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Estilo de vida

Esto es lo que experimenta tu cuerpo al desayunar proteínas en lugar de carbohidratos

Elegir un desayuno lleno de proteínas en lugar de enfocarse en carbohidratos es una idea que cada vez toma más fuerza. Más allá de ser una moda, esta elección puede aportar beneficios significativos para la salud, mejorar el control del peso y optimizar la energía a lo largo del día. Pero ¿qué sucede realmente cuando haces este cambio en tu primera comida diaria?

Proteínas y carbohidratos

Comenzar el día consumiendo carbohidratos suele ser una opción común, ya que alimentos como panes, cereales y dulces ofrecen energía rápida. Sin embargo, esta “explosión de energía” puede desvanecerse rápidamente, dejándote con hambre pocas horas después. El cuerpo procesa los carbohidratos transformándolos en glucosa, lo que puede aumentar los niveles de azúcar en sangre, seguido de una caída que genera fatiga.

Por otro lado, las proteínas tienen un efecto diferente, porque se digieren más lentamente, ayudando a estabilizar los niveles de azúcar en sangre. Esto no solo mantiene la energía constante, sino que también controla el apetito, reduciendo los antojos de comidas poco saludables durante la mañana.

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Beneficios de un desayuno rico en proteínas

Añadir proteínas a tu desayuno no se trata solo de variar el menú. Este hábito puede tener un impacto significativo en tu cuerpo y mente. Aquí te explicamos sus beneficios principales:

1. Sensación de saciedad prolongada: cuando consumes proteínas, tu estómago tarda más en digerirlas, aumentando la sensación de estar lleno. Esto puede ser clave para evitar picoteos innecesarios antes de la siguiente comida.

2. Protección de la masa muscular: durante el descanso nocturno, el cuerpo depende del glucógeno almacenado para mantener los niveles de azúcar. Si no es suficiente, el organismo puede empezar a degradar proteínas musculares para producir energía. Consumir proteínas a primera hora ayuda a evitar esta pérdida.

3. Mejor control del peso: un desayuno proteico no solo reduce el hambre, sino que también puede ayudar a reducir la ingesta calórica total del día. Esto se debe a que te sentirás satisfecho por más tiempo, lo que disminuye la probabilidad de elegir snacks ricos en grasas o azúcares.

4. Regulación de niveles de insulina y azúcar en sangre: comer un desayuno basado en proteínas, complementado con carbohidratos complejos, puede evitar fluctuaciones en el azúcar y mantener la insulina bajo control. Esto es especialmente beneficioso para personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2.

¿Qué alimentos proteicos incluir en tu desayuno?

Incorporar proteínas en el desayuno no significa que debas eliminar por completo los carbohidratos. Se trata de encontrar un equilibrio adecuado entre los grupos alimenticios. Aquí tienes algunas opciones proteicas ideales para empezar el día:

  • Huevos: una de las fuentes más completas de proteína, que además es versátil y rápida de preparar. Pueden ser revueltos, cocidos o preparados en tortilla.
  • Yogur griego natural: rico en proteínas y bajo en azúcares, especialmente si evitas las versiones endulzadas.
  • Frutos secos y mantequillas de frutos secos: agrega un puñado de almendras o una cucharada de mantequilla de maní a tus tostadas integrales para un doble golpe de proteínas y grasas saludables.
  • Batidos proteicos con base natural: mezcla proteína en polvo con frutas y leche de almendras para una opción rápida y práctica.
  • Quesos bajos en grasa: una rebanada de queso cottage o ricotta es una forma simple de añadir proteínas a tus desayunos.
  • Legumbres: hummus para untar en tostadas o panes integrales es una alternativa deliciosa y diferente.
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¿Cuándo optar por carbohidratos?

Aunque las proteínas son esenciales, no se trata de demonizar los carbohidratos, porque estos también cumplen funciones importantes, como proveer energía de manera rápida, ideal en ciertos momentos del día o para personas activas. Si decides incluir carbohidratos en el desayuno, elige fuentes de carbohidratos complejos, como avena o pan integral, que se absorben lentamente.

La combinación de ambos macronutrientes puede ser ideal. Por ejemplo, un desayuno que combine huevos con tostadas integrales o yogur griego con avena logra un balance perfecto entre energía inmediata y saciedad duradera.

¿Es esta estrategia para todos?

No todas las personas se benefician de la misma manera de un desayuno alto en proteínas, ya que las necesidades nutricionales varían según factores como la actividad física, la edad y las condiciones de salud. Para quienes padecen enfermedades metabólicas, como la diabetes, incluir proteínas a primera hora del día puede ser esencial. Sin embargo, hay que encontrar el equilibrio adecuado y, si tienes dudas, consultar a un especialista siempre es la opción más segura.

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Veronica Pereira

Veronica siempre ha tenido una pasión por la escritura desde su infancia; hija del padre de un médico y madre naturópata, siempre ha estado inmersa en remedios naturales; se ha convertido en correctora/editora de libros de medicina y escritora independiente para blogs que tratan sobre medicina en general o sobre prevención en particular.

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