Ocho cambios en la dieta y el ejercicio que toda mujer menopáusica debería hacer
La menopausia es una etapa natural en la vida de toda mujer que, aunque inevitable, puede traer consigo síntomas incómodos y desafíos para la salud. Con la disminución de los niveles de estrógeno, las mujeres pueden experimentar cambios físicos y emocionales que afectan su bienestar general. Sin embargo, hacer ajustes estratégicos en la dieta y el ejercicio puede aliviar muchos de estos síntomas, mejorar la salud y ayudar a mantener una calidad de vida óptima.
Aumenta la ingesta de calcio y vitamina D
La disminución de estrógenos puede llevar a una mayor pérdida ósea, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis. Es por eso que es fundamental incrementar la ingesta de calcio y vitamina D, que trabajan en conjunto para mantener los huesos fuertes. Se recomienda que las mujeres menopáusicas consuman alrededor de 1,200 mg de calcio al día, que se puede obtener de productos lácteos, vegetales de hojas verdes y alimentos fortificados. Asimismo, la vitamina D, que se encuentra en pescados grasos, huevos y suplementos, es esencial para la absorción de calcio y la salud ósea en general. También es beneficioso tomar baños de sol breves (con protección) para sintetizar vitamina D de manera natural.
Incluye más fitoestrógenos en la dieta
Los fitoestrógenos son compuestos vegetales que imitan al estrógeno y pueden ayudar a reducir algunos síntomas de la menopausia, como los sofocos. Las mujeres pueden beneficiarse de incorporar alimentos ricos en fitoestrógenos, como la soja, las semillas de lino, el tofu y los garbanzos, en su dieta. Aunque estos compuestos no reemplazan el estrógeno producido por el cuerpo, algunos estudios sugieren que pueden aliviar los síntomas menopáusicos en cierta medida, especialmente cuando se consumen de manera regular.
Adopta una dieta rica en antioxidantes
El envejecimiento y la menopausia están relacionados con un mayor estrés oxidativo, lo que puede acelerar el deterioro celular y contribuir al envejecimiento prematuro. Para combatir este proceso, es útil consumir alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras coloridas (moras, naranjas, zanahorias, espinacas) y granos integrales. Los antioxidantes ayudan a reducir la inflamación y protegen las células del daño, promoviendo una piel más saludable y un sistema inmunológico fuerte.
Controla la ingesta de azúcar y carbohidratos refinados
Durante la menopausia, el metabolismo tiende a ralentizarse, lo que facilita la acumulación de grasa, especialmente en la zona abdominal. Además, los cambios hormonales pueden provocar una mayor sensibilidad a los cambios de azúcar en la sangre, lo que causa fatiga y antojos. Limitar la ingesta de azúcar y carbohidratos refinados (como el pan blanco, el arroz blanco y los postres) ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y reduce el riesgo de aumento de peso. Optar por carbohidratos complejos, como los que se encuentran en la avena, el arroz integral y las verduras, es una opción saludable que proporciona energía sostenida.
Incrementa el consumo de proteínas para la masa muscular
A medida que se envejece, el cuerpo tiende a perder masa muscular, un proceso conocido como sarcopenia. La proteína es esencial para la construcción y reparación de los músculos, lo que ayuda a mantener la fuerza y el equilibrio, y prevenir lesiones. Consumir proteínas magras en cada comida, como pollo, pescado, huevos, y legumbres, además de lácteos, también ayuda a mantener la saciedad, lo que puede ser útil para controlar el peso. Las mujeres menopáusicas deben intentar consumir al menos 1 a 1.5 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal.
Realiza ejercicio de resistencia y entrenamiento de fuerza
El ejercicio es crucial para la salud durante la menopausia, y el entrenamiento de resistencia y fuerza son especialmente beneficiosos. Estas actividades fortalecen los huesos y los músculos, y ayudan a prevenir la osteoporosis y la pérdida de masa muscular. Levantar pesas, hacer ejercicios con bandas de resistencia o practicar disciplinas como el pilates o el yoga con pesas puede marcar una diferencia significativa en la salud física y en la autoestima. Además, estos ejercicios también mejoran la postura, el equilibrio y reducen el riesgo de caídas.
Practica ejercicios aeróbicos y cardiovasculares regularmente
El entrenamiento cardiovascular ayuda a mejorar la salud del corazón, que puede verse afectada por los cambios hormonales de la menopausia. Las mujeres en esta etapa tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, por lo que el ejercicio aeróbico es fundamental. Actividades como caminar, nadar, andar en bicicleta o bailar no solo promueven la salud del corazón, sino que también mejoran el estado de ánimo, ya que fomentan la liberación de endorfinas, las llamadas “hormonas de la felicidad”. Se recomienda al menos 150 minutos de ejercicio cardiovascular moderado a la semana.
Bebe suficiente agua y evita la cafeína y el alcohol en exceso
Durante la menopausia, muchas mujeres experimentan sequedad en la piel y otros síntomas relacionados con la deshidratación. Beber suficiente agua, aproximadamente 2 litros al día, ayuda a mantener la piel hidratada y reduce la fatiga. Por otro lado, el consumo excesivo de cafeína y alcohol puede aumentar la frecuencia de los sofocos y causar insomnio. Limitar el consumo de estas bebidas, o reemplazarlas por alternativas como infusiones sin cafeína, puede ayudar a reducir estos síntomas y mejorar la calidad del sueño, un factor clave en el bienestar general.