Mujer sufre la peor de las traiciones: “Mi novio me engañó con mi madre
La vida puede ser impredecible y a veces, los giros que toma pueden ser incomprensibles. Esto fue lo que experimentó Katherine, una madre de Idaho, que enfrentó un escándalo familiar que rompe cualquier expectativa.
Katherine, una madre soltera con dos hijos, ha vivido una experiencia que la ha marcado profundamente. Su marido, con quien compartió su vida durante años, la traicionó de la forma más impensable posible: mantuvo un romance con su propia madre.
El descubrimiento de la infidelidad
El descubrimiento de la infidelidad no fue a través de una confrontación directa o una confesión; fue la abuela de Katherine quien la alertó sobre la posible relación ilícita entre su madre y su esposo. Según Katherine, hubo claras señales de advertencia sobre la relación entre su exmarido y su madre, pero optó por ignorarlas, no queriendo creer que los dos seres que más confiaba en el mundo podrían traicionarla de esa manera.
Uno de los primeros indicadores que notó Katherine fue un cambio en la forma en que su esposo y su madre se saludaban. Antes, su madre le daba un abrazo a su esposo, pero eso cambió a un abrazo más íntimo, con los brazos de su madre alrededor del cuello de su esposo.
Además, observó que su esposo comenzó a darle masajes a su madre en sus pies frente a ella. En el Día de San Valentín, dos días antes de descubrir la infidelidad, su esposo le regaló flores no solo a ella, sino también a su madre.
Pero la señal más contundente fue cuando su madre y su exesposo comentaron en varias ocasiones, en presencia de testigos, que si Katherine y su padre murieran trágicamente al mismo tiempo, terminarían juntos.
El desenmascaramiento de la verdad
Frente a preguntas sobre cómo no se dio cuenta antes de lo que estaba sucediendo, Katherine reveló que su madre la había «lavado el cerebro» durante su infancia. Sin embargo, fue su abuela quien la ayudó a comprender que no estaba «loca».
Su abuela le confesó que sospechaba de una posible relación entre su madre y su esposo debido al comportamiento extraño que notó entre ellos. A pesar de las sospechas, Katherine no estaba segura de cómo enfrentarlos.
Confirmación de la infidelidad
Una noche, mientras sus gemelas eran bebés, Katherine llamó a su esposo para preguntarle cuándo terminaría su trabajo, ya que ya eran más de las 9 p.m. En ese momento, él trabajaba como repartidor, y notó que estaba en una zona diferente a la que había indicado.
Durante la llamada, escuchó una voz de mujer, lo que le generó sospechas. Preguntó a su esposo si había otra mujer con él, pero él simplemente la llamó loca.
Katherine decidió llamar a su hermana menor, quien aún vivía en casa con sus padres. Su hermana confirmó sus peores sospechas, informándole que su esposo había recogido a su madre para ir a trabajar con él ese día, y supuestamente le pidió a su hermana que no se lo dijera.
Luego, llamó a su madre, quien no respondió hasta la octava llamada y fue entonces cuando admitió que estaba con su esposo. Katherine exigió que ambos vinieran a su casa, y tanto su madre como su esposo negaron cualquier aventura, hasta el día siguiente.
Según Katherine, la noche que se fue con sus hijas, su madre se mudó a su casa con su esposo. Continuaron «jugando a la casa» hasta que ella le entregó a su esposo los papeles de divorcio que también indicaban que solicitaría la custodia total de sus hijos.