6 malos hábitos que están dañando tu vehículo y cómo evitarlos
Conducir es sinónimo de libertad, ya que nos permite desplazarnos a donde queramos y cuando queramos. Sin embargo, si queremos preservar nuestro coche en buen estado durante el mayor tiempo posible, hay ciertos hábitos que debemos evitar. Tanto si eres un conductor novato como experimentado, estos consejos son importantes porque te ayudarán a evitar costosos daños en el futuro.
Evita los pequeños trayectos repetidos en un vehículo diésel
Si tienes un coche diésel, es importante evitar los trayectos cortos y repetidos. Los motores diésel requieren recorrer al menos quince kilómetros para un funcionamiento óptimo. Por debajo de esta distancia, el sistema de autolimpieza del filtro de partículas no será efectivo. Con el tiempo, los trayectos cortos y repetidos pueden ensuciar el motor. Al principio, notarás una pérdida de potencia y un aumento del consumo de combustible. A largo plazo, esto puede dañar seriamente el motor. Si tienes un vehículo diésel, es importante evitar los micro-trayectos repetidos y no dudes en conducir, por ejemplo, los fines de semana, para mantener la salud de tu coche.
No dejes tu mano en la palanca de cambios
Si tienes un coche con transmisión manual, evita dejar tu mano en la palanca de cambios. No solo es peligroso porque debes mantener las dos manos en el volante en todo momento, sino que el peso de tu brazo sobre la palanca puede dañar la caja de cambios a largo plazo. Las pequeñas piezas debajo de la palanca de cambios se desgastan constantemente si apoyas la mano en ella, lo que provoca un desgaste prematuro.
Reduce la velocidad al acercarte a un reductor de velocidad para evitar dañar tu coche
Desafortunadamente, la mayoría de los reductores de velocidad no cumplen con las normas debido a su altura excesiva. Un reductor de velocidad conforme a las normas debe tener una altura máxima de 10 cm. Pero si intentas pasar a alta velocidad, te llevarás una sorpresa desagradable, puesto que dañará muchos elementos de tu vehículo a la vez. En particular, el sistema de suspensión, el parachoques delantero y, a veces, el fondo del coche… que rozará el pavimento.
Presta atención a la presión de tus neumáticos
Si conduces con un neumático desinflado, por ejemplo, esto tendrá un impacto directo en el consumo de combustible y reducirá la vida útil del neumático en un 25%. Al mismo tiempo, un neumático con una presión incorrecta afectará directamente al agarre del coche, aumentando así el riesgo de accidente. Por otro lado, inflar en exceso los neumáticos tampoco es una buena idea. Todo el peso del vehículo recaerá sobre la banda de rodadura central. Por lo tanto, el neumático será más propenso a resbalar e incluso a reventar si se encuentra con un bache o un bordillo.
No frenes con demasiada frecuencia, mejor reduce la marcha
Los frenados frecuentes son perjudiciales para tu coche. No solo desgastarás rápidamente las pastillas de freno y los discos, sino que también aumentarás el consumo de combustible. Para evitar estas consecuencias, te recomendamos adoptar una conducción más suave reduciendo la marcha con más frecuencia y anticipando el tráfico. Mantén la vista en la distancia para evitar frenadas y desaceleraciones bruscas.
No conduzcas con el depósito casi vacío
A menudo, tendemos a esperar hasta el último momento para llenar el depósito de gasolina. Pero ¿sabías que conducir con el depósito casi vacío es perjudicial para el motor? De hecho, las impurezas acumuladas en el fondo del depósito acabarán ensuciando el filtro de gasolina. Por lo tanto, no esperes hasta el último minuto para llenar el depósito. Es mejor hacer repostajes parciales que esperar a hacer un «verdadero» llenado.
Siguiendo estos consejos y evitando estos malos hábitos, podrás mantener tu coche en buen estado durante mucho más tiempo. Recuerda que cuidar de tu vehículo te ahorrará gastos innecesarios en el futuro.