Higiene bucal: ¿Cuál es el momento indicado para cepillarse los dientes?
La salud bucodental es un tema importante, no solo por temas estéticos
05Cepillarse los dientes es esencial para mantener los dientes libres de caries, evitar que pierdan su dureza y se vuelvan más sensibles. Muchos expertos afirman que la frecuencia mínima es dos veces al día, pero lo ideal es hacerlo después de cada comida. Por lo general, el primer cepillado suele ser por la mañana: hay quienes lo hacen al levantarse y quienes se limpian los dientes después del desayuno.
Aquellos que optan por la primera opción suelen estar impulsadas por el deseo de sentir un aliento fresco a primera hora del día, en cambio, quienes prefieren esperar hasta haber terminado el desayuno, argumentan que los alimentos que han ingerido volverían a ensuciar sus dientes ya lavados. Ambas teorías son igualmente válidas, sin embargo, tienen sus ventajas y desventajas.
Lavarse los dientes antes del desayuno: ¿Por qué?
A pesar de que la mayoría de los dentistas están de acuerdo en que la higiene bucal se debe hacer después de cada comida, el desayuno merece una consideración aparte, ya que la boca es el hábitat perfecto para la proliferación de bacterias, sobre todo durante las 7 u 8 horas que estamos dormidos. Esto es gracias a que pasamos todo ese tiempo sin beber y con una salivación naturalmente reducida, por lo que limpiar esa área lo más pronto posible es importante.
Además, muchas veces en el desayuno se consumen líquidos que contienen sustancias ácidas, como el zumo de limón, de naranja o de pomelo. Estos componentes atacan y debilitan el esmalte de los dientes, por lo que cepillarse luego de haberlos consumido puede ser muy perjudicial. Por lo tanto, se recomienda cepillarse primero los dientes y realizar después un simple enjuague con agua para eliminar los residuos del desayuno y restablecer rápidamente el pH correcto de la boca.
Lavarse los dientes después del desayuno: ¿Por qué?
Aunque el argumento anterior es muy válido, hay estudios que sostienen que la mejor secuencia para preservar la salud bucodental es levantarse, desayunar y cepillarse los dientes, sobre todo si eres fanático de los alimentos azucarados para el desayuno.
De hecho, expertos afirman que cepillarse los dientes luego de haber consumido cualquier tipo de alimento ayuda a mantener un alto el nivel de higiene y bajo el de los microbios que normalmente están presentes en ese lugar, y que se alimentan precisamente de los restos de comida que quedan entre los dientes si no se limpian rápidamente.
Por lo que, dejar rastros del desayuno permite que el azúcar y los carbohidratos trabajen sin problemas para el crecimiento de las bacterias. Además, lavarse los dientes poco antes de salir de casa es la mejor manera de garantizar un aliento fresco durante el mayor tiempo posible.
Pero ¿Cómo sería el caso de los que no desayunan?
A pesar de que muchos especialistas tienen la creencia de que el desayuno es la comida más importante del día, cientos de personas eligen no consumir alimentos por las mañanas. En este caso, si tienes que ir a trabajar, llevar a tus hijos al colegio o hacer alguna otra actividad, lavarte los dientes nada más al levantarte es algo natural.
Por otro lado, quienes no tienen planes para la mañana o trabajan de forma inteligente pueden tener la tentación de posponer el momento de cepillarse los dientes hasta después de la primera comida del día, que probablemente coincidirá con el almuerzo. Sin embargo, esta es una práctica muy mala, ya que durante la noche, a pesar de que se esté en reposo, el cuerpo jamás deja de trabajar, por lo que durante ese tiempo se forman diferentes bacterias en la cavidad bucal. Por lo tanto, eliminarlos por la mañana con el cepillo y la pasta de dientes es fundamental para evitar la proliferación de caries, mal aliento o problemas de encías.
