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Salud

Diagnosticado con cáncer de páncreas terminal, este corredor de maratón advierte sobre el primer síntoma que ignoró

La historia de un maratonista francés, que ignoró la señal más importante de su cuerpo, pone en alerta a todos sobre un enemigo silencioso: el cáncer de páncreas. Este cáncer es conocido por sus síntomas discretos y por aparecer cuando la enfermedad ya está avanzada. Reconocer esos avisos puede marcar la diferencia.

Este tipo de cáncer suele avanzar sin prisa, pero sin pausa. En las primeras etapas, es común no sentir nada fuera de lugar y los síntomas claros aparecen recién cuando el tumor creció lo suficiente o se desplazó fuera del páncreas.

Uno de los mayores riesgos del cáncer de páncreas es que casi nunca duele al comienzo y tampoco molesta. Hay personas, como el maratonista, que siguen entrenando, trabajando y viviendo como siempre. Su energía y fuerza física les permiten soportar pequeños cambios que, para alguien menos activo, serían una alerta roja.

La primera señal, la ictericia

En el caso de este deportista, el síntoma ignorado fue la ictericia, un cambio en el color de piel y ojos, que toman una tonalidad amarilla. Muchas veces, este aviso aparece en tumores de la cabeza del páncreas porque obstruyen el conducto biliar.

No se trata solo de color, sino también de la comezón en la piel, orina oscura y heces más claras o grasosas. Son cambios que pueden parecer menores, pero indican que algo serio pasa en el cuerpo. El maratonista pensó que quizás era problema de la hidratación o de los entrenamientos intensos, pero el cáncer seguía avanzando sin pausa.

Otras señales que no deben pasarse por alto

Además de la ictericia, hay otros cambios que pueden anunciar algo grave: dolor abdominal o lumbar que no mejora, la pérdida de apetito, las náuseas o vómitos frecuentes. Perder peso rápidamente, sin razón evidente, también es una campana de alarma.

El cuerpo también puede avisar con cansancio extremo o sensación de debilidad constante. A veces, la piel se vuelve irritada o aparecen coágulos en las venas. La hinchazón en el vientre por el crecimiento de hígado o vesícula tampoco debe pasarse por alto.

En estadios avanzados, el cáncer ya puede haberse propagado al hígado, pulmones, huesos o a la cavidad abdominal. Ahí, los síntomas se intensifican y la esperanza de vida se reduce.

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Diagnóstico, cuando las pruebas confirman el temor

Como no existen exámenes rutinarios que detecten el cáncer de páncreas temprano, la mayoría de los casos se detecta por imágenes y análisis de sangre cuando los síntomas ya aparecieron.

Las pruebas más usadas incluyen tomografías computarizadas, resonancias magnéticas, ecografías endoscópicas y análisis sanguíneos con marcadores como el CA 19-9. Ningún test individual es suficiente para confirmar el diagnóstico, pero juntos ayudan a entender la gravedad y el avance de la enfermedad.

La clasificación del cáncer de páncreas depende de varios factores: tamaño del tumor, invasión a otros órganos, afectación de ganglios o metástasis. Cuando el cáncer ya se extendió, el tratamiento curativo casi nunca es posible.

En la actualidad, no existe una manera fiable de detectar el cáncer de páncreas en personas sanas. Por eso, la recomendación es prestar atención si hay antecedentes familiares o si se pertenece a algún grupo de riesgo, sobre todo si hay quistes pancreáticos o síndromes hereditarios.

Para la mayoría, la mejor defensa es observar el cuerpo y no ignorar los cambios. Un color amarillento en la piel, una molestia persistente o una pérdida de peso inexplicable no se deben dejar pasar. La voz de alerta del maratonista es clara: lo que parecía un ajuste por el cansancio, resultó ser una enfermedad devastadora.

Convivir con el diagnóstico y buscar calidad de vida

Cuando el cáncer de páncreas llega a fase terminal, cuidar la calidad de vida toma prioridad. Los tratamientos existentes buscan, sobre todo, aliviar síntomas y mantener el mayor bienestar posible.

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La comunicación clara con los médicos y el apoyo emocional son claves. Hablar de los síntomas y compartir las dudas ayudan a sobrellevar el proceso, tanto para el paciente como para su entorno.

Nadie quiere pensar en enfermedades graves hasta que golpean la puerta. Pero historias como la del maratonista sirven para encender las alertas y recordar que la prevención empieza por escuchar cada señal del cuerpo.

Recuerda no ignores lo que tu cuerpo grita en voz baja, la detección a tiempo siempre ofrece mejores oportunidades.

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Veronica Pereira

Veronica siempre ha tenido una pasión por la escritura desde su infancia; hija del padre de un médico y madre naturópata, siempre ha estado inmersa en remedios naturales; se ha convertido en correctora/editora de libros de medicina y escritora independiente para blogs que tratan sobre medicina en general o sobre prevención en particular.

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