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¿Dónde guardar la carne en el frigorífico para que dure más tiempo?

Mantener la carne en perfectas condiciones es fundamental para disfrutar de comidas deliciosas y saludables. Sin embargo, muchos de nosotros no sabemos cómo almacenarla correctamente en el refrigerador para evitar que se eche a perder rápidamente.

Comprar la carne: asegura la cadena de frío

La primera regla clave para mantener la carne en buen estado es no romper la cadena de frío desde que la adquirimos hasta que la guardamos en casa. Esto significa que debemos evitar dejar la carne a temperatura ambiente durante el trayecto entre la carnicería y nuestro refrigerador.

Si vas a la tienda a comprar carne, lleva contigo una bolsa térmica. De esta forma, la carne permanecerá fría hasta que llegues a tu hogar y puedas almacenarla adecuadamente. Recuerda que las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias, lo que puede hacer que la carne se eche a perder rápidamente y ponga en riesgo nuestra salud.

Otra opción es adquirir la carne a través de una carnicería online que ofrezca un servicio de entrega refrigerada. Así, la carne llegará directamente a tu puerta en perfectas condiciones.

¿Dónde colocar la carne en el frigorífico?

Una vez que tengas la carne en casa, es importante saber dónde ubicarla dentro del refrigerador. La zona más fría suele ser la parte inferior, así que es ahí donde debes colocarla.

Coloca la carne en un recipiente hermético o en su propio envase, evitando que entre en contacto directo con otros alimentos. Esto evitará que los jugos de la carne contaminen el resto de los productos del frigorífico.

Si has adquirido la carne en una carnicería, puedes dejarla en la misma bandeja o envoltorio en el que te la entregaron, siempre y cuando esté diseñado para su conservación en el frigorífico.

Temperaturas adecuadas para conservar la carne

La temperatura ideal para almacenar la carne en el refrigerador es de aproximadamente 4 °C. Asegúrate de que tu frigorífico mantenga esta temperatura de forma constante, ya que las fluctuaciones pueden afectar a la calidad y frescura de la carne.

Si la temperatura es superior a 4 °C, las bacterias tendrán más facilidad para proliferar, acelerando el deterioro de la carne. Por el contrario, si la temperatura es demasiado baja, podrías provocar la congelación parcial del producto, lo que también afectaría a su textura y sabor.

Verifica periódicamente la temperatura de tu refrigerador y ajústala si es necesario para garantizar la óptima conservación de la carne.

Diferencias en el tiempo de conservación según el tipo de carne

No todas las carnes se comportan de la misma manera en el frigorífico. Existen algunas variaciones en cuanto al tiempo que pueden permanecer almacenadas:

Carne sin envasar

Carne fresca sin procesar: debe consumirse en las 24-48 horas siguientes a su compra.

Carne picada: tiene una vida útil más corta, de 1-2 días en el refrigerador.

Carne envasada al vacío

Carne envasada al vacío: puede conservarse de 2 a 3 semanas en el frigorífico, siempre y cuando no se rompa el vacío.

Piezas de carne Angus: pueden durar hasta 40 días en el refrigerador si se mantienen en su envase al vacío.

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Carne cocinada

Carne cocinada: puede permanecer en el frigorífico durante aproximadamente 4 días, dependiendo del plato y los ingredientes.

Es importante tener en cuenta estas diferencias y consumir la carne dentro de los plazos recomendados para garantizar su frescura y seguridad.

Foto Freepik

Congelar la carne sobrante

Si has comprado más carne de la que puedes consumir en los próximos días, la mejor opción es congelarla. De esta forma, podrás conservarla durante más tiempo sin que pierda sus propiedades.

Recuerda envasar la carne correctamente antes de congelarla, eliminando todo el aire posible para evitar la oxidación. Utiliza envases herméticos o bolsas de congelación. Además, etiqueta los paquetes con la fecha de congelación y el tipo de carne para tener un mejor control.

La temperatura ideal para congelar la carne es de -18 °C. Bajo estas condiciones, la mayoría de los cortes pueden permanecer en buen estado durante aproximadamente 3 meses. Pasado este tiempo, es recomendable consumirla o desecharla, ya que podría perder calidad y seguridad.

Descongelar la carne de forma segura

Cuando vayas a utilizar la carne congelada, es importante que la descongelación se realice de forma adecuada. Lo ideal es hacerlo en el refrigerador, permitiendo que la carne se descongele lentamente a una temperatura segura.

Evita dejar la carne a temperatura ambiente, ya que esto puede favorecer el crecimiento de bacterias dañinas. Tampoco la descongeles bajo el agua caliente, pues las capas exteriores se descongelarán más rápido que el interior, lo que puede comprometer la calidad.

Una vez descongelada, la carne debe consumirse lo antes posible. No la vuelvas a congelar, ya que esto podría afectar aún más a su textura y sabor.

¿Cómo identificar si la carne está en mal estado?

A pesar de seguir todas las recomendaciones de almacenamiento, es posible que en algún momento la carne se eche a perder. Aprende a reconocer las señales que indican que la carne ya no es apta para el consumo:

Olor desagradable: la carne en mal estado despide un olor fuerte y desagradable.

Cambio de color: si la carne presenta tonos verdosos, grises o marrones, es señal de que se ha deteriorado.

Textura pegajosa o viscosa: una textura pegajosa o viscosa también es un indicativo de que la carne se ha echado a perder.

Si observas cualquiera de estos signos, lo mejor es desechar la carne de forma segura y no arriesgarse a consumirla, ya que podría causar intoxicaciones alimentarias.

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Dany Levito

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