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Estilo de vida

Esta es la razón por la que caminar inclinado puede ser mejor que correr

Ambas modalidades de ejercicio ofrecen beneficios significativos, pero la elección correcta depende de tus objetivos y situación personal.

En el mundo del fitness, siempre buscamos opciones que sean efectivas y que se adapten a nuestras necesidades. Entre las alternativas más discutidas están la caminata en inclinación y el trote. ¿Cuál realmente ofrece mejores resultados? Aunque trotar quema más calorías a primera vista, caminar en una pendiente puede ser más beneficioso en ciertos aspectos. La primera activa más músculos y reduce el impacto en las articulaciones, haciendo de este ejercicio una opción muy positiva. Si te preguntas cuál elegir, sigue leyendo para descubrir cuál es más eficaz para tus objetivos personales.

Beneficios de la caminata en inclinación

La caminata en inclinación es una actividad física que muchos consideran subestimada. Al modificar la inclinación en la cinta de correr o al buscar una colina al aire libre, puedes transformar una simple caminata en un potente ejercicio que ofrece múltiples beneficios para la salud.

Quema de calorías

Cuando comparamos la caminata en inclinación con la caminata en superficie plana, la diferencia en la quema de calorías es significativa. La inclinación añade un desafío adicional que obliga al cuerpo a trabajar más duro. En promedio, caminar en una pendiente puede aumentar la quema de calorías en un 50% más que caminar en terreno llano. Esto se debe a que más músculos se activan durante el esfuerzo, incluso aquellos que no utilizamos usualmente cuando caminamos en superficies planas.

Por su parte, en comparación con el trote, aunque este último puede parecer que quema más calorías debido a su ritmo acelerado, la caminata en inclinación, al aumentar la resistencia y activar grupos musculares más variados, puede igualar e incluso superar la quema calórica del trote en ciertos casos. Imagínate que estás subiendo una colina: cada paso que das es un pequeño reto que tu cuerpo agradece metabolizando más energía.

Impacto en las articulaciones

El impacto en las articulaciones es una de las principales preocupaciones de quienes corren regularmente. La caminata en inclinación, al mantener un ritmo más controlado y constante, genera menos estrés en las rodillas y caderas. A diferencia del impacto repetitivo del trote, caminar en una pendiente suave reduce considerablemente la presión sobre las articulaciones, convirtiéndolo en una opción ideal para aquellos que buscan un ejercicio más amable con su cuerpo.

Imagina tus articulaciones como los amortiguadores de un coche. Al caminar en inclinación, les das un respiro, permitiéndoles absorber menos golpes y prolongar su buen estado a lo largo del tiempo, lo que te permite continuar con una rutina sin el miedo constante a lesiones típicas de impactar repetidamente el asfalto.

Beneficios cardiovasculares

Ambos ejercicios, tanto la caminata como el trotar, son conocidos por potenciar la salud cardiovascular. Sin embargo, la caminata en inclinación destaca al permitir una mayor elevación de la frecuencia cardíaca sin necesidad de correr a alta velocidad. Esto resulta en una manera efectiva de fortalecer el corazón sin someter al cuerpo a un estrés excesivo.

Al incrementar la inclinación, el corazón bombea más sangre, mejorando la circulación y oxigenación en el cuerpo. Esta actividad no solo fortalece el sistema cardiovascular, sino que también contribuye a mejorar la resistencia con el tiempo. Además, al ser un ejercicio de menor impacto, es más sostenible a largo plazo, permitiendo que más personas se beneficien sin riesgo de desgaste prematuro.

Foto Freepik

Comparación de la intensidad del ejercicio

Tanto la caminata en inclinación como el trote son ejercicios cardiovasculares populares, pero sus intensidades pueden variar significativamente. Para muchas personas, encontrar el equilibrio perfecto entre eficacia y esfuerzo puede ser la clave para mantener una rutina de ejercicios sostenible y efectiva.

Equivalencia metabólica

Diversos estudios han comparado la equivalencia metabólica entre la caminata en inclinación y trotar. Por ejemplo, una investigación sugiere que caminar a una velocidad de 5.5 km/h en una pendiente del 11% puede igualar el costo metabólico de correr a 8 km/h en terreno plano. Esto indica que, a pesar del ritmo más lento, el esfuerzo requerido para caminar en inclinación es comparable al de trotar. Algunos puntos claves incluyen:

  • La inclinación intensifica el movimiento vertical, lo que resulta en un mayor trabajo muscular.
  • Caminar a baja velocidad en inclinación puede conservar energía comparado con trotar a alta velocidad, mientras se mantiene la intensidad del ejercicio.
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Estos hallazgos son reflejo de cómo se puede ajustar un ejercicio aparentemente sencillo para igualar los beneficios de uno más vigoroso.

Ritmo cardíaco y esfuerzo percibido

El control del ritmo cardíaco y el esfuerzo percibido es crucial para medir la intensidad del ejercicio. La caminata en inclinación, similar al trote, puede elevar significativamente el ritmo cardíaco, incluso a ritmos más bajos. Esto es ideal para quienes desean evitar el impacto más fuerte que ocurre durante el trote. Para medir el esfuerzo, se utiliza la escala de esfuerzo percibido, que permite entender cómo una persona experimenta el ejercicio fisiológicamente.

Aspectos importantes al considerar:

  • Ritmo cardíaco: ambas modalidades aumentan el ritmo cardíaco, pero la caminata en inclinación puede hacerlo de manera controlada y segura para las articulaciones.
  • Esfuerzo percibido: este puede ser subjetivo, pero generalmente las personas reportan un esfuerzo similar al trotar cuando caminan en inclinación.

¿Cuál es la mejor opción?

Para decidir entre caminar en inclinación y trotar, considera algunos factores clave que pueden influir en tu elección:

  • Objetivos de pérdida de peso: si tu prioridad es la quema calórica, tanto caminar en inclinación como trotar son efectivos, pero la caminata en inclinación puede ofrecer un impacto similar con menos estrés para las articulaciones. Además, puede ser más manejable para principiantes o personas con sobrepeso.
  • Salud articular: si tienes problemas de articulaciones o estás en proceso de recuperación de una lesión, la caminata en inclinación es generalmente más segura debido a su menor impacto, permitiendo mantener actividad sin riesgos mayores.
  • Tiempo disponible: si tienes un tiempo limitado, trotar puede ser más eficiente en términos de un mayor gasto calórico en un menor tiempo. Sin embargo, si prefieres ejercicios de menor impacto que puedas realizar durante más tiempo, la caminata en inclinación puede ser la opción ideal.
  • Experiencia y condición física: los principiantes o aquellos que regresan de una pausa pueden encontrar en la caminata en inclinación una alternativa menos intimidante y más accesible. Por otro lado, quienes tienen experiencia y buscan un desafío intenso pueden optar por trotar.
  • Preferencias personales: la elección adecuada también puede depender de qué ejercicio disfrutas más. Mantener la motivación y el placer en tu rutina es fundamental para lograr continuidad, así que elige lo que realmente te guste.
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Angelica Guerrero

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