Esta hormona podría estar apagando tu deseo sexual sin que te des cuenta
Descubre qué papel juega en tu cuerpo y cómo influye silenciosamente en tu vida íntima.

Esta hormona, producida en la hipófisis, tiene más que ver con la vida sexual de lo que se suele pensar, porque no solo regula la producción de leche materna; también controla el deseo y el placer sexual, así como los tiempos de recuperación entre encuentros íntimos. Entender su funcionamiento puede ayudar a muchas personas a mejorar su bienestar sexual y reconocer señales que, muchas veces, pasan desapercibidas.
La prolactina es una hormona crucial, producida en la glándula hipófisis, justo en la base del cerebro. Su función principal es estimular la producción de leche tras el parto. Sin embargo, su impacto va mucho más allá de la lactancia.
Tras un orgasmo, la cantidad de prolactina en sangre sube de forma abrupta. Este pico no ocurre al azar: su aumento se asocia a una disminución del deseo sexual. En hombres, esta subida marca el inicio del llamado período refractario, ese lapso en el cual no es posible tener una erección ni otro orgasmo.
En mujeres, la función de la prolactina es más compleja. Aparte de la recuperación, puede influir en la intensidad del placer y en la sensibilidad sexual, aunque estas reacciones son más variables y dependen de factores personales y hormonales.
Prolactina y deseo sexual: enemigos íntimos
No es casualidad que la subida de prolactina tras el orgasmo vaya de la mano con una caída en los niveles de dopamina, la hormona del placer y la motivación. Mientras la dopamina impulsa a buscar placer, la prolactina baja ese impulso, favoreciendo el descanso y la recuperación.
Cuando la prolactina se mantiene alta en periodos largos —algo que ocurre en trastornos conocidos como hiperprolactinemia— el deseo sexual decae de forma importante. Esto afecta a hombres y mujeres por igual:
- En los hombres puede causar disfunción eréctil, falta de deseo y hasta infertilidad.
- En las mujeres aparecen problemas como reglas irregulares, sequedad vaginal y apatía sexual.
El equilibrio entre dopamina y prolactina resulta decisivo para sentir placer y mantener una vida sexual activa y satisfactoria.

Causas de prolactina alta
No solo el sexo dispara los niveles de prolactina, ya que existen causas médicas que provocan aumentos anormales en sangre. Por ejemplo, el culpable más habitual es el prolactinoma, un tumor generalmente benigno formado por células que producen prolactina en exceso.
Otras causas frecuentes incluyen:
- Hipotiroidismo.
- Enfermedad renal crónica.
- Uso de medicamentos que bloquean la dopamina (por ejemplo, algunos antipsicóticos o antieméticos).
Estos aumentos pueden afectar la fertilidad y el bienestar sexual. Muchas personas ni siquiera sospechan que sus problemas íntimos se originan en un simple desajuste hormonal.
¿Cómo recuperar el deseo cuando la prolactina está alta?
Cuando la prolactina se dispara por motivos médicos y no solo como consecuencia de un orgasmo, conviene acudir a un especialista. El diagnóstico es sencillo: una analítica de sangre mostrará los valores alterados. Si el motivo es un prolactinoma, el tratamiento con medicamentos que aumentan la dopamina suele normalizar los niveles y restaurar el deseo sexual. Medicamentos como la cabergolina o la bromocriptina resultan efectivos.
En los casos donde el tumor es mayor y los síntomas persisten, se puede recurrir a cirugía o a terapia hormonal. Lo importante es no ignorar los síntomas: el cansancio sexual injustificado, la falta de ganas o la dificultad para disfrutar del sexo pueden ser pistas de que la prolactina está desequilibrada..
Prestar atención a las señales del cuerpo y buscar ayuda cuando el deseo desaparece sin motivo es una forma de cuidar no solo la sexualidad, sino también la salud general. La próxima vez que notes un bajón de energía tras el placer, recuerda: la prolactina está haciendo su trabajo.