Esta es la mejor manera de guardar el champán sobrante

Cuando abrimos una botella de champán para una ocasión especial, no siempre logramos terminarla e incluso la mejor intención de “no desperdiciar” puede verse frustrada si no sabemos cómo conservarlo adecuadamente. ¿Qué hacemos con el champán sobrante sin perder su sabor y burbujas características? Aquí te damos las claves para lograrlo.
El champán, al igual que otros vinos espumosos, tiene una composición delicada. Su efervescencia proviene de la segunda fermentación en botella, que genera las burbujas únicas que tanto apreciamos. Una vez que abrimos la botella, el champán entra en contacto con el aire y comienza un proceso de oxidación. Esto no solo afecta su sabor, sino también la intensidad de sus burbujas.
Cuando no se consume la botella completa de inmediato, el gran reto es retener el dióxido de carbono que crea las burbujas y evitar que el champán quede plano o amargo al día siguiente.
Usa un tapón especial para vinos espumosos
El método más eficaz y práctico para conservar el champán sobrante es utilizando un tapón especial con cierre hermético diseñado específicamente para vinos espumosos. Este tipo de tapones permite sellar la botella, evitando que el gas se escape y que entre más oxígeno. Así, se prolonga la frescura del champán durante unos 2 a 5 días, dependiendo de la calidad del vino y las condiciones de almacenamiento.
Evita reutilizar el corcho original, ya que no genera una buena estanqueidad y rápidamente perderás las burbujas. Los corchos suelen hincharse una vez extraídos, lo que complica volverlos a colocar correctamente.
Guarda la botella en el refrigerador
El frío es tu aliado cuando se trata de conservar el champán. Una vez abierta la botella, refrigérala de inmediato. Las bajas temperaturas ayudan a disminuir la actividad química en el líquido, lo que ralentiza tanto la oxidación como la pérdida de efervescencia. Asegúrate de mantener la botella parada para evitar que el área de contacto con el oxígeno sea mayor.
Recuerda ajustar la temperatura de tu refrigerador para que esté entre 8 y 10 grados Celsius, lo ideal para conservar la calidad del champán abierto. Pero ten en cuenta que, incluso bajo estas condiciones, el champán es mejor cuando se consume dentro de las primeras 24 horas.

¿Funciona el truco de la cuchara en el cuello de la botella?
Tal vez has escuchado o visto a alguien colocar una cuchara en el cuello de la botella como método para “sellar” el champán. Aunque este truco es popular, estudios han demostrado que es un mito. No hay evidencia científica de que una cuchara evite que las burbujas se escapen. Si de verdad quieres conservar el champán adecuadamente, un tapón específico y el refrigerador son tus mejores opciones.
Evita métodos extremos como congelar
Aunque pueda parecer una solución tentadora, no congeles el champán sobrante. Esta es una de las peores decisiones que puedes tomar, ya que el champán contiene dióxido de carbono y puede reaccionar peligrosamente bajo temperaturas extremas. El líquido puede expandirse y causar que la botella explote. Además, temperaturas tan bajas arruinan los aromas y sabores, dejando un resultado nada apetecible.
Reutiliza el champán sobrante de forma creativa
Si por alguna razón no puedes beber el champán sobrante dentro del tiempo recomendado, úsalo en la cocina, porque puede ser un excelente ingrediente para salsas, risottos o para marinar pescados y mariscos. Su carácter ácido y fresco aporta un toque especial a diversas recetas.
Incluso puedes experimentar con cócteles. Mezclar el champán con fruta fresca o jugos puede ser una forma divertida y deliciosa de aprovechar lo que quedó en la botella.
Finalmente, recuerda siempre que el champán debe almacenarse en un lugar fresco, oscuro y sin cambios bruscos de temperatura. Esto aplica tanto para botellas cerradas como abiertas. La temperatura ideal para botellas sin abrir oscila entre 10 y 15 grados Celsius. Cuidando estos detalles, garantizarás que tu champán mantenga la calidad desde la primera copa hasta la última.