La duración en la cama es una preocupación común para muchos hombres, y no siempre se trata solo de rendimiento físico, sino también de control y confianza. Existe un tipo de ejercicio que puede marcar la diferencia en la vida íntima: los ejercicios del suelo pélvico. Estos no solo mejoran el control, sino que también fortalecen músculos clave que influyen directamente en la resistencia.
¿Qué son los ejercicios del suelo pélvico?
El suelo pélvico es un grupo de músculos ubicados en la base de la pelvis que sostienen importantes órganos internos. Estos músculos son esenciales tanto para el control urinario como para el rendimiento sexual. Los ejercicios de Kegel, diseñados para fortalecer estos músculos, han demostrado ser efectivos para retrasar la eyaculación y aumentar el placer.
La clave radica en identificar el músculo pubocoxígeo (PC), el cual es el principal responsable del control durante el acto sexual. Para localizarlo, basta con intentar detener el flujo de orina mientras estás en el baño; el músculo que aprietas es el que debes trabajar.
¿Cómo realizar los ejercicios de Kegel?
Hacer ejercicios de Kegel es fácil y discreto. Aquí te explicamos cómo empezar:
- Identifica el músculo PC, como explicamos anteriormente.
- Contrae este músculo durante 3-5 segundos y luego relájalo.
- Repite este proceso entre 10 y 15 veces en una sesión.
- Realiza 2-3 sesiones diarias para obtener resultados óptimos.
Lo mejor de los ejercicios de Kegel es que puedes hacerlos en cualquier lugar: sentado, acostado o incluso en la oficina sin que nadie lo note.
Beneficios de los ejercicios de Kegel para los hombres
Fortalecer el suelo pélvico tiene múltiples beneficios. Algunos de los más destacados incluyen:
Mayor control durante la intimidad: ayuda a retrasar la eyaculación y prolongar el acto sexual.
Mejoras en la erección: los músculos más fuertes permiten un mayor flujo de sangre, lo que favorece erecciones más firmes y duraderas.
Aumento de la confianza: mejoras en el rendimiento físico pueden traducirse en mayor seguridad emocional en la cama.
Además, practicar estos ejercicios regularmente puede prevenir problemas como la incontinencia urinaria, lo cual es una ventaja adicional para la salud general.
¿Qué otros tipos de ejercicios pueden ayudar?
Aunque los ejercicios de Kegel son los más efectivos, no son la única opción. Incluir una rutina de ejercicios con enfoque en la fuerza y resistencia puede potenciar los resultados.
Sentadillas
Este ejercicio compuesto se enfoca en fortalecer los músculos de la cadera y el suelo pélvico. Hacer series controladas de sentadillas no solo mejora la estabilidad física, sino que también potencia el equilibrio y la coordinación. Al practicar regularmente, puedes incrementar el control muscular, lo que podría influir positivamente en la intimidad, ayudándote a sentirte más seguro y conectado con tu cuerpo.
Puentes pélvicos
Acostado de espaldas, dobla las rodillas con los pies planos en el suelo. Contrae los glúteos y eleva lentamente la pelvis hasta formar una línea recta desde los hombros hasta las rodillas. Mantén la postura unos segundos y baja despacio sin soltar la tensión. Este ejercicio fortalece el suelo pélvico, tonifica los glúteos y mejora la estabilidad. Repite varias veces para mejores resultados.
Planchas
Las planchas fortalecen todo el core, incluyendo los músculos pélvicos, abdominales y de la espalda baja. Un core fuerte mejora la postura, reduce el riesgo de lesiones y brinda mayor estabilidad, resistencia física y control en movimientos diarios o ejercicios más demandantes.
Kettlebell swings
Este movimiento dinámico construye potencia en la cadera y fortalece los glúteos, mejorando el control del cuerpo. Estos beneficios pueden influir directamente en el rendimiento físico y el control durante el acto sexual, ayudando a generar mayor estabilidad, fuerza y resistencia en los movimientos.
Alimentación y estilo de vida: factores clave
Además del ejercicio, llevar un estilo de vida saludable es crucial. Reducir el consumo de alcohol, evitar el tabaquismo y mantener una dieta balanceada pueden influir positivamente en la resistencia sexual. Alimentos ricos en zinc y magnesio como los frutos secos, las espinacas y el cacao son excelentes para estimular la producción de testosterona.
También es importante considerar el impacto del estrés y la ansiedad. Practicar técnicas de relajación como la meditación o yoga puede complementar tu progreso.
Incorporar ejercicios del suelo pélvico como los Kegel a tu rutina diaria puede transformar tu rendimiento y confianza en la cama. Al fortalecer el músculo pubocoxígeo y trabajar en la resistencia física general, notarás mejoras significativas que van más allá del ámbito sexual. ¿Por qué no dar el primer paso hoy? Tu cuerpo y tu pareja seguramente te lo agradecerán.
