¿Por qué las frutas y verduras ya no tienen el mismo sabor de antes?
En el verano o invierno, es común disfrutar de tomates rojos y jugosos, de calabacines perfectamente alargados y de melones apetitosos. Sin embargo, a veces nos encontramos con una sorpresa desagradable: un sabor insípido, muy lejos del sabor de antaño. Si los productos que encontramos en los supermercados no nos satisfacen en términos de sabor, no es culpa de nuestros gustos, hay varias explicaciones para este fenómeno.
El papel del transporte y la distribución
Una de las razones principales por las que las frutas y verduras de hoy en día carecen de sabor es el proceso de transporte y distribución que sufren antes de llegar a los supermercados. Estos productos no son cultivados en campos ubicados justo detrás de la tienda, sino que son transportados en camiones en varias ocasiones. Durante este proceso, las frutas y verduras pueden sufrir daños y pérdidas de sabor. Algunas frutas pueden terminar convertidas en puré debido a los movimientos bruscos durante el transporte, mientras que otras no resisten los cambios de temperatura. Para evitar pérdidas, las cadenas de supermercados suelen optar por variedades de frutas y verduras resistentes en lugar de sabrosas. Esto significa que lo que encontramos en los estantes de los supermercados puede ser perfecto en términos de apariencia, pero en cuanto a sabor, deja mucho que desear.
Durante el transporte, se baja la temperatura de los productos, a veces hasta los 4°C, para conservarlos. Esto puede afectar la producción de aromas y azúcar en algunas frutas como las fresas o los tomates. Por ejemplo, cuando la temperatura desciende por debajo de los 12°C, los aromas de los tomates se ven afectados negativamente. Por lo tanto, cuando llegan a nuestro plato, estos tomates no tienen el mismo sabor que una mozzarella industrial. Es importante mencionar que no se deben guardar en el refrigerador una vez comprados, ya que esto también afecta su sabor.
La importancia del tiempo
El tiempo también juega un papel crucial en el sabor de las frutas y verduras. Las grandes cadenas de supermercados están siempre corriendo contra el reloj, buscando pasar de una etapa de madurez ideal a una sobre maduración, lo cual hace que los productos sean inaceptables para la venta. Para ahorrar tiempo, se cosechan las frutas antes de que estén completamente maduras.
Esta práctica tiene consecuencias negativas en el sabor de las frutas. Por ejemplo, al cosechar un tomate ligeramente naranja en lugar de uno bien rojo, se le priva de gran parte de su sabor. Lo mismo ocurre con las fresas, cuya vida útil es limitada. Todo esto es solo la punta del iceberg, ya que hay otros factores que influyen directamente en el sabor de las frutas y verduras.
El impacto de la forma de cultivo
Si las frutas y verduras se cultivan fuera de la tierra, como en el caso de algunas producciones de tomates en Marruecos, su sabor no será óptimo. Aquellos que se cultivan en jardines, directamente en la tierra, suelen saborearse mejor. Además, las estaciones del año también son importantes. No es de extrañar que las tomates o fresas que se compran en invierno no tengan sabor, ¡simplemente no es su temporada! Al igual que no bronceamos en la playa en invierno o esquiamos en las montañas en verano, los frutas y verduras también tienen sus temporadas específicas.
Pérdida de valor nutricional
Además de perder su sabor, las frutas y verduras también han perdido valor nutricional. Según un informe de «Cash Investigation» emitido en 2019, los tomates han perdido más del 50% de sus vitaminas en medio siglo. Esto se debe, entre otras cosas, al empobrecimiento de los suelos y a la agricultura intensiva. Es preocupante que las tomates sin sabor tengan menos calcio, fósforo, hierro y vitamina B2.
Si deseamos disfrutar de frutas y verduras sabrosas y nutritivas, es importante considerar su temporada de cosecha y, siempre que sea posible, optar por productos cultivados localmente y de forma sostenible.