Muere una madre tras sufrir una lesión cerebral por beber demasiada agua
La historia de Michelle Whitehead, una madre de dos hijos que falleció debido a una lesión cerebral provocada por beber demasiada agua, es una de esas historias desgarradoras que nos hace reflexionar sobre la importancia de la atención médica adecuada y la necesidad de una mayor conciencia sobre los riesgos de la ingesta excesiva de agua.
Michelle Whitehead era una mujer maravillosa, una madre dedicada y una esposa amorosa. Ella y su esposo, Michael, se conocieron cuando él tenía 17 años y ella 15, y juntos formaron una familia con dos hijos. Había dejado su trabajo como asistente de guardería para convertirse en la cuidadora a tiempo completo de uno de sus hijos, que nació con síndrome de Down. Su amor y entrega por su familia eran evidentes para todos los que la conocían.
En mayo de 2021, Michelle fue admitida en la Unidad de Salud Mental Millbrook en Sutton-in-Ashfield, Nottinghamshire. Esta no fue la primera vez que ingresaba en esta unidad, ya que había sido admitida anteriormente en 2018 debido a una crisis mental aguda. Desafortunadamente, durante su segunda estadía, el personal de la unidad no logró diagnosticar a tiempo la condición que finalmente le costó la vida.
La ingesta excesiva de agua y sus consecuencias
Durante la tarde del 5 de mayo, dos días después de su ingreso, el personal de la unidad observó que Michelle estaba bebiendo agua en exceso. Esta condición, conocida como polidipsia psicogénica, es común en pacientes con trastornos psiquiátricos. Sin embargo, los médicos no lograron diagnosticar a tiempo este trastorno en Michelle.
La polidipsia psicogénica puede ser mortal, ya que la ingesta excesiva de agua hace que los niveles de sodio en el cuerpo disminuyan, lo que a su vez causa hinchazón en el cerebro y puede provocar lesiones cerebrales graves. Desafortunadamente, a Michelle se le permitió seguir teniendo acceso sin supervisión al agua en su habitación, lo que empeoró su condición.
La respuesta tardía del personal
Cuando el personal finalmente notó que Michelle estaba en problemas, administraron tranquilizantes para calmarla y ella se quedó dormida. Sin embargo, lo que en realidad había ocurrido es que Michelle se había desmayado y entrado en coma. Tardaron cuatro horas en notar el cambio en su respiración y otros 15 minutos en colocarla en posición de recuperación.
Finalmente, Michelle fue trasladada al Hospital King’s Mill. Desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos médicos, la lesión cerebral causada por la hiponatremia aguda y la polidipsia psicogénica resultó ser fatal.
La investigación sobre su muerte reveló una serie de fallas en la atención que recibió en la Unidad de Salud Mental Millbrook. Entre ellas se encontraban: no adherirse a la política de la institución cuando se le administraron tranquilizantes, observaciones inadecuadas debido a que el personal estaba «distraído» con sus teléfonos móviles y un retraso de 10 minutos en permitir que los paramédicos entraran al edificio.
Por esa razón, es crucial que los profesionales de la salud estén mejor capacitados para reconocer y tratar eficazmente condiciones como la polidipsia psicogénica, y que los pacientes reciban la supervisión y el cuidado necesarios.
Este caso también subraya la necesidad de una mayor concienciación sobre trastornos como la polidipsia psicogénica. Muchas personas pueden no estar familiarizadas con esta condición y sus peligros, lo que puede llevar a situaciones trágicas como la de Michelle. Compartir historias como la suya y educar al público sobre los riesgos de la ingesta excesiva de agua puede ayudar a salvar vidas en el futuro.