Cuando se trata de tener una buena noche de sueño, la alimentación juega un papel importante, debido a que los alimentos que consumimos pueden tener un impacto significativo en la calidad de nuestro descanso nocturno. Por es razón, es importante tener en cuenta qué alimentos evitar antes de irnos a la cama para asegurarnos de tener un sueño profundo y reparador. Entonces, ¿cuáles son los alimentos que no deben comerse por la noche? Aquí están algunos de los más importantes.
Pizza
Todos piensan en ella y todos la comen el sábado por la noche en el sofá mientras ven un partido o cuando salen con amigos. La pizza es, de hecho, un alimento que, dependiendo de los ingredientes elegidos, puede ser particularmente graso y, por supuesto, calórico. Debido a las diversas adiciones que se le pueden hacer, puede convertirse en un alimento difícil de digerir, hasta el punto de arruinar el descanso nocturno.
Carne roja
La carne roja es rica en grasa y proteínas, difícil de digerir y molesta por la noche, lo que por supuesto tiende a empeorar si se duerme poco después.
Fiambres
Algo similar debería hacerse con los embutidos, especialmente si se eligen los ricos en grasa. Estos son de hecho alimentos ricos en sal y, de hecho, en grasa. Además de ser perjudiciales para la salud, estos dos elementos dificultan la digestión.
Quesos
Aquí también el problema es, una vez más, la grasa y en algunos casos, como en el caso de los quesos maduros, la cantidad de sal. Por muy bueno que sea el queso, debe comerse a otras horas del día. Escogerlos para la cena significa arriesgarse a comprometer la digestión.
Chocolate
Recomendado en las horas de la mañana, contiene una excelente cantidad de energía y por la noche podría arruinar su sueño.
Helado
El helado es rico en azúcar y, si eliges el helado de crema, también contiene un buen porcentaje de grasa. Por lo tanto, comerlo por la noche puede dificultar la digestión y convertirse en un obstáculo para los que están a dieta.
Existen otros alimentos, como los fritos, las pastas y la comida envasada, que no deben consumirse en las horas previas a la hora de acostarse. Sin embargo, estos son los más comunes y pueden sabotear una dieta o dificultar el descanso nocturno.
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