Nadie querría estar en los zapatos de este hombre, que de repente descubrió una terrible verdad. No sólo la traición de su esposa después de pasar toda una vida juntos, sino sobre todo, que los que él creía que eran sus hijos, de hecho, no lo eran en realidad.
Un diagnóstico que desencadena una revelación
Richard Mason, de 55 años, se ha encontrado con una verdad impactante. El hombre descubrió que había estado sufriendo de fibrosis quística desde su nacimiento y por lo tanto corría el riesgo de ser estéril. Por eso Richard no pudo evitar preguntarse enseguida si aquellos que había criado como sus propios hijos habían nacido de otro padre.
La verdad sale a la luz
Así es como se abrió la caja de Pandora, sacando a la luz algunas verdades muy duras. La ahora ex-esposa de Richard, Kate, había guardado el secreto por más de 20 años. Los tres hijos de la pareja nacieron en una larga aventura extramatrimonial.
«El mundo se derrumbó sobre mí cuando descubrí cuál era la verdad. Lo que me pasó es algo terrible que te quita todas las certezas en las que has creído durante toda tu vida. Es peor que el luto y ya no sabes quién eres realmente. Ya no hablo con dos de ellos, y es triste. Vi en Facebook que el mayor se graduó, pero no me invitaron. Pasé de ser su padre a un completo desconocido, uno que estuvo allí por casualidad mientras ellos crecían. Lo que quería era verlos graduarse, luego tener nietos de ellos y poder ayudarlos en los momentos difíciles de la vida que nunca les faltan. Pero todo esto me fue robado sin restricciones».
Después de la impactante verdad, Richard y Kate comenzaron una agotadora demanda, así como un inevitable divorcio: Kate se vio obligada a admitir la traición, por lo que Richard la demandó por fraude.
A pesar de la dificultad de la situación, Richard aún busca respuestas. Ha ofrecido una recompensa de 6.400 dólares a cualquiera que pueda ayudarlo a encontrar al padre biológico de sus hijos. Sospecha que puede ser un hombre con el que su ex esposa tuvo una relación intermitente en la década de 1990.
El amante de la madre y padre biológico de los tres niños prefiriero permanecer en el anonimato. Richard, por su parte, destruido, sigue esperando una sola cosa: que este hombre se presente para garantizar a estos jóvenes el afecto y el apoyo que ya no le está permitido dar.
