Esta es la razón por la que no deberías dejar cacerolas en el frigorífico
Muchas personas tienen la costumbre de colocar las ollas y cacerolas con restos de comida directamente dentro del refrigerador. Esta práctica, sin embargo, puede tener consecuencias negativas tanto para la calidad de los alimentos como para la salud.
Los peligros de almacenar comida en las cacerolas dentro del refrigerador
Deterioro de las cacerolas
El almacenamiento prolongado de alimentos ácidos, como salsas, dentro de las cacerolas de aluminio o acero inoxidable puede provocar la corrosión del recubrimiento de estos utensilios. Esto no solo afecta la apariencia y el rendimiento de las cacerolas, sino que también puede generar la liberación de sustancias químicas dañinas en los alimentos, lo que representa un riesgo para la salud.
Según el experto Roberto Figueiredo, conocido como el «Dr. Bacteria», el contacto prolongado de los alimentos con el metal de las cacerolas puede causar problemas como daños al sistema nervioso central, demencia, apatía y temblores severos. Además, la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades advierte que esto incrementa el riesgo de desarrollar Alzheimer y enfermedades cardiovasculares.
Alteración del olor y sabor de los alimentos
Cuando las cacerolas se encuentran en el refrigerador, los alimentos pueden verse afectados por la infiltración de oxígeno y vapor, lo que puede alterar su olor y sabor. Esto se debe a que, incluso estando tapadas, las cacerolas no quedan completamente selladas, permitiendo que los olores se mezclen.
La Dra. Liza Defazio, experta en nutrición, sugiere dividir el refrigerador en secciones para evitar que los olores se propaguen. Por ejemplo, se puede destinar una zona para la carne y los restos de comida, otra para los lácteos y una tercera para los vegetales. Además, recomienda tener un espacio específico para los ingredientes más olorosos, como cebolla, ajo, pescado y alimentos condimentados.
Contaminación de los alimentos
El Dr. Bacteria también hace énfasis en el riesgo que representan las cacerolas de aluminio para la salud. Tanto el aluminio como el hierro son metales que, en grandes cantidades, pueden ser perjudiciales para el organismo. Al almacenar los alimentos en estas cacerolas, los compuestos metálicos pueden contaminar los productos, lo que podría tener efectos adversos en la salud.
Para evitar este problema, se recomienda lavar las cacerolas con cuidado, evitando restregar demasiado para no desprender más metal. Una opción es utilizar una mezcla de vinagre blanco y agua, calentar la solución en la cacerola durante 5 minutos y luego enjuagarla. Posteriormente, se puede aplicar una cucharadita de bicarbonato de sodio y usar una esponja suave para eliminar los restos.
¿Cómo almacenar correctamente los restos de comida?
La forma adecuada de guardar los alimentos cocinados en el refrigerador es colocarlos en recipientes de vidrio o plástico libre de BPA (bisfenol A), con un cierre hermético. Esto ayudará a preservar la calidad, el sabor y el olor de los alimentos, evitando que se vean afectados por la humedad y el oxígeno presentes en el ambiente del frigorífico.
Además, es importante tener en cuenta que los alimentos deben guardarse en el refrigerador incluso cuando aún estén calientes, pero siempre asegurándose de envolverlos correctamente. Así mismo, se debe evitar manipular los alimentos con las manos sucias, ya que esto podría contaminarlos.
Si los restos de comida no se van a consumir en un corto plazo, lo mejor es congelarlos para asegurar su conservación a largo plazo.
Limpieza y mantenimiento del refrigerador
Para mantener un refrigerador en óptimas condiciones y evitar la proliferación de hongos, gérmenes y bacterias, es recomendable realizar una limpieza profunda cada 2 o 3 meses, como máximo, según indica la experta en refrigeración Mary K. Bolger.
Algunas prácticas clave para la limpieza del refrigerador incluyen:
- Retirar todos los alimentos y limpiar minuciosamente las superficies internas con una solución de vinagre y agua.
- Verificar la temperatura del refrigerador y ajustarla según las recomendaciones del fabricante.
- Revisar y reemplazar, de ser necesario, los sellos de las puertas para asegurar un cierre hermético.
- Descongelar y limpiar periódicamente el compartimento del congelador.
- Organizar los alimentos de manera eficiente, siguiendo las recomendaciones de los expertos.