Ni jabón ni vinagre, así puedes desinfectar tus tablas de cortar de forma natural

Las tablas de cortar son una pieza clave en la cocina, porque ahí troceamos frutas, verduras, carnes y hasta pan. Pero, aunque parezcan limpias a simple vista, pueden esconder bacterias peligrosas para la salud, puesto que la madera, el plástico y el bambú absorben olores y retienen humedad, creando el ambiente perfecto para que se multipliquen microorganismos como la Salmonella o la E. coli. Muchos piensan que con un poco de jabón o un chorrito de vinagre ya queda todo resuelto. La realidad es otra.
Por qué jabón y vinagre no son suficientes
El jabón de platos elimina grasa y restos de comida, sí. Pero no está hecho para matar bacterias peligrosas que pueden quedarse en las ranuras de las tablas de cortar. El vinagre, aunque es un aliado en la limpieza natural del hogar, no tiene poder desinfectante real frente a microbios resistentes; simplemente cambia el olor, pero deja intactos virus y bacterias agresivas.
Las redes sociales están llenas de trucos “milagrosos” como frotar la tabla con limón y sal. Estos métodos sirven para desodorizar y sacar manchas, pero no ofrecen una limpieza profunda ni verdadera desinfección. Apostar solo por estos remedios caseros puede dar una falsa sensación de seguridad y poner en riesgo la salud de toda la familia.
El verdadero método natural
La mejor manera de mantener limpias tus tablas de cortar es usar productos desinfectantes que sí funcionan, pero, ¿y si buscas una alternativa simple y menos agresiva? Aquí entra un truco recomendado por expertos: la lavandina diluida (cloro). Es el método más efectivo y seguro, incluso aprobado en regulaciones internacionales para la manipulación de alimentos, pero hay que saber cómo usarla.
Solo tienes que sumergir tu tabla en una solución preparada con una cucharadita de cloro por cada litro de agua fría. Deja actuar durante unos 5 a 10 minutos y luego lávala bien con agua caliente y sécala al instante con papel de cocina. Así, eliminas los microorganismos peligrosos sin dañar la superficie ni dejar residuos que puedan transferirse a los alimentos.

Evita dañar tu tabla y aumenta su vida útil
Las tablas de madera y bambú no deben mojarse en exceso ni meterse en el lavavajillas, porque el calor y los detergentes agresivos las deforman y estropean. Por esa razón, elige siempre agua tibia, un jabón suave y pon especial cuidado en secarlas completamente. Recuerda que la humedad es el caldo de cultivo para bacterias, así que nunca guardes una tabla húmeda, puede generar moho o manchas negras que luego cuestan quitar.
Cada dos o tres meses, hidrata tus tablas de madera o bambú con una capa fina de aceite mineral (usa solo aceites aptos para cocina). Esto forma una película protectora que evita que la humedad penetre en profundidad. Si ves pequeñas manchas o residuos pegados, frota con sal gruesa y una mitad de limón. Esto ayuda a desprender suciedad difícil y a desodorizar sin dañar la madera.
Diferencia entre limpieza y desinfección
No es lo mismo limpiar que desinfectar. Limpiar elimina restos visibles, como migas o sangre, pero desinfectar mata o reduce los gérmenes hasta un nivel seguro. Si solo lavas con agua y jabón o pasas un paño húmedo, puedes dejar millones de bacterias sobreviviendo en la superficie.
Después de cortar carne cruda, pollo o pescado, desinfecta tu tabla siguiendo el método de lavandina diluida. Si trabajaste con vegetales o pan, bastará con agua y jabón, un buen secado y ventilación. Tener varias tablas y usarlas solo para un tipo de alimento ayuda a prevenir la temida contaminación cruzada.
Consejos prácticos para una higiene segura
Rotula tus tablas si es posible: una para carnes, otra para frutas y otra para pan. Las tablas de colores ayudan a no mezclar y a mantener el orden. Si tienes tablas de plástico o silicona, lava en lavavajillas a temperatura alta si el material lo permite. Las tablas de vidrio y metal pueden entrar sin problema, son opciones muy higiénicas, aunque a veces dañan los cuchillos.
No olvides revisar tus tablas cada cierto tiempo. Si ves que tienen grietas profundas, zonas quemadas o están deformadas, es mejor reemplazarlas. Las bacterias encuentran refugio en esas grietas y pueden sobrevivir pese a la limpieza.
Los remedios virales no lo son todo
Mucha gente confía en lo que ve en redes: trucos con bicarbonato, aceites esenciales o agua oxigenada en espray. Pero ningún remedio casero sin base científica garantiza que tu tabla quede libre de infecciones. Si hablamos de seguridad alimentaria, hay que usar métodos probados y confiar en productos recomendados por especialistas en salud. ¿Listo para limpiar de verdad?