Mujeres: todo sobre la fisiología y como la edad afecta a la fertilidad
A día de hoy aún es común ver a muchas mujeres confundidas al momento de conocer cómo funciona su propio cuerpo, por eso los expertos en salud han luchado arduamente para diseñar explicaciones y sistemas de comprensión
¿La fertilidad de la mujer disminuye a partir de los 35 años?
La creencia general de todos es que la fertilidad de la mujer disminuye a partir de cierta edad. Sin embargo, es un poco difícil determinar desde qué edad esta disminución empieza a hacerse presente. Actualmente, la esperanza media de vida es mayor, sin embargo, las preocupaciones de cada individuo generalmente están muy alejadas del ritmo de cualquier reloj biológico, por lo tanto, considerar si existe o no una edad óptima de fertilidad sin considerar otros factores como el estilo de vida y el grado de salud, puede ser contraproducente.
¿Trabajo o maternidad?
Como mujeres, a día de hoy, aún tenemos que luchar para derribar algunos principios paternalistas y machistas que han estado arraigados durante décadas en la sociedad. La igualdad en el trabajo aún está un poco lejos de conseguirse, pero el proceso va en buen camino. Por desgracia, puede que la biología no esté de nuestro lado en este sentido, ya que, según un nuevo estudio científico, está claro que el paso del tiempo nos obliga a plantearnos si debemos o no tener hijos.
Incomprensión generalizada
Desarrollar una carrera profesional y establecerse en un puesto de alta envergadura puede llevar años. National Geographic ha usado varios estudios y encuestas para explicar que el tiempo no está de la mano con la fertilidad de las mujeres. Es el caso de una muestra de mujeres estadounidenses de entre 18 y 40 años, las cuales fueron entrevistadas asegurando que desconocen la edad exacta en la que el cuerpo es más apto para procrear.
El impacto de la edad sobre el cuerpo femenino
Muchas mujeres se sorprenden cuando descubren lo rápido que disminuye la fertilidad con el paso de algunos cuantos años. Aparte de la influencia de todo tipo de factores externos, el cuerpo de la mujer está programado con límites que parecen mucho más restrictivos que los que encontramos en el cuerpo masculino. La fertilidad de la mujer se mantiene en un declive, sobre todo a partir de los treinta años. Antes de eso, si una mujer quiere darse tiempo para desarrollarse laboralmente o incluso simplemente para encontrar a la persona adecuada, se ve obligada a abandonar su mejor estado biológico.
Un rápido declive
Según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), el pico de fertilidad femenina se produce entre el final de la adolescencia y los 30 años, dicho de otra forma, el cuerpo de una mujer es más capaz de procrear entre los 20 a 25 años, sobre todo en cuanto a la cantidad y calidad de óvulos disponibles. A partir de los 30, la situación se acelera y llega a un punto en el que ya no será posible tener niños: la menopausia.
Un estudio ha llegado a la conclusión de que la probabilidad media de quedarse embarazada en 12 meses es del 85% antes de los 30 años. A partir de esa edad, este porcentaje desciende al 75% y 66% a los 35 años. Cinco años después, la probabilidad es solo del 44%.
Mujeres y Hombres: un calendario muy diferente
En materia de fecundidad hay condicionantes biológicos que lastimosamente no pueden cambiarse, al menos a día de hoy. Hay que tener en cuenta que las mujeres y los hombres no están en igualdad de condiciones en lo que se refiere a sus gametos; no hablamos de la diferencia entre un óvulo y un espermatozoide, sino de sus reservas y de la forma en que cambian con la edad.
Los testículos de los hombres son una fábrica cuya productividad no para por muchos años que lleguen a pasar. Se producen cientos de millones de células, y lo que es más increíble, estas existencias se renuevan aproximadamente cada dos meses. No hay fecha de caducidad, por lo que los hombres son potencialmente fértiles de por vida.
Existencias limitadas de óvulos
Para desgracia de las mujeres, la reserva de óvulos es limitada, esta se fija al nacer y solo puede disminuir. Se calcula que hay entre 300.000 y 500.000 durante la pubertad, pero con cada ciclo menstrual se van perdiendo. A los 40 años, solo nos quedan unos 25.000, y al llegar a la menopausia, apenas un millar de ellos. Los óvulos restantes distan mucho de ser de la mejor calidad, lo que aumenta el riesgo de que aparezcan abortos espontáneos o de anomalías genéticas. Si a esto agregamos factores externos potencialmente agravantes, como los disruptores endocrinos o enfermedades como la endometriosis, no será fácil liberarse de ciertas limitaciones.