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Estilo de vida

El error que nunca debes cometer en la ducha cuando hace calor

En los días calurosos, elegir la temperatura adecuada del agua en la ducha no es solo una cuestión de comodidad, sino de salud. Muchas personas creen que una ducha fría es la mejor opción para refrescarse rápidamente, pero eso podría no ser siempre ideal. El día de hoy, se explorará por qué tomar decisiones incorrectas al ducharse puede afectar negativamente tu bienestar y cómo hacerlo correctamente puede marcar la diferencia. Aprenderás por qué la temperatura del agua es crucial y descubrirás el error más común que debes evitar para mantenerte fresco y saludable durante el calor.

La importancia de la temperatura del agua

La temperatura del agua que utilizas en la ducha puede tener un impacto significativo en tu piel y salud general:

Efectos del agua caliente en el cuerpo

Ducharse con agua caliente puede ser relajante, pero también tiene sus desventajas. Uno de los principales efectos es la dilatación de los vasos sanguíneos. Esto puede llevar a una sensación temporal de calor y comodidad, pero también puede causar algunos problemas:

Deshidratación de la piel: el agua caliente elimina los aceites naturales presentes en la piel, lo que puede resultar en una piel reseca y escamosa.

Sensibilidad aumentada: la piel seca tiende a ser más sensible e irritable, aumentando el riesgo de enrojecimiento y picazón.

Agravamiento de condiciones preexistentes: para quienes sufren de eczema o psoriasis, el agua caliente puede empeorar estos trastornos, causando brotes más frecuentes y severos.

Beneficios del agua fría

En contraste, el agua fría ofrece varios beneficios que pueden ser especialmente atractivos durante los meses de calor. Aquí algunos de los más destacados:

Refresca el cuerpo: nada como un chorro de agua fría para sentir una ráfaga instantánea de frescura que puede ayudarte a combatir el calor y reducir la temperatura corporal.

Mejora la circulación: el agua fría estimula la circulación sanguínea, lo que puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la apariencia de la piel.

Fortalece el sistema inmunológico: exponerse al agua fría puede aumentar la producción de glóbulos blancos, fortaleciendo así el sistema inmunológico.

Mejora el ánimo: existe evidencia de que las duchas frías pueden liberar endorfinas, mejorando el ánimo y proporcionando una sensación de bienestar.

Errores comunes al ducharse en climas calurosos

Cuando el calor aprieta, la ducha puede parecer el refugio perfecto. Sin embargo, hay errores comunes que pueden arruinar la experiencia y, peor aún, afectar la salud de la piel. Es vital estar consciente de estos fallos para maximizar el disfrute y minimizar el daño.

No ajustar la temperatura del agua

Ajustar la temperatura del agua es fundamental para proteger la piel, especialmente en días calurosos. Muchos creen que ducharse con agua caliente es agradable, pero puede ser perjudicial. Aquí hay algunas razones por las que se debe ajustar la temperatura:

Piel irritada: el agua caliente puede eliminar los aceites naturales de la piel, dejándola seca e irritada. Esto puede provocar picazón y descamación.

Infecciones: el calor excesivo puede abrir los poros de la piel, haciendo que sea más susceptible a bacterias y hongos que provocan infecciones.

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Deshidratación: una ducha con agua caliente en un clima cálido puede causar que el cuerpo se deshidrate más rápido, ya que la piel pierde humedad.

Usar jabones o productos irritantes

Elegir los productos adecuados para la ducha en climas cálidos es crucial. Muchos cometen el error de usar jabones y geles de baño que son demasiado fuertes o irritantes. Aquí hay algunos puntos a considerar:

Ingredientes suaves: opta por jabones que contengan ingredientes naturales y suaves. Los productos con fragancias fuertes o químicos pueden causar reacciones alérgicas o irritación.

Hidratación: en climas cálidos, es esencial utilizar jabones que también ofrezcan hidratación. Los jabones hidratantes ayudan a mantener la piel equilibrada y fresca.

Evitar exfoliantes fuertes: aunque los exfoliantes son buenos, en calor extremo pueden ser demasiado duros para la piel. Es mejor exfoliar una o dos veces a la semana y no a diario.

Foto Freepik

Consejos para una ducha saludable en verano

El verano trae consigo temperaturas altas y una mayor necesidad de refrescarse. Una ducha puede ser un alivio, pero hay formas de hacer que esta experiencia sea aún más saludable y placentera. Aquí se presentan dos consejos clave para lograrlo.

Optar por duchas cortas

Durante los días calurosos, es fácil dejarse llevar y disfrutar de duchas prolongadas. Sin embargo, optar por duchas más cortas tiene muchos beneficios. Una ducha de 5 a 10 minutos es suficiente para refrescarse sin desperdiciar agua. Esto no solo ayuda al medio ambiente, sino que también mantiene la piel hidratada.

Algunas recomendaciones para reducir la duración de las duchas:

Prepara todo antes: ten a mano el jabón, champú y otros artículos necesarios para no perder tiempo.

Usa un temporizador: configura un temporizador de 5 minutos. Esto puede ayudar a ser más consciente del tiempo.

Elige la temperatura adecuada: opta por agua tibia o fresca en lugar de caliente. Esto hará que la ducha sea más refrescante y menos agotadora para la piel.

Hidratar la piel después de la ducha

La hidratación es crucial, especialmente después de una ducha en verano. El agua puede eliminar aceites naturales de la piel, lo que puede causar sequedad. Para mantener la piel saludable, es esencial seguir algunos pasos post-ducha.

Algunas estrategias para una adecuada hidratación incluyen:

Usar crema hidratante: aplica una crema o loción corporal inmediatamente después de la ducha. Esto ayuda a sellar la humedad.

Optar por productos con ingredientes naturales: ingredientes como el aloe vera o la manteca de karité son excelentes opciones.

Bebe suficiente agua: mantenerse hidratado desde adentro también afecta la salud de la piel. Beber entre 1.5 a 2 litros de agua al día es ideal.

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Dany Levito

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