7 juegos eróticos para reavivar la pasión
Cuando la luna de miel termina, es completamente normal que una pareja atraviese períodos de apatía. Las mujeres parecen ser particularmente sensibles a la rutina, ya que antes se pensaba que el deseo femenino encontraba su dimensión ideal en relaciones estables y ricas en intimidad emocional, pero estudios recientes sugieren que es precisamente la familiaridad la que apaga el interés de las mujeres por el sexo. Sin mencionar las tensiones acumuladas en el trabajo, los hijos, la lavandería y todas las demás responsabilidades de la vida adulta, que al final del día lo único que se quiere es quitarse el maquillaje y caer rendido en la cama.
Sin embargo, no es necesario que el deseo sea espontáneo: también existe el deseo responsivo o reactivo, es decir, un tipo de deseo que nace en respuesta a una situación intrigante. En este artículo, exploraremos 7 juegos eróticos que pueden ayudar a reavivar la pasión en la pareja.
Comunicación abierta: la clave para una vida sexual satisfactoria
La clave para una relación de pareja satisfactoria es siempre la comunicación, y esto también se aplica al sexo. Dado que muchos juegos eróticos tienen como objetivo darse instrucciones y sugerencias explícitas o jugar con cierta imaginación, es mejor comenzar con una charla sincera sobre nuestros límites y preferencias. Esto puede incluir las posiciones favoritas, las palabras que fomentan la excitación (o las que la apagan), una cierta forma de acariciarse e incluso compartir alguna fantasía o pensamiento excitante, aunque no necesariamente se quiera ponerlo en práctica. No es obligatorio compartirlo todo, y es perfectamente normal querer guardarse algunas cosas para uno mismo. Comienza compartiendo aquello que puede ayudarte a elegir el juego más adecuado para ti y tu pareja.
Lo importante es asegurarse de que un momento sexy y divertido no se convierta en un momento tragicómico o en una pelea con portazos, percances que pueden ocurrir cuando no se está en la misma sintonía. Hablar juntos también puede ser el punto de partida para reflexionar sobre el conocimiento que se tiene del propio cuerpo como objeto sexual, es decir, sobre las diferentes formas de darse placer y de recibir placer. A menudo nos centramos en la técnica olvidando que el placer es una cuestión subjetiva, lo que funciona con una pareja puede que no funcione con otra. Por eso es importante conocerse y dar al otro la oportunidad de darse a conocer.
Superar la timidez
Si estás aprovechando el juego como excusa para soltarte un poco o para hacer sugerencias de forma suave, un ataque de timidez es completamente comprensible. Pero nada te impide transformar también esta fase en un juego, utilizando algunos trucos para evitar el enfrentamiento directo. Muchas parejas prefieren utilizar mensajes escritos, correos electrónicos o notas para superar la vergüenza. Comunicarse a distancia ayuda a sentirse menos expuesto, menos vulnerable ante la reacción del otro.
7 Juegos eróticos para reavivar la pasión
1. La caja de notas
El principio es el mismo que el de la caja de sugerencias: se pueden usar para dar instrucciones, tareas (desde las más inocentes, como un masaje con aceite perfumado, hasta las menos castas, como una práctica que adoras pero que por alguna razón ha quedado fuera del menú) o compartir fantasías, respetando los límites acordados en la famosa charla. Para empezar, se pueden escribir seis notas cada uno, sacando una por turno.
2. Dejar que los dados decidan
Si estás atravesando una crisis de creatividad, este juego te ayudará a salir de los esquemas habituales. Los dados eróticos son un clásico de los juegos de pareja: algunos indican partes del cuerpo, otros posiciones. La idea es introducir un elemento de casualidad que interrumpa la rutina, pero sigue siendo sagrado el derecho a ignorar las sugerencias que no te inspiran o a hacer contrapropuestas.
3. Frente al espejo
Puede parecer algo simple, pero hacer el amor frente a un espejo (o colocar uno en el techo, si tienes el alma de un diseñador de interiores y las habilidades técnicas a la altura de tus aspiraciones) puede crear una atmósfera muy intensa, siempre y cuando se tenga una buena relación con el propio cuerpo y con ser observado, de lo contrario podría tener el efecto contrario e inhibir. Si hay la intimidad , también se puede pensar en grabarse, tal vez con alguna precaución como borrar el archivo después de un período determinado. Se trata, en cualquier caso, de un enorme acto de confianza que presupone respeto y cautela, por lo que es mejor estar realmente convencidas.
4. Jugar con los juguetes sexuales
¿Quién dijo que son un placer solitario? Muchos juguetes están diseñados para ser utilizados en pareja, como los huevos y las balas que se pueden controlar a distancia a través de una aplicación. O la pintura corporal, para pintar el cuerpo con los dedos o con pinceles suavísimos. Investigar juntos, entregarse a las compras (también en línea, con total discreción) y abrir el paquete para jugar crea un clima de complicidad que convierte la espera en parte de la diversión.
5. Juegos de roles y disfraz
Escenificar una fantasía, interpretando un papel o sumergiéndose en situaciones inusuales, es muy liberador. Muchos de estos escenarios juegan con las dinámicas de poder o con reinventarse como completos desconocidos, al igual que hacían Phil y Claire en «Modern Family» haciéndose pasar por Clive y Julianna. A diferencia del juego de roles propiamente dicho, el disfraz aprovecha el aspecto visual de la fantasía (pensad en los uniformes de animadoras, de policía o de enfermera) sin necesidad de recurrir necesariamente a la actuación.
6. Sexting
En la vida de muchas parejas adultas, el sexo se convierte en una de las tantas actividades que hay que programar, organizándose en torno a la disponibilidad de abuelos y cuidadores o conciliando mil compromisos en los escasos días libres.
7. Reto (por así decirlo) o Verdad
Una variante para adultos que permite investigar de manera divertida los lados oscuros de la pareja o desafiarse mutuamente sin temor a represalias. Puede ser una forma de aflojar las inhibiciones, porque decir ‘me lo ha impuesto el juego’ disminuye el sentido de vergüenza, y también una excusa para saciar alguna curiosidad.