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Estilo de vida

¿Los huevos se guardan en el frigorífico o a temperatura ambiente?

¿Cuántas veces te has preguntado si guardar los huevos en el frigorífico es realmente necesario? Este dilema divide opiniones, incluso dentro de la comunidad científica. Mientras que algunos defienden que se mantengan a temperatura ambiente, otros señalan que refrigerarlos es crucial para preservar su frescura y evitar riesgos de salud. Pero, ¿cuál es la mejor opción? Vamos a descubrirlo.

Métodos de conservación de los huevos

La forma en que almacenamos los huevos puede tener consecuencias en su calidad, duración y seguridad. Tanto el frigorífico como el almacenamiento a temperatura ambiente tienen sus pros y contras. Analicemos a fondo cada método.

En el frigorífico

Guardar los huevos en el frigorífico es una práctica común en muchos hogares, especialmente en países como Estados Unidos o España. Esto no es casualidad, ya que las bajas temperaturas ofrecen múltiples beneficios:

  • Prolonga la frescura: los huevos refrigerados se mantienen frescos por más tiempo. Según el USDA, pueden durar hasta 15 semanas si se conservan entre 2 y 5 °C.
  • Reduce el riesgo de bacterias: la refrigeración disminuye significativamente el crecimiento de salmonella, una bacteria que puede estar presente en la cáscara o el interior del huevo.
  • Conservación segura: mantener los huevos a una temperatura constante evita que la cutícula (la delgada capa protectora del huevo) se degrade, prolongando su calidad.

A pesar de ser una opción segura, es importante almacenarlos correctamente. Colócalos en la parte más fría del frigorífico, no en la puerta, ya que ahí las temperaturas fluctúan más.

A temperatura ambiente

Por otro lado, en muchos países europeos y de América Latina, es común conservar los huevos a temperatura ambiente. De hecho, en el supermercado suelen estar fuera del frigorífico. Esta práctica también tiene sus argumentos:

  • Duración razonable: si los huevos son frescos, pueden conservarse de 7 a 10 días sin problemas, siempre que el lugar sea seco y fresco.
  • Evita cambios bruscos de temperatura: los cambios entre frío y calor pueden romper la cutícula protectora del huevo, haciéndolo más vulnerable a contaminantes.
  • Práctico y natural: en contextos rurales o en países sin acceso universal a refrigeración, este método es eficiente y económico.

Eso sí, evitar temperaturas superiores a 20 °C es fundamental, ya que el calor incrementa la probabilidad de crecimiento bacteriano.

Efectos de la temperatura en la calidad del huevo

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Los huevos son alimentos delicados y, como tal, la temperatura juega un papel esencial en su calidad y seguridad. Veamos qué pasa cuando no se almacenan adecuadamente.

Comparando ambos métodos, los huevos refrigerados tienen una vida útil mayor que aquellos almacenados a temperatura ambiente. Gracias al frío, el deterioro de sus nutrientes se ralentiza notablemente. Sin frío, los huevos deben consumirse en pocos días, especialmente en climas cálidos.

Por ejemplo, un huevo refrigerado puede durar hasta tres meses, mientras que un huevo dejado fuera del frigorífico suele empezar a descomponerse después de una semana. La diferencia no es menor.

Riesgos de un mal almacenamiento

Los huevos, aunque robustos por fuera, son vulnerables a las bacterias como la salmonella, la cual prospera rápidamente en temperaturas cálidas y húmedas. Además, el contacto con superficies contaminadas o el lavado incorrecto puede facilitar la penetración de bacterias si la cáscara está dañada.

Por eso, si decides conservar huevos fuera del frigorífico, asegúrate de que estén en un lugar cerrado, lejos de fuentes de calor y humedad.

¿Qué dicen los expertos?

Foto Freepik

Organizaciones como el USDA y la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) coinciden en que el método ideal depende de varios factores, incluidos el lugar donde vives y cómo han sido tratados los huevos antes de llegar a tus manos.

En países donde los huevos se lavan y desinfectan antes de ser vendidos, como en Estados Unidos, la refrigeración es obligatoria, debido a que el proceso de lavado elimina la cutícula protectora, dejándolos más expuestos a bacterias. En cambio, en lugares donde los huevos no se lavan, como en buena parte de Europa, es seguro almacenarlos a temperatura ambiente, al menos por un tiempo limitado.

Consejos prácticos para consumidores

Independientemente del método que elijas, estos consejos te ayudarán a preservar la frescura de los huevos:

  • Revisa la frescura con agua: pon el huevo en un vaso de agua. Si se hunde, está fresco; si flota, mejor descartarlo.
  • Mantén la cáscara intacta: nunca laves los huevos antes de guardarlos, ya que podrías eliminar su capa protectora natural.
  • Almacénalos lejos de olores fuertes: los huevos absorben olores fácilmente, así que mantenlos alejados de alimentos como cebollas o pescado.
  • Consulta la fecha de caducidad: aunque los huevos pueden durar más allá de esta fecha, es un buen punto de referencia para saber si es hora de usarlos.
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Veronica Pereira

Veronica siempre ha tenido una pasión por la escritura desde su infancia; hija del padre de un médico y madre naturópata, siempre ha estado inmersa en remedios naturales; se ha convertido en correctora/editora de libros de medicina y escritora independiente para blogs que tratan sobre medicina en general o sobre prevención en particular.

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