¿Hay personas que no son capaces de amar?
Existen individuos que aseguran que se les hace imposible sentir amor por otra persona, y argumentan traumas
¿Hay personas que no pueden amar? La respuesta a esta pregunta es muy compleja y, a pesar de que se podría decir dar una respuesta positiva, hay aspectos que se deben tener en cuenta: existen individuos que tienen dificultades evidentes para amar y dejarse amar. Hombres y mujeres que, como consecuencia generalmente de una infancia traumática, muestran serios problemas para construir relaciones sanas y felices.
Por lo tanto, más que una incapacidad clínica o neurológica para expresar y sentir el amor, lo que suele pasar es que hay es «miedo» y temor a ser lastimados, les da angustia sentir apego por alguien que más adelante los abandone o les haga daño.
Sin embargo, desde otro punto de vista, la cuestión es aún más compleja, sobre todo cuando se trata de personas con trastorno antisocial de la personalidad, psicopatía o narcisismo. En estos casos, las personas llegan a desarrollar una relación que se basa en el apego desorganizado. A pesar de que sí pueden formar relaciones «románticas», estas suelen estar limitadas por intereses específicos, por ejemplo, la satisfacción, el deseo o la complacencia.
Incapaces de amar: posibles causas asociadas
El profesor Pablo Duque San Juan, coordinador de la Sección de Neuropsicología de la SEN explica lo siguiente: «Las personas somos capaces de sentir amor, odio, alegría, miedo, en otras palabras, experimentar sentimientos y emociones, gracias a un órgano que lo hace: el cerebro».
Según las investigaciones realizadas por la doctora Elaine A. Aron, «las personas amamos por la necesidad de ampliar nuestro ‘yo’. Más allá de la atracción, está el deseo de compartir la vida con alguien, de crecer junto a alguien en un mismo proceso, un mismo proyecto y unas mismas metas vitales. Somos seres sociales y el amor nos permite crear vínculos estables con los que evolucionar y sentirnos seguros».
Trastorno de privación emocional
Se trata de un trastorno psicológico definido por los psiquiatras Conrad Baars y Anna Terruwe a mediados del siglo XX. Cabe resaltar que no existe en ningún manual de diagnóstico y que no hay tanta documentación científica al respecto. Sin embargo, es habitual que el término salga a colación siempre que se habla de personas que no pueden o no quieren amar. Baars y Terruwe encontraron características muy distintivas y entre ellas destacan:
- Personas que no mantienen el contacto visual.
- Tienen sentimientos de culpa y muestran una baja autoestima.
- Experimentan sentimientos de soledad, pero no les gusta socializar.
- Sienten que son juzgados constantemente por los demás y son desconfiados.
- Suelen expresar que jamás han sido ni serán amados y, en consecuencia, son incapaces de ofrecer afecto.
Traumas infantiles e incapacidad para amar
Muchas veces, la principal causa de que las personas se consideren incapaces de amar, son los traumas. Por lo tanto, esa personalidad fría y distante es un escudo de protección para sí mismos, ya que tienen miedo a ser heridos o traicionados nuevamente. Es la desconfianza y la ansiedad de repetir los mismos patrones traumáticos que en la infancia. En concreto, lo que explica esta dificultad para amar y ser amado en muchos casos son traumas infantiles, por ejemplo, maltrato físico y psicológico, abandono, abuso sexual, infidelidades, entre otros.
Estas personas están quebradas emocionalmente y, a pesar de que el tiempo cura las heridas, no siempre es sano dejar solo que las cosas pasen. Por esta razón, se recomienda ir a terapia, ya que el no enfrentar esta dolorosa situación hará que se les dificulte establecer relaciones afectivas.