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Esto es lo que los protectores solares le hacen al medio ambiente y a nuestro cuerpo

Estos cálculos han sido entregados por la química Silvia Díaz Cruz, investigadora del Departamento español de Química Ambiental del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua IDAEA-CSIC. En los últimos años, esta investigadora experta se ha dedicado a vigilar la presencia de filtros UV presentes en el medio ambiente, y su indagación los ha encontrado por todos lados, desde cremas protectoras, hasta en el maquillaje, esmaltes de uñas y champús. A partir de ahí, su viaje hacia todos los ecosistemas parece no tener fin.

La presencia de los filtros UV y el peligro para nuestro organismo

Estas cremas, indispensables para protegernos de los quemadores rayos solares, no solo van a parar al medio ambiente, sino que también penetran en nuestro organismo. El equipo de Díaz-Cruz hace muchos años ha encontrado a estas sustancias en la leche materna, en la sangre de la placenta o en el cordón umbilical. En el organismo actúan como disruptores endocrinos, vinculados a problemas de salud como endometriosis, mala calidad del esperma, cáncer de próstata y de mama, enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes.

Con estos filtros se encuentran sustancias químicas sintéticas que son bien conocidas por los expertos debido a que tienen serios efectos secundarios no deseados: la oxibenzona, el octinoxato, el homosalato o el octocrileno. Todas estas están clasificadas como «contaminantes emergentes», es decir, sustancias tóxicas que aún no han sido reguladas por la legislación de protección de la salud humana y el medio ambiente.

Protector con nanomoléculas

La mala noticia con estas sustancias es que las nanomoléculas son tan pequeñas que pueden llegar a nuestras células o acumularse en nuestros órganos, por lo que aún no se ha podido determinar correctamente que es lo que sucede dentro de nuestro organismo.

Lo que sí se ha demostrado con anterioridad es que bloquean la capacidad de algunos tipos de moluscos para alimentarse y desplazarse libremente, además de obstruir los poros por los que se alimentan algunos tipos de algas. Por otro lado, son ampliamente conocidos los efectos de los filtros UV orgánicos, como la oxibenzona. De hecho, un estudio dirigido por Nona S.R. Agawin, científica del Departamento de Ecología Marina de la Universidad de las Islas Baleares, hace poco pudo demostrar cómo este compuesto, muy común en las cremas solares de uso diario, se han convertido en un absoluto peligro para nuestras costas.

Según las conclusiones de este tipo de investigaciones, la oxibenzona se acumula en los rizomas subterráneos, lugar en donde brotan raíces, nudos y donde se almacenan los nutrientes de la Posidonia oceánica, un alga que es muy común en el Mediterráneo y compone un ecosistema vital para mantener la salud del mar, de hecho, a día de hoy es clasificado como hábitat prioritario por los planes de conservación de la Unión Europea.

Daño a los corales

Estudios similares sobre el daño que causan a los corales llevaron a la prohibición de este mismo compuesto, la oxibenzona, junto con el octinoxato y el octocrileno, en Palaos: desde 2020 es ilegal introducirlos en el país y los turistas podrán ser multados si son sorprendidos en la playa con una de las cremas que los contienen. Poco antes, habían sido prohibidos en el estado de Hawái, después de que un equipo de científicos en el que participó Díaz-Cruz aclarara su efecto tóxico en el medio marino. También se ven afectados los erizos de mar, el fitoplancton, los peces, los crustáceos, los moluscos, las tortugas y los mamíferos marinos.

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Dany Levito

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