Infarto: dos técnicas de cuidado para salvar el corazón
Las arterias del corazón se pueden dañar en cualquier nivel. La elección del tratamiento dependerá de la ubicación de las lesiones y su número. Dependiendo de la situación, el cardiólogo propondrá una expansión de la arteria estrechada (angioplastia) o cirugía de derivación que comprende un cortocircuito en el segmento arterial enfermo.
La causa del infarto
El corazón es un músculo alimentado por dos arterias de la aorta: las coronarias derecha e izquierda. En algunas personas, las paredes de estas arterias o sus ramas se han ensuciado con el paso de los años por los depósitos de grasa que constituyen lo que se llama «ateroma de la placa». Esto conduce a un estrechamiento arterial en su nivel.
Mal irrigado, el corazón carece de oxígeno, causando dolor. Cuando ocurren durante un ejercicio en el que aumentan las necesidades cardíacas, se trata de angina o angina (enfermedad coronaria crónica). Más grave, la arteria se puede bloquear completamente, la causa más frecuente es que la formación de un coágulo en esta placa de ateroma sea el «ataque al corazón» o infarto (enfermedad coronaria aguda). Parte del músculo cardíaco de repente carece de oxígeno (isquemia) y está condenado a la destrucción, de ahí la urgencia de actuar con rapidez. En este caso, el dolor en el pecho es abrupto y puede ocurrir incluso en reposo.
Las señales de advertencia de un infarto
Algunos síntomas deben llamar su atención:
- Dolor brutal en el pecho que puede extenderse al cuello, mandíbula y brazo izquierdo. Puede durar unos minutos y desaparecer, pero también puede durar varias horas o días.
- La sensación de incomodidad, la tendencia a desmayarse, palidez con angustia y sudores. A veces el sentimiento de muerte inminente.
- Náuseas o vómitos.
Técnicas para salvar el corazón
La angioplastia
Como el infarto es la consecuencia de la obstrucción de una arteria por un coágulo de sangre, el objetivo es desbloquear la arteria lo antes posible. Para hacer esto, a menudo utilizamos la angioplastia, una técnica que puede reabrir mecánicamente la arteria obstruida o estrechada con un pequeño globo inflable. Esto aplastará el coágulo y restablecerá el flujo normal de sangre a la arteria enferma. Practicado en una emergencia, permite evitar o limitar la destrucción del músculo cardíaco privado de oxígeno.
¿En qué caso?
La morfología de la lesión es crucial para decidir sobre una angioplastia. Y para que una lesión sea expansible, el estrechamiento debe poder cruzarse. Los logros de un solo tronco arterial son una buena indicación, siempre que la lesión sea accesible. Por lo tanto, cuando una sola arteria se lesiona, la dilatación sigue siendo el tratamiento de elección. A veces, también cuando se afectan dos o tres arterias, esta técnica se elige en sujetos muy jóvenes en los que se puede realizar una derivación más tarde. De lo contrario, no hay límite de edad para este pequeño procedimiento que se realiza a veces en pacientes mayores de 80 años.
¿Cómo pasa todo?
El método es simple. La angioplastia se realiza bajo anestesia local y es casi indolora. Requiere solo una corta estadía en el hospital de dos días en promedio. El paciente también puede reanudar rápidamente una vida normal.
En primer lugar, se realiza un examen radiográfico de las arterias coronarias. Se introduce un catéter, una especie de tubo pequeño en la arteria femoral y hasta las arterias coronarias. Luego se inyecta un producto de contraste yodado para opacificar las arterias y sus ramas y visualizar la ubicación de un estrechamiento.
Una vez que se objetiva el estrechamiento, la angioplastia se realiza después de la administración de un anticoagulante y un antiagregante plaquetario para adelgazar la sangre. Bajo control, se monta un catéter de balón inflable muy fino a través del catéter en la arteria para aplastar el coágulo.
El puenteo
El estrechamiento de las arterias coronarias provoca una disminución del flujo sanguíneo en el segmento arterial inferior. Consecuencia: una falta de oxígeno que se manifiesta en el dolor anginoso. El objetivo es restablecer la circulación normal antes de que ocurra un infarto. La operación de puente consiste en sortear el obstáculo, creando una nueva arteria que se colocará como puente entre la aorta y la parte sana de la arteria coronaria (debajo del estrechamiento).
¿En qué casos?
El puente casi siempre está dirigido a pacientes que padecen una patología cardíaca crónica: signos de advertencia de infarto como los ataques de angina. Más raramente, se propone un bypass de emergencia si el infarto no se controla con angioplastia en menos de 6 horas. No hay límite de edad para esta intervención, que afecta a más y más mujeres. Un tercio de los pacientes tienen más de 70 años.
¿Cómo pasa todo?
La operación dura, en promedio, cuatro horas. Por lo general, es seguido por una estancia en cuidados intensivos durante 24 a 48 horas. El dolor postoperatorio es frecuente durante unos días, pero está bien calmado con analgésicos. La estadía en el hospital dura aproximadamente 10 días, se sigue opcionalmente de una convalecencia en un ambiente especializado.
La cirugía de bypass convencional se realiza bajo circulación extracorpórea (ECC), es decir, la sangre se deriva fuera del corazón. La idea es poder trabajar en un corazón parado, por lo tanto inmóvil. A lo largo de la intervención, el corazón es detenido y protegido por enfriamiento. Mientras se coloca un gran fórceps o pinza en la aorta, se inyectan sangre fría y potasio debajo de la pinza en las arterias coronarias.
El puente requiere la contribución de varios cirujanos cardíacos. De hecho, es necesario preparar o eliminar simultáneamente uno o más vasos en otras partes del cuerpo para cortocircuitar el (los) segmento (s) de la arteria enferma.