Partes del cuerpo humano que no son esenciales para la vida: descubre cuáles son y para qué servían antes
En el fascinante mundo del cuerpo humano, existen partes que han perdido su función a lo largo de la evolución. Estas partes, conocidas como «sobras evolutivas«, no son esenciales para nuestra supervivencia en la vida moderna. Aunque no todos los seres humanos las conservan, es interesante conocer cuáles son y para qué servían en el pasado.
El apéndice: un órgano sin función clara
Probablemente, el apéndice es la parte inservible del cuerpo más conocida por todos. Aunque durante mucho tiempo se creyó que no tenía ninguna función, las investigaciones científicas revelan que este órgano ayudaba en la digestión de plantas con exceso de celulosa, que formaban parte de la dieta de nuestros ancestros. Sin embargo, a medida que nuestra alimentación se volvió más variada, el apéndice perdió su utilidad. Aunque algunos estudios sugieren que todavía puede desempeñar un papel como almacén de bacterias intestinales, no es esencial para nuestra supervivencia.
Palmar largo: un músculo sin utilidad en la vida moderna
El palmar largo es un músculo que va desde la muñeca hasta el codo. Aunque no todas las personas lo tienen, solía ser fundamental para ayudar a nuestros antepasados a ejercer la fuerza necesaria para trepar árboles. Sin embargo, en la vida moderna, este músculo ha perdido su función y aproximadamente el 10% de la población ya lo ha perdido. Aunque su ausencia no afecta significativamente nuestra vida diaria, es interesante conocer cómo evolucionó este músculo a lo largo del tiempo.
Las muelas del juicio: un vestigio de nuestra alimentación ancestral
Las muelas del juicio, también conocidas como terceros molares, solían ser fundamentales para moler las carnes duras y los cereales crudos que formaban parte de la dieta de nuestros ancestros. Sin embargo, con el tiempo, nuestra alimentación se volvió más suave y nuestras mandíbulas perdieron fuerza. Como resultado, estas muelas se han vuelto innecesarias en la vida moderna. Aunque no todas las personas las desarrollan, en ocasiones pueden causar molestias y se recomienda su extracción.
Músculos arrectores pili: un recordatorio de nuestro pasado peludo
En el pasado, teníamos mucho más cabello en nuestro cuerpo que en la actualidad. Los músculos arrectores pili, conectados a los folículos capilares, ayudaban a erizar el pelo y así parecer más grandes ante una situación de riesgo o amenaza. Actualmente, no necesitamos este mecanismo de defensa, pero aún podemos observar que muchos mamíferos con pelo, como los gatos, conservan estos músculos. Es interesante reflexionar sobre cómo hemos evolucionado y perdido características que ya no son necesarias para nuestra supervivencia.
Cola embrionaria: un vestigio de nuestro pasado evolutivo
Durante el desarrollo embrionario, entre las cinco y las ocho semanas de gestación, el feto desarrolla una cola que posteriormente desaparece para dar lugar al coxis. Esta cola embrionaria servía para ayudarnos a movernos y mantener el equilibrio en nuestros ancestros primitivos. Sin embargo, a medida que aprendimos a caminar erguidos, perdimos la necesidad de esta cola y se convirtió en el coxis, un conjunto de vértebras fusionadas que ya no tiene movilidad.
Músculos extrínsecos del pabellón auricular: una función obsoleta en los seres humanos
Los músculos extrínsecos del pabellón auricular nos permiten mover las orejas. Esta función era fundamental en nuestros antepasados para detectar presas y depredadores, así como para expresar ciertas emociones. Sin embargo, a medida que evolucionamos y desarrollamos un cuello más flexible, estos músculos se volvieron redundantes en los seres humanos. Aunque algunos individuos aún pueden mover ligeramente las orejas, esta habilidad ya no es esencial para nuestra supervivencia.
Tercer párpado: un órgano que no desarrollamos
A diferencia de algunas especies animales, los seres humanos no desarrollamos un tercer párpado. Este órgano, conocido como plica semilunar, desempeña un papel importante en algunas especies para mover y proteger los globos oculares. Sin embargo, en los seres humanos, no tenemos la necesidad de este tercer párpado debido a que hemos evolucionado con otros mecanismos para mantener nuestros ojos húmedos y protegidos.
Órganos reproductivos: una función que puede ser suplida
Los órganos reproductivos primarios, como los testículos en los hombres y los ovarios en las mujeres, son fundamentales para la reproducción. Sin embargo, es posible vivir y tener una vida plena con solo uno de estos órganos en funcionamiento. La extirpación de uno o ambos órganos suele ser consecuencia de enfermedades como el cáncer o traumatismos graves. Aunque la extirpación de estos órganos puede tener implicaciones en la fertilidad y la producción de hormonas, no son esenciales para nuestra supervivencia en la vida moderna.
Vesícula biliar: un órgano que podemos vivir sin él
La vesícula biliar es un órgano que se encuentra debajo del hígado y ayuda en el proceso de digestión de las grasas. Sin embargo, la extirpación de la vesícula biliar, conocida como colecistectomía, es un procedimiento común y no tiene un impacto significativo en nuestra vida diaria. Después de la extirpación de la vesícula biliar, el hígado asume su función de almacenar y liberar la bilis necesaria para la digestión de las grasas.