Imagina el terror que sentiría una madre al descubrir que su hijo pequeño de solo 6 años ha desaparecido sin dejar rastro. Esta es exactamente la angustiosa situación que enfrentó la familia de Lam, un niño vietnamita que se extravió en una remota zona montañosa durante cuatro largos días. Sin embargo, lo que parecía ser una tragedia se convirtió en un verdadero milagro cuando fue encontrado con vida, contra todo pronóstico.
La desaparición de Lam
El sábado, Lam, un niño de 6 años, no regresó a casa después de una fiesta familiar en la provincia de Yen Bai, en el norte de Vietnam. Sus padres, Ly Thi Phai y su esposo, rápidamente se dieron cuenta de su ausencia y alertaron a las autoridades de inmediato.
La policía local lanzó una extensa operación de búsqueda, movilizando a más de 200 personas para rastrear la zona boscosa circundante. Incluso se llegó a vaciar una charca cercana «por temor a que el niño hubiera caído allí», según declaró un oficial de policía a la agencia de noticias AFP.
A pesar de los incansables esfuerzos, los rescatistas no lograban encontrar ningún rastro de Lam. Cada hora que pasaba, la preocupación y la desesperación de sus padres crecían exponencialmente. ¿Dónde podría estar su pequeño hijo? ¿Estaría a salvo?
Mientras tanto, Lam se encontraba completamente perdido en la densa y agreste selva. Desorientado y aterrorizado, el niño caminó sin rumbo fijo, hundiéndose cada vez más en la espesura. Para mantenerse con vida, tuvo que improvisar y recurrir a sus instintos más básicos. Encontró refugio en un arbusto de yuca y se las arregló para beber el agua de un riachuelo cercano. Además, recolectó hojas y frutos silvestres que reconocía como comestibles.
A medida que pasaban los días, el pequeño luchaba por mantener la esperanza y no sucumbir al agotamiento y la deshidratación. Debió haber sido una experiencia aterradora y angustiante para un niño tan joven, enfrentándose a los peligros de la selva sin la protección de sus seres queridos.
El milagroso rescate
Finalmente, después de cuatro días de búsqueda incesante, un hombre que paseaba por la zona escuchó unos débiles sollozos provenientes de la espesura. Al acercarse, se encontró con la imagen desgarradora de Lam, cubierto de barro y visiblemente agotado, sentado en un arbusto de yuca.
Los socorristas rápidamente acudieron al lugar y encontraron al niño en un estado de extrema debilidad. Sin embargo, para sorpresa de todos, se encontraba con vida y, a pesar de su aspecto demacrado, no presentaba heridas graves. Según los informes, el pequeño explicó que, a medida que se adentraba más en la selva, se sentía cada vez más desorientado y perdido.
Cuando la noticia del rescate de Lam llegó a oídos de su madre, Ly Thi Phai, esta no podía creer la buena nueva. «¡Estaba tan feliz de que mi hijo hubiera vuelto con vida!», exclamó entre lágrimas de alivio.
Al reencontrarse con su hijo, Phai pudo ver que Lam se veía más delgado y débil de lo que recordaba. Sin embargo, el simple hecho de tenerlo de vuelta sano y salvo era más de lo que podía pedir. Agradeció profundamente a todos los que participaron en las exhaustivas labores de búsqueda y rescate.
