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Salud

El tinte de la discordia: estos son los motivos por los que se debe tener cuidado con el E102

La tartrazina, colorante denominado E102, hace parte de la amplia gama de aditivos alimentarios

La tartrazina es un aditivo alimentario que actualmente se permite en España y puede añadirse a los alimentos siempre que en las etiquetas de los alimentos contengan E102, E104, E110, E122 y E124. Sin embargo, ¿Dónde puede encontrarse la tartrazina y por qué puede ser peligrosa?

¿Es un agente cancerígeno?

Cuando se ingiere, la tartrazina se reduce a una amina aromática (ácido sulfanílico). En este punto, el ácido sulfanílico es oxidado a derivados N-hidroxi por el sistema enzimático P450. Este mecanismo es igual en muchas especies, incluida la humana, por lo que algunos autores lo considerarían responsable de diversos trastornos como la anemia, lesiones patológicas del cerebro, el hígado, el riñón y el bazo.

El estudio presentado por Kamal A.Amin y Fawzia S.Al-Shehri Concluye, textualmente diciendo: «Debe restringirse el consumo de tartrazina como aditivo alimentario, especialmente en niños». De hecho, en las conclusiones del estudio se concluye: «muchas empresas que fabrican productos con estos aditivos nunca han revelado el tipo o el nivel de aditivos alimentarios añadidos a sus productos, por lo que el consumidor no puede determinar el tipo de aditivos alimentarios ni la dosis que está consumiendo».

Sin embargo, la opinión de la EFSA no coincide en absoluto con este estudio. De hecho, según la Autoridad Alimentaria Europea, la tartrazina ha dado resultados negativos en sus estudios de carcinogenicidad a largo plazo.

¿Dónde se puede encontrar esta sustancia?

La tartrazina se encuentra principalmente en tres tipos de productos: productos alimentarios como refrescos, muesli, algodón de azúcar, fideos, etc., productos no alimentarios como jabones, cosméticos, champús, otros productos para el cabello, acondicionadores, ceras de colores y sellos para colorear y algunos medicamentos como antiácidos y vitaminas.

Recientemente, la FAO ha elaborado una lista de productos alimenticios que contienen tartracina:

  1. Bebidas alcohólicas aromatizadas.
  2. Cerveza y bebidas de malta.
  3. Chicle.
  4. Productos de cacao y chocolate.
  5. Productos envasados.
  6. Bebidas destiladas que contengan más de un 15% de alcohol.
  7. Complementos alimenticios.
  8. Moluscos, crustáceos y equinodermos.
  9. Patatas y fideos precocinados.
  10. Pescado ahumado, fermentado o salteado.
  11. Bebidas energéticas.
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¿Cuáles son los daños identificados hasta ahora?

En personas sensibles a esta sustancia puede provocar urticaria y asma, mientras que síntomas como la dermatitis de contacto o la vasculitis son más raros. Cerca del 7% de las personas que prueban productos que contienen tartrazina acaban experimentando urticaria. El 2% de las personas que han probado zumos o helados con tartrazina han desarrollado un edema de Quincke, el cual puede llegar a ser mortal.

En materia general, podría decirse que las principales manifestaciones del consumo de esta sustancia son diversas respuestas inmunológicas, como fatiga general, depresión, piel amoratada, migraña o alteraciones del sueño.

El estudio de Southampton

La razón por la que debe haber un etiquetado especial se debe a que un estudio realizado sobre la tartrazina y sus efectos en el organismo reveló efectos secundarios preocupantes. El estudio fue realizado por un grupo de expertos en aditivos alimentarios y fuentes de nutrientes que se propusieron reevaluar la seguridad de esta sustancia, teniendo en cuenta que los datos anteriores del trabajo conjunto de la FAO y la OMS ya habían establecido en 1996 una ingesta diaria limitada.

En el estudio en cuestión, la exposición a cuatro colorantes, incluida la tartrazina, en combinación con el conservante benzoato sódico se correlacionó con un aumento de la hiperactividad en niños de entre 3 y 9 años.

Otros efectos relacionados

Se han encontrado varias relaciones entre la ingesta de tartrazina y los problemas de salud. Entre ellas debemos hablar especialmente de un aumento de los niveles séricos de creatinina. Un estudio del año 2010 indicó que el consumo de tartrazina durante 30 días causaba un aumento en los niveles séricos de creatinina y urea, esto puede manifestarse con trastornos renales como la hidronefrosis y la hipervitaminosis D.

También debemos hablar de sus efectos en la hiperactividad y el comportamiento antisocial: en un estudio clínico de 2002 se informó de los efectos de una mezcla que contenía tartrazina en niños de entre 3 y 9 años. Lo que surgió fueron síntomas de hiperactividad, déficit de atención e impulsividad, y otro estudio mostró que la tartrazina en dosis entre del 0,1 y el 2,5% en agua inducía hiperactividad, comportamiento antisocial y ansiedad en ratas macho.

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Dany Levito

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