En el mundo de los restaurantes, el robo y la estafa no son temas extraños. Sin embargo, lo que este dúo padre-hijo llevó a cabo en Toulon, Francia, dejó a muchos con la boca abierta. Durante tres años, estas dos personas lograron engañar a más de 100 establecimientos con un plan que, aunque simple, resultó sorprendentemente efectivo.
¿Cómo funcionaba su método?
Antes de elegir un lugar, investigaban a través de las reseñas de clientes y se centraban en restaurantes cuyos dueños o trabajadores eran descritos como amables y comprensivos. Esto les daba la ventaja de encontrar lugares donde las sospechas eran menos probables.
Una vez seleccionada su “víctima”, llegaban al restaurante como cualquier cliente y pedían comida sin restricciones, elevando la cuenta a cifras entre 80 y 150 euros. Cuando llegaba el momento de pagar, comenzaba la actuación. El padre, haciéndose pasar por una persona confiable y respetable, fingía que su tarjeta bancaria estaba fallando, lo que daba pie al segundo paso del plan: el hijo, queriendo parecer servicial, ofrecía ir al cajero automático cercano para retirar el dinero necesario.
El problema era que el joven siempre regresaba con una excusa. Decía que el cajero no funcionaba, que había olvidado el código de su tarjeta o incluso que su cuenta estaba bloqueada. Para ganar tiempo, el padre dejaba su documento de identidad, algo que tranquilizaba al personal del restaurante.
¿Por qué funcionaba este truco?
El núcleo de su táctica estaba en la psicología, dejar un documento de identificación que en muchos casos infunde confianza. Los dueños de los restaurantes tendían a creer que nadie dejaría algo tan valioso si no planeaba regresar a pagar. Además, el dúo cuidaba mucho su imagen, vistiendo de forma respetable y actuando con aparente sinceridad.
Sin embargo, lo que parecía ser un compromiso por regresar a saldar la cuenta era, en realidad, el elemento clave de su trampa. Después de llevarse la comida sin pagar, reportaban los documentos como robados o perdidos, consiguiendo nuevos papeles sin levantar sospechas. Este ciclo se repetía una y otra vez.
¿Cuántos restaurantes fueron engañados?
Las investigaciones revelaron que el dúo logró estafar a restaurantes varias veces por semana durante tres años. En total, se registraron al menos 43 denuncias formales en Toulon, aunque el verdadero número de víctimas podría ser mucho mayor
El hijo admitió que, entre 2021 y 2024, comía gratis entre dos y tres veces por semana, dato resultó clave en la construcción del caso que llevó finalmente a su detención.
¿Cómo fueron atrapados?
Tras recibir múltiples denuncias de propietarios de restaurantes, la policía comenzó a investigar y fueron necesarios seis meses para identificar un patrón y localizar a los responsables.
El rastreo meticuloso de las autoridades y los testimonios de los afectados llevaron a la detención del padre, de 48 años, y su hijo, de 18 años, el pasado 3 de abril. Las pruebas en su contra eran contundentes, incluyendo los testimonios de los dueños y cámaras de seguridad.
La situación del padre es particularmente complicada, ya que también enfrenta cargos por incitar a un menor a cometer delitos. Ahora deberá responder ante la justicia, quien posiblemente le impondrá una pena que, como se dice, será “una cuenta difícil de pagar”.
