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Salud

Enfermedades pediátricas que han pasado a la historia: tetania, espasmofilia y raquitismo carencial

En el mundo de la medicina, existen diversas enfermedades pediátricas que han dejado su huella en la historia. Entre ellas, se encuentran la tetania, la espasmofilia y el raquitismo carencial. Estas condiciones han sido objeto de estudio y análisis a lo largo de los años, y hoy en día, se conocen mejor sus causas, síntomas y tratamientos.

Tetania: una enfermedad infecciosa del sistema nervioso

La tetania es una enfermedad aguda infecciosa que afecta al sistema nervioso. Se caracteriza por la presencia de espasmos musculares, contracciones violentas y rigidez. Aunque se conocen los síntomas clínicos, no fue hasta 1889 que el médico y bacteriólogo japonés kitasato shibasaburo logró identificar el agente causal de la enfermedad, el clostridium tetani.

A pesar de que la tetania es de origen infeccioso, existe otro término, la «tetania», que se utiliza para referirse a las contracciones musculares de origen no infeccioso. Esta similitud clínica pero no etiológica ha llevado a confusiones a lo largo de la historia.

Espasmofilia: un trastorno de la hiperirritabilidad neuromuscular

La espasmofilia, también conocida como criptotetania o tetania crónica constitucional, es un trastorno caracterizado por una hiperirritabilidad neuromuscular. Aunque la definición de espasmofilia no es unánime, se trata de un síndrome con una amplia gama de síntomas físicos y psíquicos.

Los pacientes con espasmofilia experimentan accesos de contractura en ciertos grupos musculares, especialmente en las extremidades y los músculos laríngeos. Además de los espasmos musculares, pueden presentar lipotimias, parestesias, trastornos psíquicos e incluso convulsiones. Se cree que la espasmofilia está relacionada con deficiencias de magnesio, calcio y silicio, así como con un desequilibrio en el metabolismo iónico intracelular.

Raquitismo carencial y la importancia de la vitamina d

El raquitismo es una enfermedad ósea debilitante que afecta principalmente a los niños. Se caracteriza por deformidades en el esqueleto, como el agrandamiento de la cabeza, los extremos de los huesos largos y la caja torácica. A lo largo de la historia, se ha relacionado el raquitismo con la falta de exposición a la luz solar y deficiencias de vitamina d.

La historia del raquitismo se remonta al siglo xvii, cuando se identificó como un problema de salud en niños que vivían en áreas urbanas y tenían una limitada exposición a la luz solar. Se observó que el raquitismo era más común en regiones del norte de europa y américa del norte, donde la luz solar era escasa.

En 1822, se realizó un estudio en varsovia que demostró que los niños que vivían en áreas rurales tenían una menor incidencia de raquitismo en comparación con los niños que vivían en la ciudad. Estas observaciones llevaron a la conclusión de que la exposición a la luz solar era crucial en la prevención y cura del raquitismo.

En 1890, se descubrió que el aceite de hígado de bacalao, rico en vitamina d, podía prevenir y curar el raquitismo. Este descubrimiento fue un avance importante en el tratamiento de la enfermedad y condujo a la identificación de la vitamina d como una vitamina liposoluble esencial para la salud ósea.

Tratamiento y prevención de estas enfermedades

El tratamiento de la tetania, la espasmofilia y el raquitismo carencial se basa en abordar las deficiencias nutricionales y corregir los desequilibrios metabólicos. Para la tetania, se puede administrar un tratamiento antibiótico para combatir la infección por clostridium tetani. Además, se pueden tomar medidas para reducir los espasmos musculares y controlar la rigidez.

En el caso de la espasmofilia, se ha observado que la administración de altas dosis de magnesio puede mejorar los síntomas. Además, se recomienda la ingesta de alimentos ricos en silicio, que facilita la absorción de magnesio en las células. También se pueden utilizar ansiolíticos en casos de crisis severas y se promueven técnicas de relajación y actividades físicas para controlar el estrés y la ansiedad.

En cuanto al raquitismo carencial, se recomienda aumentar la exposición a la luz solar y asegurar una ingesta adecuada de vitamina d. Además, se pueden utilizar suplementos de vitamina d y alimentos fortificados para prevenir y tratar la enfermedad. Es importante destacar que la prevención es fundamental, especialmente en áreas con poca exposición solar, y se debe promover una dieta equilibrada y una vida saludable desde la infancia.

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Angie Bravo

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