Estas son las rutas de vuelo que debes evitar a toda costa si no quieres turbulencias
Las turbulencias durante el vuelo pueden ser una experiencia incómoda y, a veces, preocupante para muchos pasajeros. Conocer qué rutas aéreas suelen ser más propensas a las turbulencias puede marcar una gran diferencia en tu experiencia de viaje. Vuelos como el que conecta Santiago de Chile y Santa Cruz en Bolivia son destacados por su alta incidencia de turbulencias. Elegir rutas menos inestables no solo mejora la comodidad, sino que también es esencial para aquellos que desean disfrutar de un vuelo más sereno.
Rutas de vuelo con mayor turbulencia
Las rutas aéreas pueden llevarnos a lugares emocionantes, pero a veces, el vuelo en sí puede ser una experiencia llena de movimientos bruscos que no son para los débiles de corazón. Las turbulencias pueden hacer que algunas rutas sean más desafiantes que otras. Aquí se exploran tres rutas notoriamente conocidas por su turbulencia intensa.
Santiago a Santa Cruz de la Sierra
La ruta entre Santiago de Chile y Santa Cruz en Bolivia es reconocida mundialmente como la más turbulenta. Con una distancia de 1,905 kilómetros, este vuelo ha sido catalogado en múltiples ocasiones como el campeón de la turbulencia. La frecuencia de las turbulencias es notablemente alta, y los pasajeros a menudo describen la sensación como un paseo en una montaña rusa. Datos recientes sugieren que esta ruta registró un EDR (Energy Dissipation Rate) de 17,568, lo que ilustra la severidad de las turbulencias experimentadas.
Nashville a Raleigh-Durham
En los Estados Unidos, la ruta de Nashville a Raleigh-Durham es famosa por su alta incidencia de turbulencias. Estudios recientes han demostrado que el trayecto de 711 kilómetros se ve afectado por tormentas frecuentes y cambios abruptos en la presión atmosférica. La geografía de la región, que combina valles y montañas, actúa como una receta perfecta para la inestabilidad en el aire. Los análisis de más de 150,000 rutas confirman que este segmento es uno de los más agitados del país.
Osaka a Sendai
En Japón, el vuelo entre Osaka y Sendai es otro ejemplo de una ruta con alta turbulencia. Este viaje de 655 kilómetros enfrenta desafíos únicos debido a los factores combinados de las montañas cercanas y fuertes vientos costeros. Estos elementos generan condiciones desfavorables que incrementan la probabilidad de movimientos irregulares. Se ha informado que este vuelo tiene un EDR de 16,307, mostrando otro nivel de severidad altísima para los viajeros que se atreven.
Elegir volar por estas rutas significa estar preparado para una aventura en el aire que no todos los pasajeros desean experimentar. Para aquellos sensibles al movimiento, puede ser una buena idea considerar alternativas más tranquilas.
Factores que contribuyen a la turbulencia
La turbulencia en los vuelos es un fenómeno que puede generar incomodidad e incluso miedo entre los pasajeros. Varias condiciones juegan un papel crucial en la creación de este movimiento inestable del aire.
Condiciones meteorológicas
Las condiciones meteorológicas son uno de los principales factores que contribuyen a la turbulencia durante un vuelo. Cuando los aviones atraviesan diferentes sistemas climáticos, pueden experimentar cambios bruscos en el aire que generan turbulencia. Por ejemplo:
Tormentas: las tormentas son conocidas por provocar fuertes vientos y corrientes de aire ascendentes y descendentes. Estos cambios repentinos pueden sacudir un avión, haciendo que la experiencia sea incómoda.
Nubes: las nubes no solo son señales de mal tiempo, sino que también pueden crear turbulencias. Las nubes de tipo cumulonimbus son particularmente problemáticas, ya que están asociadas con tormentas severas.
Cambio de temperatura: la diferencia de temperatura entre masas de aire puede provocar inestabilidad. Cuando una masa de aire caliente se encuentra con una masa de aire frío, puede generar turbulencias.
El clima global también está cambiando. Con el aumento de las temperaturas debido al cambio climático, es posible que los vuelos enfrenten más turbulencias. Esto se debe a que el aire caliente y húmedo es más denso y puede generar corrientes más fuertes.
Corrientes en chorro
Las corrientes en chorro son otro factor crucial en la turbulencia aérea. Se trata de bandas delgadas de aire que se desplazan rápidamente en la atmósfera, generalmente a altitudes de 8 a 15 kilómetros:
Alta velocidad: las corrientes en chorro pueden alcanzar velocidades de hasta 320 km/h. Cuando un avión entra o sale de estas corrientes, puede experimentar cambios violentos en la altitud y la dirección, lo que se traduce en turbulencia.
Zonas de transición: a menudo, la turbulencia se siente cuando el avión se mueve de una zona de aire estable a una inestable. Las corrientes en chorro crean estas zonas de transición, donde se producen cambios abruptos en la velocidad y la dirección del viento.
Cercanía a montañas: las corrientes en chorro tienden a intensificarse cerca de formaciones montañosas. El aire que se eleva y desciende alrededor de las montañas puede interactuar con estas corrientes rápidas, creando condiciones turbulentas.
Los pilotos y las aerolíneas suelen estar al tanto de estas corrientes y ajustan las rutas de vuelo para minimizarlas. Sin embargo, no siempre es posible evitarlas completamente.
Consejos para evitar turbulencias
Evitar la turbulencia durante un vuelo no solo se trata de seleccionar la ruta adecuada, sino también de tomar decisiones informadas al momento de reservar. Aquí hay algunos consejos prácticos que pueden ayudar a garantizar un viaje más suave.
Elección de rutas
La elección de la ruta es fundamental para minimizar la experiencia de turbulencias. Antes de hacer una reserva, es recomendable investigar cuáles son las rutas más problemáticas. Aquí hay algunas estrategias para hacerlo:
Consulta informes de turbulencias: existen herramientas en línea que ofrecen información actualizada sobre la frecuencia de turbulencias en diversas rutas. Utilizar estas herramientas puede ayudar a identificar qué caminos evitar.
Considera las rutas alternativas: a veces, un pequeño desvío puede hacer una gran diferencia. Por ejemplo, volar a través de ciudades menos propensas a la turbulencia podría ser más cómodo.
Infórmate sobre el clima: las condiciones climáticas influyen significativamente en las turbulencias. Consultar el pronóstico del tiempo para la región que se va a sobrevolar puede proporcionar pistas sobre posibles inconvenientes.
Horarios de vuelo
El momento del día también influye en la experiencia de vuelo y en la probabilidad de encontrar turbulencias. Algunos puntos a considerar son:
Vuelos matutinos: generalmente, volar por la mañana es preferible. Las condiciones atmosféricas suelen ser más estables y frescas, lo que reduce el riesgo de turbulencias.
Evitar los vuelos nocturnos: durante la noche, las corrientes de aire pueden cambiar y provocar mayores inestabilidades. Optar por vuelos diurnos puede ofrecer una experiencia más tranquila.
Presta atención a la duración del vuelo: los vuelos más largos a menudo atraviesan distintas capas atmosféricas, lo que puede aumentar la probabilidad de turbulencias. Si es posible, elegir vuelos directos puede ser una buena estrategia.
Tomar estos consejos en cuenta al momento de planificar un viaje no solo brinda la posibilidad de evitar situaciones incómodas, sino que también contribuye a una experiencia de vuelo más placentera.
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