeñan un papel fundamental, adaptándose constantemente a las necesidades cambiantes de la persona. Aquí hay algunos consejos prácticos:
- Sé paciente y flexible: las fluctuaciones en el estado de alerta pueden ser desconcertantes, pero reconocer que esto es parte de la enfermedad puede aliviar el estrés.
- Promueve la seguridad en casa: los problemas de equilibrio y caídas son comunes, así que modificar el espacio vital para evitar accidentes es clave.
- Involucra a profesionales de la salud: no enfrentes esto solo. Contar con un equipo multidisciplinario facilita el manejo de la enfermedad.
Aunque no hay cura, el conocimiento y las herramientas adecuadas ayudan a llevar un día a día más manejable y a preservar la calidad de vida todo lo posible. Si tú o alguien cercano experimenta algunos de estos síntomas, no dudes en buscar ayuda médica especializada.