Donald Trump empezó su segundo mandato como presidente en 2025 con energía, firmando una serie de órdenes ejecutivas que desataron debates intensos. Desde temas de inmigración hasta medidas controversiales en el ámbito internacional, estas decisiones marcaron su retorno al poder. A continuación, conoceremos algunas de las órdenes más polémicas y sus consecuencias.
Cambios en la política de inmigración
Una de las iniciativas que causó mayor controversia fue el regreso de políticas que endurecieron las leyes de inmigración. Se reinstauró la política de “Permanecer en México”, obligando a quienes buscan asilo a esperar en ese país mientras sus casos son procesados. Además, se eliminó la aplicación CBP One, introducida durante la administración de Biden, lo que complicó aún más el acceso de los solicitantes de asilo al sistema.
También se firmó una orden que restringe la ciudadanía por nacimiento en ciertos casos, desafiando el concepto de derecho de nacimiento respaldado por la Constitución, lo que generó una ola de dudas legales y la probabilidad de enfrentamientos en los tribunales, afectando directamente a muchas familias inmigrantes.
Declaración de emergencia en la frontera sur
Otra orden que causó furor fue la declaración de emergencia nacional en la frontera con México. Esta medida permitió redirigir fondos para reforzar la construcción del muro fronterizo, una de las promesas más emblemáticas de Trump en su campaña. Muchos críticos señalaron que esta declaración carece de un fundamento sólido, pero el gobierno argumentó que era necesaria para proteger la seguridad nacional.
El impacto social fue inmediato y las organizaciones humanitarias y defensoras de derechos humanos denunciaron un aumento en las tensiones en las comunidades fronterizas, además de los riesgos y el sufrimiento que enfrentan los migrantes.
Revocación de programas humanitarios
Trump ordenó la terminación del permiso humanitario para ciertos grupos nacionales, lo que dejó a miles de personas vulnerables sin opciones legales para permanecer en Estados Unidos. A esto se sumó una revisión de los Estatus de Protección Temporal (TPS), lo que generó incertidumbre entre las comunidades beneficiarias de estos programas.
Estas medidas fueron calificadas por algunos como un retroceso en los compromisos humanitarios del país, mientras que los simpatizantes del mandatario argumentaron que eran pasos necesarios para reforzar el cumplimiento de las leyes migratorias.
Políticas de género y programas federales
Uno de los decretos más divisivos fue la decisión de reconocer únicamente dos géneros, eliminando la protección a personas transgénero en áreas como el acceso a baños y otras instalaciones públicas. Además, se pusieron fin a programas de diversidad, equidad e inclusión en el gobierno federal, una medida que revirtió políticas implementadas durante administraciones previas.
Estas decisiones recibieron fuertes críticas por parte de defensores de derechos civiles, quienes argumentaron que promueven la discriminación. Sin embargo, el gobierno insistió en que estas políticas buscaban “preservar la estabilidad social”.
Retirada de acuerdos internacionales
En el ámbito internacional, Trump volvió a salir de los Acuerdos de París sobre el cambio climático y también retiró a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Justificó estas decisiones argumentando que dichos acuerdos y organizaciones no servían a los intereses del país y representaban una carga económica innecesaria.
El impacto de estas medidas se sintió globalmente, con reacciones mixtas entre aliados internacionales y expertos en política exterior. Algunos vieron estos movimientos como un aislamiento innecesario, mientras que otros los interpretaron como una reafirmación de la independencia del país.
Indultos controvertidos y cambios en justicia
Uno de los momentos más polarizantes de su mandato ocurrió cuando Trump firmó una orden ejecutiva para indultar a personas relacionadas con el asalto al Capitolio de 2021. Esta decisión generó indignación en diversos sectores del país y fue percibida como un intento de justificar actos violentos contra la democracia.
Al mismo tiempo, el presidente implementó reformas que congelaban la contratación de nuevos empleados federales y establecían un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental. Aunque estas medidas fueron aplaudidas por algunos como un esfuerzo por reducir el “exceso” del gobierno, también provocaron críticas por la falta de claridad sobre su implementación.
¿Cuáles serán las consecuencias a largo plazo de estas decisiones? Solo el tiempo lo dirá.
