Un anciano de origen surcoreano pagó un alto precio por satisfacer un pequeño capricho: comer sushi, ya que la comida le produjo una infección que acabó con la pérdida de su mano y de su antebrazo. 12 horas después de que el hombre terminara de comer el pescado, su mano izquierda se hinchó como una pelota de golf y empezó a dolerle.
Este hombre de 71 años había acudido a emergencias luego de presentar un fuerte dolor en la mano izquierda y fiebre durante dos días seguidos. El señor afirma que este malestar lo comenzó a experimentar 12 horas después de haber consumido sushi. Por desgracia, el hombre había desarrollado vibriosis, una enfermedad ocasionada por una bacteria anaerobia que está presente en el agua del mar, cuya ingesta puede ser tóxica para el organismo humano.
Tenía enfermedades de base
De acuerdo con la revista New Journal Medical, «el hombre, que tenía un historial clínico en el que se podía evidenciar varias enfermedades, entre ellas la diabetes, la hipertensión y problemas renales, había desarrollado en su mano izquierda ampollas de sangre que medían entre 3 y 5 cm. Cuando acudió al centro médico, los médicos le realizaron varios análisis, que indicaron que requería una intervención quirúrgica de urgencia para extraerle las ampollas. Una vez procedida la cirugía, le inyectaron antibióticos para poder combatir la infección».
Los doctores intentaron drenar todas las heridas para aliviar el dolor y reducir la hinchazón. Al momento de retirar el tejido infectado, le aplicaron antibióticos al paciente. Sin embargo, a pesar del tratamiento, en vez de mejorar, los síntomas iban empeorando a gran velocidad. La inflamación alcanzó dimensiones similares a las de una pelota de golf y no parecía que fuera a mejorar en algún momento. Las lesiones pasaron de ser simples heridas a úlceras necróticas, por lo que los médicos se vieron obligados a amputarle el brazo.
¿Qué fue lo que sucedió?
El hombre acudió al centro de salud de Jeonju, en Corea del Sur, después de sufrir fiebre y dolor en la mano durante dos días. Muchas de las ampollas de la palma de la mano eran prominentes, pero otras se habían extendido por el dorso de la mano y el antebrazo.
Los médicos diagnosticaron una infección llamada vibriosis causada por la bacteria Vibrio vulnificus. Y, aunque realizaron todos los esfuerzos posibles, el estado del hombre empeoró: le salieron úlceras profundas en la mano que le causaron muerte de tejido vivo que puede extenderse y causar lesiones irreparables (necrosis). Unos 25 días después de comer el sushi, le amputaron la mano y el antebrazo izquierdo para detener la propagación del tejido en descomposición.
Se cree que la vibriosis afecta a unos 80.000 españoles al año, un caso por cada 4.000 personas. La mayoría de las víctimas se infectan al comer pescado crudo contaminado, como ostras o mariscos, o al exponer una herida existente al agua de mar que contiene la bacteria.
Los pacientes que tienen un sistema inmunitario más débil, por ejemplo, los ancianos, bebés y embarazadas, tienen una posibilidad más alta de contraer está infección y de sufrir complicaciones. La mayoría de las personas saludables pueden recuperarse de la exposición a la bacteria en pocos días sin consecuencias graves.