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Estilo de vida

Las 6 lesiones sexuales más extrañas que los médicos han visto

Cuando hablamos de encuentros íntimos, suele pensarse en conexión y placer, pero lo que pocas veces imaginamos son los inesperados giros que pueden terminar en la sala de emergencias. Aunque parezca sorprendente, algunos accidentes insólitos han dejado a los médicos de urgencias con anécdotas difíciles de olvidar.

A continuación, conoceremos algunas de las historias más raras de lesiones sexuales que han desconcertado tanto a pacientes como a profesionales de la salud.

Quemaduras genitales por comida picante

Disfrutar de una comida intensa puede ser emocionante para el paladar, pero mezclarla inmediatamente con la intimidad no siempre es una buena idea. Un médico recuerda haber tratado a una mujer con quemaduras leves en su zona genital debido a que su pareja había consumido salsa extremadamente picante antes de practicar sexo oral. La capsaicina, el compuesto activo del chile, puede causar irritación cuando entra en contacto con áreas sensibles del cuerpo. Aunque no fue una lesión grave, sí fue lo suficientemente dolorosa y embarazosa como para justificar una visita al hospital.

Objetos extraños en lugares indebidos

Los médicos de emergencias han visto todo tipo de casos, pero pocos como aquellos que involucran objetos «extraviados» en cavidades difíciles de imaginar. Desde pelotas hasta vegetales, algunos encuentros sexuales han terminado en cirugías para extraer inesperados invasores. Estas situaciones no sólo son incómodas para los pacientes, sino que también pueden ser peligrosas, ya que existe riesgo de lesiones internas o infecciones graves. A pesar de lo absurdo que pueda sonar, sigue siendo una preocupación médica más común de lo que se cree.

Irritación por dulces efervescentes

Es normal buscar formas creativas de mantener viva la pasión, pero algunas ideas no salen como se esperaba. En un caso, unos caramelos efervescentes terminaron siendo la causa del doloroso malestar de una mujer. Su pareja, al intentar innovar con estos dulces durante el sexo oral, no previó que la reacción química de los caramelos causaría hinchazón, irritación e incluso ardor. Por suerte, con limpieza y antihistamínicos, la paciente se recuperó completamente, pero probablemente nunca volvió a mirar esos caramelos de la misma forma.

Foto Freepik

Tuerca de anillo y un percance con el pene

Un hombre tuvo la desafortunada idea de colocar un anillo de matrimonio en su pene, creyendo que ayudaría con su problema de disfunción eréctil. Sin embargo, el efecto opuesto ocurrió: el anillo restringió el flujo sanguíneo, provocando una hinchazón dolorosa. La situación llegó a tal punto que se requirió la intervención de herramientas especializadas y mucha paciencia para retirar el objeto sin causar más daños. Este caso es un claro recordatorio de que experimentar con objetos no diseñados para el cuerpo puede tener consecuencias serias.

Lesiones por frenillos dentales

Otro incidente involucra a un joven universitario que sufrió cortes y una dolorosa hinchazón en el pene tras recibir sexo oral de alguien con frenillos metálicos. Los pequeños cortes no sólo eran visibles, sino que se infectaron con bacterias atrapadas en los frenillos. Afortunadamente, pudo recuperarse con antibióticos, aunque no sin antes pasar por un incómodo interrogatorio médico para descubrir el origen del problema.

Fractura de pene (y una coartada poco creíble)

Aunque pueda parecer increíble, el pene puede «romperse» si se ejerce suficiente fuerza en la situación incorrecta. Uno de los casos más memorables fue el de un hombre que afirmó haber golpeado un poste mientras corría. Los médicos, con experiencia en estas lesiones, no tardaron en dudar de esta excusa. La verdadera historia —probablemente más vergonzosa— nunca se reveló por completo, pero lo que sí quedó claro fue la necesidad de intervención médica para reparar el daño.

Cuidar de nuestra salud, incluso en el dormitorio, asegura que podamos continuar disfrutando sin sustos ni visitas inesperadas al médico. ¿Vale la pena el riesgo? Probablemente no. La creatividad tiene límites, y el cuerpo humano sabe señalarlos, a veces de formas dolorosamente memorables.

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Veronica Pereira

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