Los trucos imprescindibles para una piel sana
Nunca te vayas a dormir maquillada, la recomendación de los expertos es ser constante con la limpieza del rostro por la mañana
DESMAQUILLA Y LIMPIA LA PIEL
La piel tiene un papel importante en la protección y el control de la temperatura corporal: nos defiende del sol, las infecciones y otros daños físicos. Por ello, si tienes la piel seca, no podrá llevar a cabo estas funciones de forma correcta.
Desmaquilla y limpia la piel en profundidad. Nunca te vayas a dormir maquillada, la recomendación de los expertos es ser constante con la limpieza del rostro por la mañana; por la noche abraza la doble limpieza. Escoge los productos según tu tipo de piel. No te dejes llevar por la última crema viral o la base de maquillaje que utiliza tu celebrity favorita. Selecciona los cosméticos en base a tus necesidades.
UTILIZA PROTECCIÓN SOLAR TODO EL AÑO
El mejor producto antiedad es la crema solar, previene el envejecimiento prematuro y las manchas. No solo en verano, sino que es imprescindible en todas las estaciones y con un factor SPF 30 como mínimo.
No te toques granos ni espinillas. Si no aprendiste la lección en la adolescencia, es el momento de erradicar este hábito. Solo conseguirás irritación, infecciones y cicatrices no deseadas.
NO TE TOQUES LA CARA EN EXCESO
Similar al punto anterior, evita en la medida de lo posible manosear tu rostro, rascarlo o pasar la jornada laboral con una mano en el ratón y la otra posada sobre la mejilla.
También es importante la exfoliacia. Dedica unos minutos un par de veces por semana a exfoliar tu piel. Esto renovará su apariencia, eliminará células muertas y le devolverá la vitalidad.
UTILIZA MASCARILLAS
Una mascarilla destinada al cuidado profundo del rostro es un must al menos una vez a la semana. Matificantes, purificantes, hidratantes… las hay para todas las necesidades y, además, te permiten hacer cualquier otro tipo de actividad relajante: meditar, leer o unos estiramientos.
No abuses del calor extremo. Cuidado con el agua de la ducha o el grifo demasiado caliente, porque reseca e irrita tu rostro.
LLEVA UNA DIETA SALUDABLE
Una dieta saludable puede ayudarte a verte y sentirte mejor. Come muchas frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras.
La asociación entre la dieta y el acné no está clara, pero algunas investigaciones sugieren que una dieta con alto contenido de aceite de pescado o suplementos de aceite de pescado y baja en grasas no saludables y carbohidratos procesados o refinados podría promover una piel más joven. Beber mucha agua ayuda a mantener la piel hidratada.
CONTROLA EL ESTRÉS Y NO FUMES
Cuando el estrés está fuera de control, la piel puede volverse más sensible y se pueden desencadenar brotes de acné y otros problemas cutáneos. Para fomentar una piel sana, y un estado de ánimo sano, toma medidas para controlar el estrés. Duerme lo suficiente, fija límites razonables, recorta tu lista de tareas pendientes y encuentra tiempo para hacer las cosas que disfrutas. Los resultados podrían ser más significativos de lo que esperas.